Locura de emociones
Que no, que perder el norte no siempre es malo. Que sí, que a veces señala con error el dedo acusador. Que no, que la sensatez está equivocada. Que sí, que la cordura es tan sólo una creencia. Y que no, que jamás existe el desequilibrio en la verdad. Y que sí, que cada palabra escondida es en realidad cobardía. El renglón que los demás ven torcido está recto. El verso imposible de ligar es en si la rima perfecta. El acorde que hay quien escucha deslucido es el más hermoso. La voz que parece desubicada es, y de eso no cabe la menor duda, es la mejor entonada. Porque es la voz, el acorde, el verso y su rima, el renglón que otros entienden desviado y sobre todo la conciencia de ser quien se es y de decir lo que uno piensa debe ser dicho conforman la auténtica razón. El silencio, el conformismo, la complacencia y la mirada a otro lugar sí suponen la falta raciocinio. ¿Qué significa estar loco? Cualquiera lo comprende mal, pues la locura es, con total certeza, cada sentimiento, cada experiencia, cada recuerdo… La locura es la honradez, la transparencia… Locura de emociones que es cordura real.
Un tipo camina bajo la luna. A sus espaldas deja el Puente Romano y la postal única de la sempiterna Mezquita Catedral. Anda con paso firme, imperturbable a pesar de la perturbación que otros le adivinan. Es un loco, el loco. Es Miguel Amate quien viste y da su palabra a una comparsa que otra vez es un regalo. El grupo de aquel que jamás deja de beber de la ‘Piedra escrita’ ofreció este martes su nueva idea para el Carnaval de Córdoba. Se llama ‘La comparsa del loco’ y muestra a ese tipo al que otros dan por falto de razón y que en realidad es el más lucido. Porque habla como cree a través de unas cuantas coplas. Basta de seguir impasible, es hora de alzar la voz. Y lo hizo el desequilibrado que mantiene el equilibrio, extravagante en su atuendo y con la estrella en el sombrero. Eso es, si oyes además el brotar de su garganta, “que vas a ver al loco […] es que vas a escuchar al loco”. Es el “desdichado que no pide perdón”, el que sabe que “su locura es la cordura del corazón”. Y al final, el mensaje más contundente, para todo el que lo quiera oír: “Sé libre, sé libre, sé libre”.
“Cada vez que quiero ser valiente y mirar al mundo frente a frente hay quien dice que estoy loco, y piensan que me equivoco […] cada vez que miro al mundo de frente, más de mí se aparta la gente”. Cantó con fuerza la Comparsa de Miguel Amate en el primer pasodoble de su tanda, que versó de nuevo sobre la equivocación de entender como loco a quien en realidad sólo escapa de las apariencias y la excesiva prudencia, de lo políticamente correcto y de la ceguera emocional. Sentimientos es lo que jamás falta de la mano de este autor y de su grupo, que defiende primer premio en su modalidad en el Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. En su segundo pasodoble, manó de la fuente la copla romántica a su mujer, la del loco de la Piedra escrita. “El azar quiso que te cantara con este tipo carnavalero para nunca olvidaras lo mucho que te quiero, el azar quiso que te cantara un 14 de febrero […] por tu amor subo a la luna y te bajo las estrellas […] es tu amor el que me hace mantener la cordura cuando pierdo la cabeza”. Letras que no necesitan comentario, como las que lanzó esta agrupación en su popurrí, dentro de un repertorio siempre ligado al tipo.
Una ovación y un teatro en pie sellaron el enlace de la Comparsa de Miguel Amate con el Gran Teatro en la que fue última función preliminar del Concurso. Una sesión en la que las emociones aparecieron también con sonido clásico, añejo que pudiera decirse -y que nadie entienda como negativa esa concepción- del Carnaval de Córdoba. Salió directo del taller de un guitarrero, que nada más de esta tierra puede haber. Un lutier que fue todo corazón sobre el escenario de la mano de otro histórico del febrero de la ciudad, Pepe Martínez. El que fuera pregonero de 2016 retomó el pulso a la comparsa con ‘De mis manos a tus sentidos’. En efecto, de su trabajo delicado las letras fueron al corazón de los aficionados, que disfrutaron de un pase que permitió viajar atrás en el tiempo, a aquellos días de los ochenta del pasado siglo. En su repertorio cantaron a Córdoba y al Carnaval, con una crítica directa y sin ambages en su popurrí. Mágica fue la presentación, con un embriagador toque flamenco y una música embrujadora. La que regaló a la guitarra David Martínez. “Con mi madera de mil colores yo voy creando esta belleza, pa cantarle por bulerías, pa cantarle por bulerías, a mi niña cordobesa, a mi niña cordobesa, a mi niñas cordobesa”, versó el estribillo de estos unos guitarreros que siguieron a la Comparsa de Miguel Amate después de que la Chirigota de Écija (con ‘Ojú qué bochorno’) decidiera abandonar su participación en el certamen dada la coincidencia en día de actuación con los cuartos del Falla.
La ausencia de la agrupación astigitana provocó que la última función de preliminares del certamen fuera la más corta de todas cuantas se sucedieron hasta ahora -y de las que quedan por venir-. La sesión comenzó con uno de los regresos más significativos de este año. Ése lo protagonizó en esta ocasión la Chirigota de Chache, que subió al escenario con ‘Cantando por arribita’. Sobre las tablas aparecieron en el inicio de la noche una serie de personajes árabes -y con Krilin de Bola de dragón por ahí, o al menos eso pareció- que marchaban en sus alfombras voladoras. Iban “cantando por arribita”. Un medio de transporte que vendieron muy bien en su primer cuplé, porque además de facilitarle la vida en carretera le evita los controles de la Guardia Civil en días de fiesta. En el segundo de esa tanda, el grupo de Eduardo Molero, ausente en el Concurso desde 2006 (segundo premio con ‘Los búfalos de la Corredera’), optó por la política. Y por algo más… “Hay que ver Pedro Sánchez, yo me cago en to, la que me has organisao tú, con tanto decir que no”, le dijo al ex secretario general del PSOE. La razón: que su mujer es socialista y de repente ha perdido, digámoslo así, el apetito sexual. “Cuando me meto en la cama para echar un polvete, ella me dice no hay nada que negociar con el pepe”.
Tras la Chirigota de Chache fue turno para la Comparsa de Andújar, que en su estreno en el Gran Teatro no tuvo fortuna. Porque antes de que la sesión concluyera ya había sido descalificada, debido a que hubo cambio de componentes a lo largo del popurrí, algo no permitido por las bases del Concurso. El grupo jiennense llegó con ‘La oscura riqueza’, una propuesta en la que el protagonista era un músico invidente. Sonó bien su música y la conjunción de las voces. “Quítate la venda de los ojos, lucha por la sociedad […] que el ciego eres tú”, cantó en su presentación. El segundo pasodoble fue en defensa de la figura de la mujer y en contra del machismo que lleva a actos tan infames como la violación cometida en Pamplona en San Fermín. “A las mujeres sólo hay que tocarlas si es pa acariciarlas”, concluyó la agrupación iliturgitana. La provincia tomó el relevo después de la mano de la Chirigota de Puente Genil, que esta vez fue ‘Con el conejo asomando de cuando en cuando’. Unos cuantos magos narraron su experiencia en el oficio, y también por qué lo eligieron: “La magia no es mi pasión, ni es mi vocación […] pero la única forma de que yo tocara un conejo. En el primero de sus pasodobles mostraron su visión actual del Carnaval, en el que parece que sólo priman los premios.
Y una chirigota fue la encargada de relevar a la Comparsa de Pepe Martínez en la recta final de la función. Fue la de Samu, que llevó al Gran Teatro un tipo relacionado en cierto modo con su experiencia del pasado año. Se llama ‘No me toques las palmas que me conozco’… y la participación sonora de los figurantes resultó negativa para el grupo en 2016. Sus componentes aparecieron como locos, estos sí, con camisa de fuerza y en el manicomio La guita. En el pasillo del sanatorio se hacía mención a la propuesta de la anterior edición, ‘Los válidos del Samu’. El propio autor y director del conjunto, Samuel Cabello, dejó claro su malestar con lo ocurrido en el último Concurso al final de un entretenido pase: “Nos vemos el año que viene”. Sin embargo, ahí estuvo de nuevo, sin que el enfado le dejara sin disfrutar del Carnaval. “Cuando se acerca febrero, yo me vuelvo loco y chirigotero” y eso está por encima de todo. Después fue turno para la Comparsa de Fernán Núñez, a la que correspondió cerrar la sesión del martes y la fase preliminar. Este 2017 presentó ‘Bajo tierra’, con tipo de arqueólogos en unas ruinas y con el Templo Romano de Córdoba y Medina Azahara en el forillo. La agrupación demostró su buen hacer sobre las tablas con buena música y conjunción y afinación de voces. La formación cantó a Córdoba en no pocas partes de un repertorio que fue muy ligado a su disfraz.
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