“Tieso, vete ya”, segunda temporada
“Que se vaya ya, ni un minuto más aquí”, dice, con el rostro enrojecido por la indignación y las venas del cuello amenazando con estallar, un aficionado en los aledaños de El Arcángel. Aún no ha empezado el campeonato de Liga, pero hay otro partido al que han sido convocados todos los que están en contra de la gestión de Jesús León. Que son -aunque depende del baremo con que se cuente- bastantes. Sus ganas de que se marche son tantas como las dudas que les suscita el porvenir. Si León se va, ¿quién viene? “Ni León, ni González”, dicen en un corrillo. “Oliver sería el mejor”, apunta un seguidor que expone a quienes quieren escucharle una teoría curiosa: “Que se vayan todos y se quede el club en manos de los cordobesistas”.
Unos 700 aficionados se fueron situando poco a poco en la puerta cero, lugar fijado por los convocantes, un conglomerado de colectivos con las principales peñas y sectores más críticos con la deriva que está tomando el club en los últimos meses. A León le recordaron su pasado en el Sevllla con cánticos hirientes y González, su antecesor, también fue nombrado en algunas de las airadas consignas de una muchedumbre que fue entonando sus hits desesperados sin ninguna guía, de modo espontáneo. El liderazgo difuso de esta corriente crítica está siendo uno de sus principales frenos. Hay un aluvión de improperios a la actual gestión -que, evidente es, está llevando al Córdoba a sus cotas más bajas-, pero el plan de actuación no termina de estar claro. Y si lo está, el común de los cordobesistas no llega a conocerlo.
La demagogia se vendía barata en los alrededores de El Arcángel, donde los agraviados por el deficiente gobierno del Córdoba se mezclaban con quienes, ajenos a las cuestiones extradeportivas, solo se preocupaban por saber si ya ha venido el delantero centro que tanto se ha echado de menos durante en el verano. “Se tenía que haber quedado Piovaccari”, lamenta un joven seguidor. Pero el italiano está en Vallecas y el Córdoba sigue aquí, metido en un buen lío.
La plataforma 'Córdoba CF Somos Nosotros', los miembros de Minoritarios CCF, los Brigadas, los de Incondicionales, peñas de todo tipo y talante... Hubo de todo. Algunos siguiendo las directrices del grupo, otros a título individual y algunos, que todo hay que decirlo, bastante despistados que se sumaron al ver la bulla y que fueron puestos al día de la situación con trazo grueso: “El Tieso se tiene que ir ya”. ¿Y por qué? “Nos lleva a la ruina. Verás tú cuando tenga que pagar las nóminas del mes...”, advertía un peñista veterano que insistía en que su denuncia no era “hablar por hablar”. “Conozco a trabajadores del club que lo han pasado mal y peor lo van a pasar, porque los han echado”, relataba. Esto también es fútbol.
Deportivamente, el Córdoba anda peor que nunca en los últimos doce años. En este fangal de Segunda B tiene que imponer su ley o aquí no hay caso. En lo institucional se le viene encima una avalancha de batallas en los juzgados. “¿Dónde están los millones?”, cantaban los críticos contra León, que en una de sus más célebres comparecencias ante los medios alardeó de unos ingresos récord de veinte millones de euros. Unos meses después se ha visto negro para juntar poco más de doscientos mil y pagar las deudas que le permitieran inscribir al equipo. Un episodio vergonzante, que recordaron los congregados para reclamar al accionista mayoritario y presidente un acción simple. Que se vaya. Si todo fuera tan sencillo...
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