Raíllo, un peligro añadido con acento cordobés
Ante sí tiene el Córdoba otro desafío de altura. Como todos de un tiempo a esta parte, el partido que afronta el domingo (12:00) tiene aspecto de final. Por si fuera poco, en esta ocasión, como en la anterior jornada, se enfrenta a un rival de la zona noble de la tabla. Recibe a un Mallorca que aspira a disputar el play off y que además atraviesa un gran momento de forma: encadena seis duelos sin perder. Además, cuenta por triunfo cada uno de sus tres últimos encuentros. Una dinámica positiva ésta de la que buena parte de culpa tiene un conocido a orillas de Guadalquivir. Se trata de Antonio Raíllo, que en las más recientes contiendas explota como goleador en llegada desde atrás. Pese a actuar como defensa, el jugador cordobés sabe aportar puntos a su equipo también en materia anotadora. Ahora, es el conjunto blanquiverde el que debe tener cuidado ante su eclosión en ataque.
Su rol es importante dentro del Mallorca. De esta afirmación dan buena muestra sus números a lo largo de esta temporada. Antonio José Raíllo Arenas (Córdoba, 1991) es el quinto futbolista del cuadro balear con más partidos jugados esta campaña. Son un total de 27 en los que por ahora participó. Más clarificador es el dato de minutos sobre el verde: es el tercero en el equipo de Vicente Moreno con casi 2.400 acumulados. De esta forma, indudable es el peso que en el conjunto bermellón tiene el zaguero que comenzara a destacar en su juventud en los escalafones inferiores del Pozoblanco y en la propia primera escuadra de la entidad vallesana. Fueron sus actuaciones en el club de Los Pedroches las que le valieron el salto al filial del Real Betis, desde el que aterrizó después en el del Córdoba. Pero en El Arcángel no gozó de oportunidades más allá de su segundo vestuario.
Fue así cómo buscó fortuna lejos de casa. Encontró nuevo destino nada más y nada menos que en la cantera de un Espanyol con el que llegó a debutar en Primera. Eran tiempos en los que otro cordobés, Juan Rafael Fuentes, formaba parte también de los periquitos. Con el primer equipo barcelonés disputó cuatro encuentros en la máxima categoría del fútbol español. También otros dos de Copa, uno de ellos, ahí es nada, en el Camp Nou. Sin embargo, no tuvo continuidad en Cornellà-El Prat y salió cedido a la Ponferradina para la segunda vuelta de esa temporada 2015-16. Con la escuadra de El Bierzo jugó 16 choques de Segunda A. Ya en verano de 2016 llamó a sus puertas el que es su actual club, un Mallorca con el que participó en casi una treintena de duelos en la división de plata. El defensa ya visitó aquel curso, el 2016-17, El Arcángel. Se marchó victorioso después de que los bermellones se impusieran por 0-2.
Esa campaña terminó mal para el Mallorca y, por tanto, para Raíllo. El cuadro balear no pudo evitar el descenso a una Segunda B en la que el cordobés obtuvo galones de forma definitiva. Disputó 33 partidos de liga regular y los dos únicos que necesitó su equipo, ante el Mirandés, para regresar a Segunda A. Una categoría ésta en la que no sólo está de vuelta el conjunto bermellón sino el propio zaguero, que mantiene su rol de pieza clave para el entrenador, Vicente Moreno. Como si no tuviera poco con su papel protagonista, el defensa tomó impulso en las dos últimas jornadas para marcar sendos goles importantes para su escuadra. El primero lo anotó en Las Palmas y fue el que dio los tres puntos a los mallorquines en tierras canarias. La segunda diana la hizo días atrás, cuando abrió la goleada de los insulares al Real Zaragoza (3-0).
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