Viaje al volcán de Alicante con el sueño de un final perfecto
Esnáider prescinde de Fede Vico, con molestias, y cuenta con Abel, Javi Cabezas y Pauliño como novedades en la convocatoria para combatir a un enrachado Hércules
Se cae de la lista Fede Vico, con molestias después de la última práctica, y entra Pauliño, el chico-apuesta. También Abel, que después de su golazo en la infausta tarde en Guadalajara no pudo disfrutar -es un decir, claro- del estreno de Juan Esnáider en El Arcángel. El retorno del centrocampista, después de cumplir su partido de sanción, es uno de los ejes argumentales de la película que pretende que protagonizar el Córdoba en Alicante. El nombre del ex del Granada, junto al de Caballero, se perfila como importante de un once titular que experimentará cambios sonados en su composición. La pareja de centrales se rompió. Armando cumple un partido de castigo por acumulación de amarillas y Gaspar, otra vez lesionado, no podrá retornar hasta dentro de al menos cinco semanas. Kiko Olivas y Alberto Aguilar pueden formar el dúo atrás, flanqueados por Seoane y Dubarbier, aunque quizá el argentino deje su plaza de nuevo a Fuentes para adelantarse en el dibujo. Garai, Caballero y Abel pueden formar un trivote y Enzo Rennella no lo tiene claro como segundo punta. Pedro y López Silva apuntan a las bandas. Xisco es innegociable. Esnáider ha barajado fórmulas durante la semana para buscar una reacción. Es la hora de pasar de las palabras a los hechos.
Encima de la mesa hay muchos asuntos que manejar. Las matemáticas, que aún conceden una remota posibilidad; las historias sobre equipos que, en su día, protagonizaron una hazaña parecida; los propios precedentes del club, habituado a exigencias sobrehumanas en situaciones límite; la necesidad de reivindicación personal de un grupo en entredicho y de un entrenador de estreno. De todo eso se ha hablado durante la semana previa a un partido revestido de una trascendencia peculiar. El Hércules-Córdoba (domingo, 17:00) aparece como un desafío para ambos litigantes, inmersos en situaciones que evidentemente no han buscado y que no han merecido, según pregonan públicamente desde ambas trincheras. Pero el caso que están ahí, con problemas que resolver, y no se pueden permitir el lujo de mirar para otro lado.
Los alicantinos chapotean en el fondo de la clasificación desde el arranque de una campaña horrorosa, en la que todos los planes se le torcieron de un modo inesperado. Necesitan vencer (tienen 35 puntos) para acercarse lo máximo posible a la barrera de los 50 que delimitan la supervivencia y el hundimiento. El Córdoba también se juega lo suyo, aunque su presente no es tan dramático como el de los inquilinos de un Rico Pérez que, por cierto, presentará un gran aspecto en las gradas después de una política de entradas baratas y los clásicos llamamientos al orgullo de la afición. Los blanquiverdes exprimen sus opciones de jugar el play off de ascenso a Primera, tal y como hicieron el curso anterior. Para ello necesitan un sprint final heroico, en el que precisan ganarlo todo o casi todo. Y ni siquiera eso les dejaría las cuentas certificadas. “El play off lo veo bastante posible”, insiste Juan Esnáider en un gesto enmarcado dentro de la estrategia del club, que no es más que la plasmación de uno de los lemas más célebres del cordobesismo. “Hasta el final, mi Córdoba”. Pues eso: se trata de pelear hasta que no haya más. Pelear. No bajar los brazos. No dejar la sensación de que la mente está puesta en el futuro y que el presente se desprecia.
Los jugadores han insistido en sus comparecencias ante los medios en su disposición a dejarse el pellejo en estos ocho partidos. Ante el Hércules vuelve a expandirse la sensación de estar ante un examen. ¿Presión? Claramente, sí. Pero ya dejó caer el nuevo entrenador argentino del Córdoba, dejando el sello de su ambición, que quien no esté preparado para esto puede dedicarse a otra cosa. “Es bueno que haya ruido, porque peor es que nadie se fije en uno”, apuntó a propósito del seguimiento mediático y las muestras de inquietud y desaprobación detectadas en el seno de la afición tras el decepcionante partido frente a la Ponferradina. En Alicante habrá un chequeo importante. Si el Córdoba consigue que en su comparecencia en El Arcángel para recibir a la UD Las Palmas aún se puedan hacer cuentas sobre el play off será un éxito.
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