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Como si nada de esto hubiera ocurrido

Jugadores del Córdoba, antes de poner rumbo a Oviedo | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Terminada una etapa, arranca otra. Apenas existe un tiempo de transición. El cambio ha de ser asumido con toda rapidez. Es lo que tiene el fútbol, tanto como la vida. Y lo cierto es que un nuevo ciclo está por comenzar. En poco menos de 24 horas tiene su inicio, definitivamente, la era Merino. Resulta complicada toda permuta de rumbo, todo viraje. Pero no menos necesaria cuando la situación lo requiere. La del Córdoba es altamente compleja, pues de manera inesperada se encuentra en tierra ardiente tras un primer tramo de temporada nada agradable. El conjunto blanquiverde ocupa plaza de descenso, con el peso de siete derrotas y veintidós goles en contra a sus espaldas. Un bagaje prácticamente insoportable y que días atrás supusiera el cierre a la etapa de Luis Carrión al frente del equipo. El testigo lo toma Juan Merino, quien asume la responsabilidad de revertir por completo la delicada realidad del cuadro califal. Primer paso ha de ser en este sentido la consecución del triunfo en Oviedo. El Carlos Tartiere es el punto de partida, desde las 12:00 de este domingo, de un período distinto en el que sólo cabe mirar adelante.

Como si nada de esto hubiera ocurrido. Ésa es la mentalidad con la que debe acudir el Córdoba a su cita en Asturias. Por mucho que la destitución de Carrión doliera en el vestuario, éste debe asumir que el pasado es sólo eso. Todo lo que aconteciera antes del miércoles es imposible de modificar. En cambio, el futuro se escribe a partir de un nuevo presente. Es lo que va a buscar el Córdoba en su visita a un rival que tampoco atraviesa su mejor momento. Lo importante, con todo, es que los jugadores miren en sus adentros para recuperar la confianza perdida. “Yo no solamente tengo la ilusión, sino que estoy convencido de que este equipo está capacitado para hacer las cosas mejor”. Esas palabras forman parte del primer discurso de Juan Merino en la sala de prensa de El Arcángel. Mensaje que fuera anterior incluso a su presencia inaugural en la Ciudad Deportiva. El preparador linense rompe de esta forma una lanza a favor de los que son, desde hace unos días, sus futbolistas.

En definitiva, el Córdoba trata de olvidar el suplicio de los últimos meses. Sobre todo, la dura goleada de la pasada semana ante el Nàstic (1-5). Perder la memoria, aunque sólo de manera parcial, supone refrescar la cabeza de cara a un segundo inicio. Eso sí, los errores han de estar muy presentes para que no vuelvan a ser repetidos. Ahí eleva sus esfuerzos Merino a su entrada en la caseta del conjunto blanquiverde. Basta de recibir goles, basta de mostrar fragilidad. El técnico sabe que el golpe de timón sólo es posible con un refuerzo de la contundencia, con el armamento de sus filas. Es en este sentido en el que pone la mayor parte de su atención antes del peligroso estreno. Peligroso es debido al arma de doble filo que siempre significa una racha mediocre del rival. Quizá uno piense que en tiempos difíciles sea más sencillo hacer daño y, por el contrario, puede resultar que en ese instante el orgullo haga renacer al adversario.

Sea como fuere, el cuadro califal ha de acudir a Oviedo con la sensación de que todo depende de sí mismo. De su control de la situación y de la creencia de que es posible otra realidad deportiva. Un reinicio en el que Merino no va a tener a su disposición a Jovanovic, que una vez más cae lesionado -entre cuatro y seis semanas de baja va a estar el serbio-. Pero cada contratiempo, como los anteriores, debe ser superado. En eso consiste este deporte llamado fútbol, y en eso consiste la propia vida. El esfuerzo, como ya afirmara el recién llegado técnico, es la base para conseguir que nada afecte. O que lo haga menos. Un sacrificio cuyos partícipes todavía se desconocen. Porque ésa es cuestión a resolver una vez dado el cambio en el banquillo. Toca ver quiénes son los elegidos por el preparador blanquiverde para la reconducción del equipo. Quizá, visto lo visto y oído lo oído, el músculo gane la partida.

Mientras el Córdoba termina de definir su nueva línea, el Oviedo espera en su estadio con cierta necesidad también. El conjunto asturiano acumula cinco jornadas sin ganar, demasiadas para una entidad llamada a estar en la zona noble de la tabla. Una tierra que le queda lejana hoy por hoy con sus once puntos. Además, los azulones apenas saben lo que es vencer como locales: dos victorias en cinco encuentros es su balance actual en el Carlos Tartiere. De ahí que Anquela se vea obligado a hallar soluciones rápidas para evitar que el objetivo inicial desaparezca. Igual que sucediera a su rival de este domingo. El técnico jiennense, por cierto, tiene la baja de Verdés, si bien logra recuperar a Mariga tras la anterior vuelta de Johannesson.

ALINEACIONES PROBABLES

REAL OVIEDO: Juan Carlos, Cotugno, Carlos Hernández, Forlín, Christian Fernández, Folch, Mariga, Johannesson, Saúl Berjón, Aarón y Toché.

CÓRDOBA CF: Kieszek, Fernández, João Afonso, Josema, Pinillos, Edu Ramos, Aguza, Alfaro, Javi Lara, Javi Galán y Sergi Guardiola.

ÁRBITRO: Moreno Aragón (Comité Madrileño).

CAMPO Y HORA: Carlos Tartiere, 12:00.

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