Amigos de los Patios y la defensa del legado durante medio siglo

En aquella década la concepción urbanística pareció cambiar definitivamente. No sólo en Córdoba sino en toda España. Aunque ya en anteriores decenios se apostó por un modelo vertical de vivienda. Para la ciudad ese hecho suponía poner en riesgo sus más tradicionales casas. Y éstas eran las que se levantaban en torno a patios. Si bien no fue el único, éste fue el principal motivo por el que surgió la Asociación Amigos de los Patios Cordobeses, que a lo largo de estos meses conmemora su 50 aniversario.

Fue un 24 de abril, tal día como el pasado miércoles, cuando el colectivo nació oficialmente. Corría el año 1974 y entre quienes fundaron la institución se encontraba, por ejemplo, Miguel Salcedo Hierro. No debería necesitar presentación, pero fue un prohombre, como se suele decir, de la capital. Escritor, profesor y director teatral, fue cronista y académico de Córdoba. Pues él estuvo entre los conocidos como “Siete magníficos”, que fueron quienes impulsaron un movimiento que aún perdura.

La meta era salvaguardar las casas-patios de la ciudad, que representaban un legado no sólo habitacional sino sociocultural. “Empezó una crisis inmobiliaria en la que se optó por los bloques de viviendas y las viviendas de este tipo sufrían el olvido”, rememora Miguel Ángel Roldán. El actual presidente de Amigos de los Patios añade que entonces “aparecieron los Siete magníficos, que pretendían salvar el mayor número de casas y compraron San Basilio, 44 y la Casa de las Campanas con préstamos”.

El recorrido hecho y el trayecto por hacer

Roldán hace referencia a dos espacios emblemáticos de la ciudad. El primero es quizá uno de los patios más conocidos y reconocibles más allá de Córdoba, en el corazón del Alcázar Viejo. El segundo es el situado en el número 3 de Siete Revueltas, en el barrio de Santiago. Ambos, al igual que otros como Trueque, 4 o San Juan de Palomares, 11, reflejan entre sus muros y con sus macetas la historia de la capital. Los casos concretos, citados por su presidente, son sedes del colectivo.

Dicho lo cual, para Amigos de los Patios “es un gran orgullo haber llegado hasta aquí”. “Yo no lo veré, pero esperemos cumplir 50 años más, aunque en nuestro caso ya es un logro haber alcanzado 50”, resalta el presidente de la institución. Sobre el trabajo en el último medio siglo, Miguel Ángel Roldán señala que, sobre todo, fue “dar a conocer los patios, que ya se conocen mundialmente”. “Fue una labor de los presidentes anteriores y que yo continúo”, concluye al respecto.

Pero todavía resta mucho por hacer. Ante todo, está la defensa del legado para que no se pierda. “El futuro se nos presenta, en definitiva, a todos y pasa por el mantenimiento de esto, por seguir inculcando a la gente joven los patios”, señala Roldán. El martes, por ejemplo, el colectivo celebró una jornada de ocio y divulgación entre el alumnado de dos colegios de la capital. “No todos, pero si alguno va saliendo, le va gustando y elige una casa-patio será un logro”, afirma.

La importancia del legado y de su mantenimiento

Al respecto de ese objetivo, el presidente de Amigos de los Patios admite que “falta un relevo generacional” en la propiedad y el cuidado de estas viviendas. Eso sí, considera positivo, o al menos esperanzador, que “va surgiendo poco a poco, porque hoy en día hay gente joven que se ha hecho cargo de casas”. “Por desgracia se perdieron muchas, pero vamos a ser optimistas y pensar que irá surgiendo gente joven”, finaliza en este sentido Miguel Ángel Roldán.

Sea como fuere, el presidente de la ya cincuentenaria asociación resalta que la tradición “es muy importante, porque representa una forma de vida, y sigue siéndolo en Córdoba, y es la de compartir”. De ahí que también crea relevante la potenciación internacional de la fiesta y el modelo habitacional. “Con el Patrimonio Inmaterial y los reconocimientos en todo el mundo la gente se está concienciando de la importancia de los patios”, finaliza en la fecha en que el colectivo que representa cumple medio siglo.