“Solo queda pediros perdón...”
“Y ahora que has caído, yo te levantaré...”, dice, entre otros mensajes paliativos, un vídeo que el Córdoba CF ha lanzado a través de sus canales oficiales poco después de consumarse el descenso a la Segunda División B. La derrota en el Estadio Gran Canaria, el mismo escenario en el que el club logró hace cinco años el ascenso a Primera División, ha sido la certificación de manera matemática de la pérdida de categoría. El 1-0 frente al cuadro amarillo deja a los cordobesistas en la última posición de la tabla clasificatoria -solo queda detrás el Reus, expulsado por impagos-, un deshonroso puesto que tratarán de evitar venciendo en la próxima jornada al Nástic de Tarragona. En El Arcángel se cruzarán el domingo los dos equipos, ambos ya descendidos a falta de cuatro citas más para la conclusión de la Liga 1/2/3.
El regreso a la Segunda División B después de 12 años significa un paso atrás que abre un panorama repleto de incógnitas en todos los órdenes. Después de su último descenso a la categoría de bronce, en la 2004-05, la entidad estuvo dos cursos para terminar subiendo en la 2006-07. Desde entonces ha estado dentro del mapa del fútbol profesional español, disputando tres play offs de ascenso a Primera y logrando en 2014 el salto a la máxima categoría, para descender de inmediato. “Volveremos a Segunda”, dice el vídeo difundido por la entidad cordobesista, que afirma que “solo queda” pedir “perdón” por lo sucedido.
https://twitter.com/Cordobacfsad/status/1127675729695653888
Las reacciones a la estrategia de marketing del Córdoba no han resultado, como se puede entender, demasiado comprensivas. Más allá de los pésimos números, las llamadas a un futuro de éxito no casan demasiado con la situación deportiva e institucional. La lucha por la propiedad entre Jesús León (Aglomerados Córdoba) y Carlos González (Azaveco), con el telón de fondo de una compraventa no concluida -al montoreño le faltan por pagar 4'5 millones-, y el escándalo de los tres meses de nóminas impagadas a los jugadores del primer equipo -que son dos al filial y al femenino, además de a la mayoría del personal no deportivo- componen una escena más que preocupante. Y aún quedan cuatro jornadas de Liga.
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