Albero y fuegos artificiales para poner punto y final a la campaña electoral

Justo a la hora en punto en que concluía la tercera campaña electoral que han soportado los cordobeses en menos de seis meses estallaban fuegos artificiales. A las 00:01, después de que se encendieran las luces del recinto ferial de El Arenal, se iluminaba el cielo de alegría. Como una metáfora, las explosiones y fuegos de artificio iluminaban el cielo justo en el momento en el que los políticos ya no le pueden pedir directamente el voto a los ciudadanos.

Mientras, exhaustos, los políticos brindaban en El Arenal. En la caseta municipal, el Ayuntamiento organizaba la tradicional recepción oficial de Feria. Era el último acto oficial y protocolario de la Corporación que estará en funciones desde el domingo, la que fue elegida en mayo de 2015 y la que ha regido la ciudad hasta 2019. Allí, los candidatos de los principales partidos (no fueron invitados los que aún no tienen representación municipal como Vox pero sí los que no se podrán presentar como Ganemos) coincidían en el cansancio de una campaña electoral que se ha hecho infinita.

La campaña arrancó después del pasado verano. Entonces ya se sabía que la expresidenta de la Junta, Susana Díaz, iba a adelantar las elecciones. En noviembre arrancó su campaña, las elecciones fueron en diciembre pero desde entonces los partidos (y los periodistas que han cubierto sus actos y comparecencias) no han parado. En abril, otra campaña, las generales, que coincidieron además con la Semana Santa. Y ahora en mayo otra en pleno mayo festivo cordobés. Más actos, más presencia pública, más cansancio. Agotador.

Este viernes, en la recepción oficial, muchos rostros reflejaban el cansancio pero también la alegría del final de una campaña considerada, por todos, como plana. Lejos quedan las grandes campañas con mítines masivos de otras elecciones municipales. Ya en 2015 se notó un cambio de formato. Los partidos preferían huir del mitin, que consume muchos recursos económicos y personales pero que se dedica exclusivamente a los convencidos, a los militantes que seguro que van a votar a su candidato. En tiempos del big data, se prefiere apostar por las redes sociales (donde se han invertido grandes partidas publicitarias) y por actos de pequeño formato con ciudadanos no tan convencidos. Y sobre todo por lanzar mensajes que compren los medios de comunicación, que son los que siguen siendo los que acaban llegando a la mayoría de los vecinos.

Ahora, tras los fuegos artificiales, muchos políticos y muchos de los que los han acompañado tienen un leve respiro. Muchos decidieron diluirse en la Feria, olvidarse durante una noche de lo que sucederá el domingo. Otros se marcharon pronto. A descansar. Agotados. Los fuegos artificiales sonaron para todos.