Crece el mito: Alfonso Cabello conquista el oro en Tokio
El referente comienza a ser, cada vez más, una leyenda. Insaciable, aún por cumplir los 28 años -lo hace el 19 de septiembre-, acrecienta su figura a nivel internacional. Y también en los anales pues en el futuro va a ser muy difícil que otro deportista consiga lo que él. Alfonso Cabello parece de otro planeta, lo que demuestra con una actuación histórica en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Porque el cordobés se cuelga el oro en la prueba del kilómetro, su predilecta, y el logro es posible gracias a un registro que le supone, por si fuera poco, el récord mundial y el paralímpico. Su crono esta vez es de 1:01.557, inferior a los sellados en sendas plusmarcas, ambas en su posesión hasta la fecha. Con este triunfo, por cierto, el ciclista de La Rambla alcanza su cuarto metal en una cita de este tipo en la tercera en que está presente.
Crece el mito, que tras cada competición se hace más inabarcable. Ejemplo de ello es el éxito alcanzado en Japón, sobre todo por la forma en que se produjo. No en vano, la consecución de una presea, y no sólo el triunfo, se tornó en tarea muy complicada por el transcurso de la prueba. Pero el ciclista natural de La Rambla es un especialista del contrarreloj en 1.000 metros -popularmente conocido, en efecto, como kilómetro- y el mejor de su categoría, la C5. En este sentido, ni siquiera la compensación de la clase C4, que entra en competición conjunta en los Juegos Paralímpicos desde la anterior edición del evento -en Río de Janeiro en 2016-, impidió al cordobés agigantar más aún su nombre en el historial del ciclismo adaptado y del deporte en general.
Al rambleño le tocó en suerte la última salida de la carrera en el velódromo de Izu, lo que podía serle favorable pero también suponerle una presión añadida. La verdad es que no fue un factor determinante, o quizá sí, para su participación, que completó con la única y firme intención de repetir la corona paralímpica que obtuvo en Londres 2012. Sin embargo, el final de la competición vino a endurecer el acceso al podio. Y todavía más la llegada al primer cajón. El chino Guoging Wu, de categoría C4, mandaba en la clasificación con un tiempo de 1:04.834, un registro que rebajó en primer lugar Jozef Metelka. El eslovaco quería reeditar medalla tras lograrla en Río de Janeiro 2016 y lo demostró con una marca de 1:04.786.
Alfonso Cabello aspiraba, en ese instante, a la máxima presea si mantenía su récord en los Juegos de Brasil (1:04.494). Lo cierto es que con el condicionante de correr en la clase C5 le dificultaba incluso la consecución de una medalla. Debía estar al mejor nivel posible. La complejidad fue más después de que saliera a pista el británico Jody Cundy, campeón en Río de Janeiro 2016, al elevar la exigencia por el título al extremo. Concluyó con un tiempo real de 1:02.529 que con la compensación se minimizó para quedar en 1:01.847. Precedía al pistard de La Rambla, al que obligaba a rendir cerca de su récord mundial, certificado en Aguascalientes, precisamente en un Campeonato del Mundo, en 2014. En México voló para detener el reloj en 1:01.683 y en Tokio quiso ir más allá. Pulverizó ese dato al cerrar con 1:01.557.
Como que no quiere la cosa, como se suele decir, el cordobés conquistó el oro con una nueva plusmarca global, para lo que, en efecto, se batió a sí mismo. También le otorgó su magnífico papel en Tokio, que es histórico desde el momento en que terminó la carrera, con otro récord paralímpico. En este caso también superó un registro propio al contar con el mejor crono desde Río de Janeiro 2016 con 1:04.494. Así, la leyenda de Alfonso Cabello se hizo más grande si cabe. El deportista de La Rambla, por cierto, obtuvo de esta forma su cuarta medalla paralímpica. Con anterioridad había logrado el oro en el kilómetro en Londres 2012 y sendos bronces en esta prueba, su predilecta, y en velocidad por equipos cuatro años después en Brasil. El sábado vuelve a escena en la última competición mencionada para colgarse la que sería ya su quinta presea en el evento más importante a nivel planetario.
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