El momento de Arturo
El último partido del Yosiquesé en Vista Alegre dejó, entre otras muchas para el recuerdo, una imagen: la de Arturo López, emocionado, alzando los puños delante de una grada repleta de aficionados felices. No era para menos. Habían visto una fantástica remontada ante el CB Linense -16 puntos en contra en el partido de ida- para conseguir el billete al Top 16 nacional y un puesto en la pelea por el ascenso en la categoría. El capitán del equipo cordobés ejerció como tal hasta las últimas consecuencias. Anotó 29 puntos, con 6/8 en triples, y protagonizó una de las mejores actuaciones de una trayectoria deportiva que parece la de un veterano. Tiene 25 años, pero su nombre aparece en todos los episodios que este deporte ha vivido -para bien o para mal- en los últimos tiempos en la ciudad. Arturo López (Córdoba, 1992), un producto de la cantera local -salió de las pistas del Colegio Europa y desde los 18 compite en Liga EBA-, representa el sueño de progreso de un club -ahora el Cordobasket- que aspira a ser alguien relevante en el panorama nacional.
“Sin ninguna duda, la temporada es de matrícula de honor. Hemos conseguido meternos en la fase de ascenso cuando nuestro principal objetivo deportivo, a principio de temporada, era la permanencia en la categoría”, explica Arturo López, quien admite que por encima de retos cuantificables hay otro superior: “El verdadero objetivo era mejorar cada día más y más y no ser conformistas con lo que vamos haciendo o consiguiendo, así como sumar cada año más jugadores jóvenes de Córdoba que quieran seguir progresando”.
Arturo López, escolta de 1'88, llevaba formando parte de la primera plantilla del Bball -antes Baloncesto Córdoba 2016- desde edad júnior. El pasado verano decidió, como muchos compañeros, cambiar de acera para emprender un nuevo proyecto con el Cordobasket de la mano de Rafa Sanz, con el que habían disputado también la fase de ascenso en León. En la fase crucial de esta aventura, con tres partidos “que serán verdaderas finales” en el horizonte, reconoce que la última cita en el Palacio de Deportes resultó especial para él. “Lo fue por la complicación con la que partíamos y porque la gente ha respondido durante toda la temporada animándonos y se merecían irse con ganas de ver más baloncesto en Córdoba el próximo año. Afortunadamente así fue”, indica. “Yo he jugado en Vista Alegre con 20 personas contadas y eso es desolador. Ver cómo ahora el pabellón se llena y la gente se siente tan ilusionada cuando va a los partidos es algo indescriptible y te llena de orgullo, no podíamos fallarles”, apunta.
Eurocolegio Casvi, Martorell y ULE Fundación Baloncesto León. Tres partidos más para terminar. ¿Con un ascenso? “No sé si es hora o no pero sí creo que Córdoba se lo merece. Aquí el baloncesto gusta y hay afición y eso esta demostrado, pero también pienso que si se consiguiera sacar un equipo en LEB Plata el proyecto debería ser siempre estable y a largo plazo”, manifiesta el jugador, que revela que el estado del grupo es “de mucha emoción” ante la fase. “Vamos -dice- con muchas ganas de jugarlo: son los partidos más importantes de la temporada”.
Para Arturo López -como para Ángel López, Rafa Blanco, Carlos García, Adolfo Vega o Joselito Gutiérrez-, la fase final en Villaviciosa será la segunda consecutiva después de haberlo intentado con el Bball en mayo pasado. El capitán ve las diferencias en “que hay un año de experiencia” y “jugadores que el año pasado no se veían capaces o no confiaban mucho en sus posibilidades, han crecido de manera exponencial en su juego y fundamentos, siendo importantes en muchas fases de la competición”. Para Arturo, en cualquier caso, el “verdadero artífice” de este salto es Rafa Sanz. “Él es capaz de transmitirnos sus conocimientos y su pasión por el baloncesto, que es infinita, así como motivarnos y exigirnos para que sigamos trabajando porque es la única manera de mejorar. En estos dos años que he estado con él me ha dado mucha confianza y he crecido como jugador y como persona, así que le estoy muy agradecido”, declara.
Sanz tiene en él a uno de los grandes ejes para construir el equipo. “Es el típico jugador que los entrenadores deberíamos de pagar por tener el placer de entrenarlo. Cumple todos los requisitos. Lo da todo, se esfuerza, se cuida, le brillan los ojos cuando salta a la pista del Vista Alegre… Tiene amor por este deporte. Es un chaval ejemplar. Tenemos muchas esperanzas en él. Él marca una línea de esfuerzo y dedicación en los entrenamientos que queremos que sigan los jóvenes. Para nosotros es un buen ejemplo para que aprendan los demás”. Así lo definía el técnico en las vísperas de la competición, antes de disputar el primer encuentro oficial de la temporada. Unos meses después, la relación se ha fortalecido con el cumplimiento de las expectativas.
¿Y de subir, qué? “Es una realidad que no somos los favoritos pero nos dejaremos la piel en cada partido para tener nuestra oportunidad, porque ésa es nuestra seña de identidad y la que nos ha llevado a esta situación”, advierte Arturo, cuya aportación en el equipo ha ido creciendo a medida que avanzaba la competición. Su papel en la Final Four resultó decisivo y su partido final, con remontada de 16 puntos para terminar venciendo por 22, espectacular. Su integración en el proyecto del Cordobasket es un hecho. “Hay mucha gente detrás que está siempre preocupada por que nos encontremos bien. Gente muy trabajadora y voluntariosa. Muchos de ellos vienen no solamente a los partidos, sino a los entrenamientos a ayudar en todo tipo de cosas, cuando en realidad no tienen ninguna obligación. Se puede decir que no se les ve, que no están en primera línea, pero para nosotros son una ayuda que valoramos enormemente. A ello hay que unir que en la directiva, con Ángel Lopera a la cabeza, la mayoría han sido jugadores de baloncesto y saben qué es lo que necesitamos para que podamos seguir desarrollándonos y estar cómodos”.
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