La sonrisa de Razak

Carrión volvió a apostar en el día de hoy por Razak Brimah. Pese a su irregular actuación en la pasada jornada frente al Levante, el técnico barcelonés, en su idea de demostrar el buen nivel en el que se encuentran ambos guardametas, dio entrada al portero ghanés en el decisivo duelo ante la Agrupación Deportiva Alcorcón. Y hoy no erró. En su segunda comparecencia como titular de la temporada, la primera en El Arcángel, Razak se mantuvo solvente. Seguro en las pocas ocasiones que generó el cuadro alfarero. Pero sobre todo, y en este caso con connotaciones positivas, discreto. De hecho, el portero internacional apenas tuvo trabajo en un duelo de infarto, en el que el peso del oficio cayó en el centro del campo. Durante los primeros 45 minutos, únicamente un disparo del exblanquiverde Víctor Pérez puso en peligro la portería local. Un golpeo fuerte desde fuera del área que éste resolvió sin problemas. El resto del tiempo, y a pesar del dominio por fases del cuadro de Julio Velázquez, apenas se produjeron remates.

La segunda parte siguió una inercia parecida. Los visitantes lo intentaron de todas las maneras, pero hoy sí funcionó la intensidad defensiva. Y más aún, sobre la figura de David Rodríguez, desactivado complemente. Tan solo una falta botada por encima del travesaño blanquiverde, y un par de centros en los instantes finales, lograrían despertar los nervios de la afición local. Más preocupada en la imperiosa necesidad de batir a Dani Jiménez, que había entrado en sustitución del serbio Dmitrovic. Razak pasó de pieza secundaria a clave de un grupo sólido. Consciente de que el triunfo no solo valía los tres puntos. Todos fueron a una en un partido en el que nadie brilló especialmente por encima del resto. El poder del grupo surgió efecto, y el Córdoba pudo dar con la tecla adecuada. El guardameta africano finalizó arrodillado en el césped. Agotado, aunque más psicológica que físicamente. Pero sabedor de completar un trabajo bien hecho.