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La otra batalla del domingo: ¿quién tendrá la llave de la Diputación?

Sede de la Diputación de Córdoba | TONI BLANCO

Alfonso Alba

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Hace un lustro, Ciudadanos y el PSOE se pusieron de acuerdo en algo: acabar con las diputaciones. Cinco años después, las diputaciones, una de las instituciones públicas más antiguas de España, siguen vivitas y coleando. Y los políticos, disputándose un gobierno que otorga un enorme poder (indirecto). Por eso, la batalla más desconocida, pero no menos importante, del próximo domingo será saber qué partido tendrá la llave en la institución provincial, quién será el candidato y si harán falta o no pactos para garantizar la gobernabilidad.

Históricamente, en la Diputación de Córdoba, casi siempre ha gobernado el PSOE salvo el mandato de 2011 a 2015, en el que el PP gozó de una mayoría absoluta (gracias sobre todo a que los populares se hicieron con Córdoba capital) y el primero, en 1979, donde lo hizo la UCD de Diego Romero. En 2015, los socialistas regresaron al Palacio de la Merced, pero necesitaron de un pacto con Izquierda Unida pero no de Ganemos. Ahora, en 2019, el PSOE aspira, incluso, a acercarse a la mayoría absoluta. Y el PP, a que no lo logre, intentando un pacto a la andaluza con Ciudadanos y Vox.

La Diputación de Córdoba es clave no solo en la provincia. También en la capital. La institución provincial, por ejemplo, es fundamental para que se acabe la obra del Centro de Convenciones del Parque Joyero. Pero su gobierno es vital para los pueblos, sobre todo para los ayuntamientos más pequeños. La Diputación abre el grifo del agua potable a través de Emproacsa, gestiona casi todos los impuestos de la provincia con Eprinsa y recoge la mayor parte de la basura en los municipios con Epremasa. También distribuye ayudas y subvenciones y es titular de una multitud de kilómetros de carreteras provinciales, fundamentales para los agricultores, principalmente.

La elección de diputados y de presidentes en la Diputación es indirecta. A diferencia de los concejales, los ciudadanos no votan a sus diputados provinciales. Son elegidos por los partidos. La elección de diputados se hace por partidos judiciales (en la provincia hay 12). A cada partido judicial le corresponde un número de diputados provinciales. El mayor de todos es el de Córdoba, que aglutina también a los pueblos del entorno. Solo el partido judicial de Córdoba aporta casi la mitad de los diputados provinciales, 13 de un total de 27. Por eso lo que pase en la capital es muy importante, aunque no clave.

En los noventa y en los principios del siglo XXI, el PSOE obtenía unos resultados horribles en la capital pero espectaculares en los pueblos. A pesar de ello, los socialistas lograron mayorías absolutas, ya que obtenían casi todos los diputados de casi todos los partidos judiciales.

Ahora, la situación es diferente. El PSOE sigue siendo un partido fuerte en los pueblos más pequeños, donde el PP, Ciudadanos y Vox sacan malos resultados. Pero el tripartito andaluz sí que obtuvo buenos resultados en las ciudades medias y también en Córdoba capital. Lucena, por ejemplo, es una zona donde esperan poder gobernar con uno de estos acuerdos a la andaluza. También en Priego o Cabra. O incluso en Puente Genil y Pozoblanco. Eso es lo que hace que el resultado del próximo domingo sea incierto y dependa mucho también de lo que ocurra en la capital. El PSOE podría ser el partido más votado de nuevo pero PP, Ciudadanos y Vox sumar más y que finalmente la institución provincial caiga del lado de la derecha.

Tras la elección de los diputados provinciales (competencia que corresponde exclusivamente a los partidos) se reúne el Pleno de la Diputación. Ahí, son estos diputados los que deciden quién tiene que ser su presidente o presidenta. Solo ha habido una mujer y fue del PP, María Luisa Ceballos. Todos los presidentes del PSOE han sido hombres. Dependiendo de los resultados en los diferentes ayuntamientos del próximo domingo podría ser, incluso, una mujer, algo que aún está por ver.

Los partidos siempre suelen elegir como diputados provinciales a aquellos candidatos a los que no les fue demasiado bien en las elecciones. Pero la tendencia lleva dos mandatos cambiando. El PP optó por Ceballos que era alcaldesa de Priego en 2011 y en 2015 el PSOE hizo lo mismo por Antonio Ruiz que era alcalde de Rute. No está claro que se vaya a repetir la jugada, sobre todo en unas elecciones con tantos bastones de Alcaldía en juego en los 77 municipios de la provincia.

En 2015, 412.537 cordobeses ejercieron su derecho a voto, un 64,48% del censo. De estos, casi un 33% votó al PSOE, un 30% al PP, un 15% a IU, poco más de un 4% a Ganemos y un porcentaje similar a Ciudadanos. El PSOE se hizo con 12 diputados provinciales, el PP con 10, Izquierda Unida con tres, y Ganemos y Ciudadanos se repartieron uno cada uno.

En 2015, el PSOE obtuvo representación para 406 concejales en los diferentes ayuntamientos de la provincia. El PP, en cambio, pudo colocar a 257 concejales, por los 144 de Izquierda Unida. Ganemos se quedó en los 4 de Córdoba capital y Ciudadanos en cinco.

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