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Lucas Rojas, de pequeña papelería de pueblo a empresa multiservicios que factura a media España

Tomás Lucas Rojas, propietario de Lucas Rojas

Alfonso Alba

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Tomás se sigue levantando a las 7:00 de la mañana de todos los domingos para dejar la prensa preparada. Mantiene así el espíritu inicial de Lucas Rojas, una empresa que empezó como una pequeña papelería en el centro de La Rambla hace sesenta años y que hoy se ha convertido en una compañía multiservicios, capaz de hacer casi cualquier cosa y de vender en cualquier parte de España.

Desde La Rambla, Lucas Rojas es el mejor ejemplo de una empresa que ha sabido adaptarse a los tiempos, e incluso, anticiparse. Tomás está al frente de un equipo humano de una treintena de trabajadores que comenzó suministrando papel a la Mancomunidad de municipios de la Campiña Sur y que trabaja actualmente para centenares de colegios públicos y concertados de Andalucía (y más de la mitad de los centros educativos de la provincia de Córdoba), para ayuntamientos, instituciones públicas y privadas en un “multiservicio” que va mucho más allá del suministro de papel.

“¿Qué es lo que te hace falta?”, es una de las preguntas de Tomás. Y la más importante. “¿Qué es lo que Lucas Rojas puede hacer por ti?”. Y la respuesta es prácticamente todo para que el cliente se preocupe lo menos posible siempre, tanto antes de comprar, como durante la adquisición e incluso con un servicio postventa incomparable. “Todos los clientes tienen mi teléfono”, explica Tomás, quien detalla, por ejemplo, que el día que Cordópolis ha acudido a su oficina no funcionaba un proyector recién instalado. “Lo hemos cambiado por otro y ahora ya veremos qué es lo que pasa con el averiado”, explica. Lo importante, siempre, es que el servicio sea óptimo.

Ese es el secreto de Lucas Rojas, una compañía que hace décadas cabía en una furgoneta de reparto y que ahora se desborda en una nave industrial de La Rambla. Mantiene la tienda de sus inicios, aunque muy actualizada y bien dirigida ahora por M Carmen. En la parte de debajo de la nave, el responsable de almacén y logística Juan y sus compañeros Doblas y Loles, preparan pedidos, van y vienen a las estanterías, y reciben a los clientes en un sistema totalmente informatizado que agiliza el trabajo. Arriba, en una oficina diáfana, una veintena de trabajadores completa un proceso complejo para que Lucas Rojas siga creciendo y llegando lejos, expandiéndose por provincias vecinas, llegando a tener presencia en muchas otras comunidades autónomas a nivel nacional.

Navegar por la web de Lucas Rojas es solo una muestra de lo que la compañía puede llegar a hacer: un catálogo de más de 25.000 productos, envíos gratuitos a domicilio a partir de 50 euros y un servicio de entrega de entre 24 y 48 horas. Cada tarde, antes de las 19:00, los comerciales han concluido su trabajo y comienzan a registrarse todos los pedidos del día, que a primera hora de la mañana del día siguiente, ya están preparados para salir.

Lucas Rojas comenzó trabajando para ayuntamientos y mancomunidades y poco a poco fue ampliando el foco. Dio el salto a los colegios, con la entrega integral de todo lo que los más pequeños necesitan al empezar las clases. El primer día de cole son recibidos con una mochila completa de todo lo que el profesor considera necesario para arrancar el curso, como uno de los ejemplos más evidentes.

La empresa vendía material audiovisual para las aulas cuando para muchos las pantallas interactivas eran ciencia ficción; trabajaba ya con los mejores mayoristas y la mejor tecnología audiovisual, cuando muchos centros aún no habían pasado de la pizarra de toda la vida.

Ahora, también han dado el salto a las oficinas y al diseño. La compañía es capaz de trabajar el interiorismo de un centro de trabajo con los mejores diseñadores y de pensar hasta en los pequeños detalles de esos pedidos que tan necesarios son, con algo tan simple como las cápsulas de café, unos breaks, agua embotellada, pero que tanto cuesta adquirir, porque las empresas apenas tienen tiempo de bajar al supermercado. En todo piensa Lucas Rojas.

El secreto de todo, admite Tomás, está en el equipo humano. “Todos me dan 20 vueltas en todo lo que hacen”, explica, mientras acompaña a Cordópolis a una visita guiada por su empresa. Junto a su despacho está el de Luisa, la directora de contabilidad y finanzas, una parte fundamental en la compañía, al igual que Juan, que aunque callado y apartado allí abajo, es una pieza clave en todo este engranaje. “Sin ellos no tomo ninguna decisión”. Cerca está Mari Paz, licenciada en Derecho y experta en Face, la plataforma de facturación pública que es tan importante para todas las empresas que trabajan con la administración.

En el centro está Fran, “el alma de la empresa”, que hace un poco de todo, desde montador de carpintería, de mobiliario hasta jefe de ventas de la compañía. Fran ha estado incluso en Alemania con el diseño de un expositor de Cunext Cooper, el mayor exportador de cobre de España, con sede en Córdoba.

Cerca está también María José, técnica informática, gestora de grandes cuentas y soporte de los comerciales que están en la calle vendiendo. La red comercial, base fundamental para las ventas, está liderada por Nuria y Enca, que llevan en la empresa mas de una decáda.

Pilar Marín es un ejemplo del espíritu de Lucas Rojas. Forma parte de otra saga de empresarios de la papelería, gran conocedora del gremio y a la que Tomás no dudó en fichar. Hoy se centra especialmente en el mobiliario.

Lucas Rojas es también un centro de formación. Por sus instalaciones han pasado alumnos del ciclo de Informática de La Rambla que se han quedado en la empresa, como Manuel, que ahora se dedica al márketing y los sistemas. Ahora mismo, por ejemplo, en la empresa hacen prácticas Alfonso y Antonio, dos alumnos de este ciclo formativo.

Lo mismo ocurrió con Elena, que también llegó a la empresa a través de un ciclo y que hoy lleva las cuentas de las licitaciones públicas con las que se presenta Lucas Rojas.

Agustín hizo Económicas y “se vino al pueblo”, recuerda Tomás, quien detalla que está desarrollando nuevos negocios, algo fundamental para esta compañía que tiene ya más de 2.000 clientes.

Tomás dice que “Jurado” es uno de los “más inteligentes” y parte clave en la compañía. En su ordenador están todas las licitaciones a las que concurre Lucas Rojas. Miguel Pozo, también entró de prácticas y ahora trabaja en la compañía al frente de la plataforma web y los consumibles informáticos.

Tomás también se detiene con Sonia, que lleva 20 años trabajando en este mundo. “Tiene una de las labores más bonitas y difíciles: recuperar clientes. Personas que un día confiaron en nosotros y queremos que sigan haciéndolo”.

“Nos adaptamos muy bien al tiempo. Al cliente hay que ponérselo fácil”, explica Tomás, quien ejemplifica cómo cuando estalló la pandemia Lucas Rojas se reconvirtió y comenzó a vender todo tipo de material que no era fácil de conseguir en aquellas primeras semanas. Hoy, en ese servicio integral a las instituciones y oficinas, ofrecen desde luego, todo tipo de medidas de protección y de maneras de garantizar la distancia de seguridad.

Tomás destaca que más del 80% de los clientes de los tres últimos años sigue confiando en Lucas Rojas, algo que le parece muy buen síntoma y valora enormemente. En toda esta evolución, tiene muy presente a su madre, Mercedes, que sigue apoyándole y aconsejándole como desde el primer día, hace esos 60 años, en el que ella vendía la prensa en una papelería del centro de La Rambla.

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