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Más palabras que balón en el día después

Juan Merino charla con sus jugadores en la Ciudad Deportiva | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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No es distinta, pero tampoco igual. Quizá porque cada nueva jornada es otra que se escapa. Probablemente porque la derrota, o la falta de victorias, comienza a ser un problema agudo. De ahí que sentara como un mazazo, otro más pero diferente, la caída en Huesca. El Córdoba cedió una vez más, y ya van once a lo largo del curso, y continúa en lo más bajo de la tabla de Segunda A. Motivo más que suficiente para que las alarmas salten y el equipo busque una conjura necesaria para revertir su delicada situación. Es lo que trató de hacer desde el primer momento, tras el choque en tierras aragonesas, el vestuario. No en vano, este domingo tuvieron mayor protagonismo las palabras que el balón en la Ciudad Deportiva. Porque el entrenamiento dejó muchos más instantes de charla que de toque del esférico.

Mientras en los campos de césped artificial dos equipos de base disputaban partidos, el conjunto blanquiverde regresó al trabajo menos de 24 horas después de perder en Huesca. En las instalaciones del Camino de Carbonell estuvieron todos: los titulares, los suplentes y los lesionados. Aparecieron poco a poco los jugadores sobre el escaso verde del terreno secundario, donde aguardaba Juan Merino. Una vez todos allí, el técnico inició una conversación con la plantilla. Una charla que duró en torno a media hora, y que a buen seguro tuvo como tema principal la realidad del equipo y aspectos del juego. Las caras en ese instante eran largas. No lo eran demasiado, pero sí lo suficiente.

Tras la charla, se marcharon los lesionados. Además de Jaime Romero y Josema, lo hizo José Manuel Fernández, quien en El Alcoraz se tuvo que retirar antes de tiempo debido a problemas físicos. Después, el trabajo se dividió en dos grupos. En el campo pequeño continuaron los suplentes en el choque del sábado y al principal acudieron los titulares. Fue después de unos minutos de recuperación, con una sesión conjunta todavía. Precisamente quienes jugaron de inicio ante el Huesca volvieron a mantener otra conversación ya en el otro terreno de juego. Un diálogo que se repitió después de unas carreras. Los futbolistas hablaban con un miembro del cuerpo técnico acerca de diversas circunstancias del partido ante los oscenses.

De esta forma, el balón apenas tuvo protagonismo en la sesión del día después de una nueva derrota. Apareció en la recta final del entrenamiento, que se desarrolló en un ambiente apagado y con un pequeño susto por parte de Markovic. El serbio tuvo alguna molestia que, por fortuna, quedó en nada. Mientras, Juan Merino se dedicó a observar de cerca el trabajo de una plantilla que descansará en la jornada del lunes y que comenzará a preparar su próximo duelo liguero, el del próximo domingo (12:00) ante el Rayo, a partir del martes. Ése será, precisamente, el único día en el que el Córdoba se ejercite a puerta abierta, pues el resto lo hará con el candado tanto en la Ciudad Deportiva como en el estadio.

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