Saizar vuelve a echar el cerrojo a la portería del Córdoba
El cancerbero vasco devuelve al conjunto blanquiverde una condición de imbatido que no conoció en toda la etapa de Esnáider
Se acabó lo de recoger el balón del fondo de las redes partido tras partido, al menos por una semana. La seguridad defensiva es una de las claves del Córdoba de Pablo Villa, que cree en el equilibrio máximo entre la zaga y la vanguardia de su equipo para encontrar el éxito. Tal concepto tuvo su reflejo sobre el terreno de juego en el duelo con la Ponferradina, puesto que el conjunto blanquiverde logró acabar con su portería imbatida. Si bien apenas hubo de pasar por el más mínimo apuro para evitar que perforaran las mallas que defendía, Mikel Saizar consiguió dejar a cero el marco cordobesista y acabar así con una estadística que se inició el pasado 7 de abril y se prolongó a lo largo de las diez últimas jornadas de la pasada campaña.
De esta forma, el cancerbero vasco, el primero de esta región que toma mando en plaza bajo palos en la escuadra califal desde Xabier Jáuregi, devolvió al Córdoba una condición de imbatido que desconoció con Juan Eduardo Esnáider en el banquillo. Cierto es que Saizar contó también con la importante colaboración de los hombres de retaguardia y de todo el equipo en labores defensivas para mantener a raya a los delanteros de una Ponferradina que no intimidaron en exceso. Sea como fuere, el guardameta volvió a echar el cerrojo a la puerta cordobesista, que tan transitada estuvo en el último tercio de liga el anterior campeonato.
Llegó esta imbatibilidad después de que el cuadro blanquiverde tomara por costumbre encajar al menos un tanto en cada partido. Así sucedió con Esnáider al timón. En los nueve encuentros que dirigió al Córdoba, el técnico argentino fue incapaz de dar con la tecla para conseguir que el equipo quedara con su portería a cero. En total, fueron 14 los goles que recibieron en esos nueve encuentros entre Alberto García y Saizar. No en vano, el portero natural de Ibarra ya disputó el curso pasado los dos partidos finales, en los que encajó tres tantos (dos anotados por el Mirandés y otro por el Numancia). Sin embargo, esta dinámica comenzó algo antes.
Fue el 30 de marzo cuando el conjunto cordobesista consiguió dejar por última vez su portería libre de esféricos. Entonces venció al Sabadell con claridad en El Arcángel (3-0), un resultado que poco hacía presagiar lo que después vendría. Ya una semana después, en la jornada 33, el equipo dirigido hasta ese día por Berges inició una racha que no acabó hasta el pasado sábado. El 7 de abril el Guadalajara asestó un golpe mortal al preparador cordobés y perforó en tres ocasiones la meta defendida en ese momento por Alberto García. Desde entonces, y han pasado cuatro meses y diez partidos -oficiales-, para volver a saber lo que es no recibir un solo tanto.
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