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Las últimas lluvias alejan el fantasma de las restricciones de agua para este verano en Córdoba

Fuentes ornamentales sin agua en la ciudad

Alfonso Alba

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El último episodio de lluvias ha sido tan importante en la provincia de Córdoba que se aleja el fantasma de las restricciones de agua para este verano. A día de hoy, los embalses de la provincia tienen ya más agua que el año pasado por estas fechas. Y el sistema de abastecimiento a Córdoba capital ha abandonado en cuestión de tres días el nivel de emergencia que tenía decretado y ha pasado a pre alerta, saltándose rápidamente el escalón de alerta.

Todo ha sido posible gracias a un episodio extraordinario de precipitaciones. Tanto que los cordobeses no veían llover de esa forma en un día desde noviembre de 2009. Han pasado casi 14 años y eso es algo que se ha notado. Este fin de semana los arroyos y ríos de la provincia de Córdoba habían resucitado. Sus aportes estaban haciendo que la reserva de agua en la provincia de Córdoba creciera, especialmente en los embalses que sostienen el abastecimiento a las ciudades. Eso sí, no ha llovido lo suficiente aún como para dar la sequía por acabada. De hecho, con los datos actuales se hace complicado garantizar un verano normal de riego para la agricultura, que es la principal demandante de agua.

Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a las 19:00 de este lunes, los embalses de la provincia de Córdoba tienen 19 hectómetros cúbicos más de agua que hace justo un año. Es una cantidad pequeña para la capacidad de la cuenca en la provincia pero significativa: 19 hectómetros es el consumo anual de toda la ciudad de Córdoba. Pero el dato más importante es que en apenas cuatro días, los embalses de Córdoba han ganado 75 hectómetros cúbicos cuando más sed tenían. Y la tendencia es a que poco a poco la reserva siga aumentando aunque no llueva en los próximos días. Los arroyos bajan alegres y hasta el agua del Guadalquivir es aprovechada por el bombeo de tres pantanos: El Arenoso, San Rafael de Navallana y La Breña II.

En concreto, a las 19:00 de este lunes, la reserva de agua en la provincia de Córdoba se aproximaba a los 653 hectómetros cúbicos. La capacidad de la cuenca en la provincia de Córdoba es tan inmensa que eso solo supone el 20% del total. En Córdoba, los embalses tienen sitio como para almacenar 3.320 hectómetros cúbicos.

Por partes, el sistema que se ha garantizado la supervivencia un verano más es el que abastece a Córdoba capital. La ciudad bebe del agua que retiene el embalse del Guadalmellato y, en caso, de secarse podría recurrir al de San Rafael de Navallana. La reserva conjunta de ambos pantanos es de 130,3 hectómetros cúbicos, seis más que el año pasado por estas fechas. El año pasado se llegó a autorizar en verano un riego extraordinario en el Guadalmellato. Este embalse, de hecho, tiene 56 hectómetros ya. El dato no es baladí. La empresa municipal Emacsa usa su nivel para medir el nivel de sequía en la ciudad. Si pasa dos meses por debajo de los 45 hectómetros se empiezan a aplicar restricciones en la ciudad, como lo que ya se ha hecho: cortar el agua de las fuentes ornamentales. Ahora, se tendrá que volver a reunir la Mesa de la Sequía para determinar si ya no hace falta cortar las fuentes y se pueden volver a activar.

Sierra Boyera tiene agua para pasar el verano

Las comarcas de Los Pedroches y el Guadiato acaban de pasar el día 300 desde que se prohibió el consumo de agua. El motivo está en que Sierra Boyera se secó y hubo que conectar de emergencia el embalse de La Colada, construido precisamente para combatir sequías pero que está contaminado por vertidos. Sierra Boyera se secó en abril pero ahora mismo tiene ya más de tres hectómetros cúbicos de agua en su interior. Es una reserva suficiente como para abastecer a los 80.000 vecinos del norte de la provincia de Córdoba hasta después del verano.

De momento, la empresa provincial de Aguas de Córdoba guarda silencio. No consta que vaya a conectar de nuevo Sierra Boyera a su estación de potabilización y sigue bombeando el agua contaminada desde La Colada. La Diputación trabaja en unas obras para potabilizar ese agua y que no sea necesario mezclar La Colada con la nueva reserva en Sierra Boyera. Toda la comarca anda pendiente del día en el que la Diputación anuncie que el agua ya es potable.

Mientras tanto, Sierra Boyera sigue recibiendo importantes aportaciones por las lluvias extraordinarias que también han regado una de las cuencas en las que menos precipitaciones se estaban produciendo en los últimos años. Cada día gana 0,3 hectómetros, una cantidad notable teniendo en cuenta que ese es casi el consumo mensual de las dos comarcas.

Martín Gonzalo evita las restricciones en la zona de Montoro

Tras todo el norte de la provincia de Córdoba hay una zona que es la que más preocupaba a los técnicos de Emproacsa: los pueblos que beben del embalse de Martín Gonzalo, en Montoro, muchos de su entorno en el Alto Guadalquivir. La reserva del Martín Gonzalo había bajado peligrosamente.

Los vecinos de Montoro, Villa del Río, Adamuz, Algallarín, Pedro Abad, Bujalance, Morente, El Carpio, Maruanas, Villafranca de Córdoba y Cañete de las Torres se beben cada año 3,9 hectómetros cúbicos de agua potable. El jueves pasado, Martín Gonzalo tenía esa cantidad: 3,9 hectómetros. Teniendo en cuenta que todo no es agua, sino que el fondo no se podrá aprovechar, la zona estaba cerca de entrar en restricciones. Pero la lluvia ha elevado el nivel de este embalse hasta los 5,4 hectómetros cúbicos. No es para tirar cohetes, pero sí una cantidad suficiente como para pasar un verano con tranquilidad y sin restricciones.

El subidón de Iznájar

El resto de la provincia de Córdoba depende para beber de un único embalse, que es también el más grande de Andalucía. Iznájar, con casi 900 hectómetros cúbicos de capacidad, da de beber a 200.000 cordobeses y sirve para regar toda la zona del entorno del Genil. Su cuenca es inmensa. Tan grande que incluso cuando no llueva subirá su reserva gracias al deshielo de la nieve de Sierra Nevada.

Solo en una semana ha ganado cinco hectómetros y alcanza el nivel de los 174. Es agua suficiente para garantizar el abastecimiento a los vecinos del sur de la provincia. Pero no para las aportaciones de regadío que se necesitarían en un año normal. Al contrario, es probable que si se usa su agua para regar sea una cantidad muy escasa.

La crecida del Guadalquivir que se aprovecha

Además, en estos días está a pleno rendimiento un novedoso sistema que aprovecha las crecidas del río Guadalquivir. Lejos de la creencia general de que es agua que va al mar, hay tres embalses que sí que aprovechan las crecidas para bombear agua del Guadalquivir a su interior: Arenoso, San Rafael de Navallana y La Breña II.

Con datos hasta este lunes a las 8:00 de la mañana, de los 4,8 hectómetros que ha ganado en el episodio San Rafael de Navallana 1,16 hectómetros han sido gracias al bombeo desde el Guadalquivir. Es decir, prácticamente una cuarta parte de sus aportes. El bombeo de La Breña II le ha metido 2,43 hectómetros de los 13,5 que ha ganado. Y el Arenoso ha recibido 0,4 de los 7,5 que ha ganado.

Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo de un buen grupo de personas de la Confederación (Navallana) y del contrato de Acuaes (Arenoso y La Breña). Los ingenieros tienen que calcular la potencia eléctrica a la vez que el momento clave de la crecida y la cantidad de agua que pueden bombear.

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