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Javi Flores y el relato de los retornos al hogar

Javi Flores en la primera jornada de reconocimientos médicos | CCF

Rafael Ávalos

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Su fichaje no sólo es un golpe de efecto en el plano estrictamente deportivo. También es un aldabonazo en el apartado emocional. Representa el sentimiento de pertenencia de no pocos, que en los últimos años pudieran demostrar unos cuantos. Otros, pese a tener el deseo o estar en el imaginario colectivo, desconocen la sensación. Javi Flores sí cumple con su anhelo, compartido por muchos aficionados. El de Fátima regresa al Córdoba, el club en que creciera como futbolista y del que saliera después. Su marcha en 2011 es un capítulo más de una historia siempre abierta. Pero su vuelta también lo es de otra paralela en la que, un nombre resuena especialmente: el de Pepín, quien en sólo unos meses pasara de jugar en Primera a defender la blanquiverde en Tercera. El relato de aquel jugador y del atacante es el de los retornos al hogar.

Javi Flores, el niño hecho hombre

Estos días son, probablemente, los más especiales de Javi Flores en la última década. El conocido como Mago de Fátima, vuelve al club del que nunca quiso salir. El suyo, el mismo en que tomó rol de referente con sólo 19 años. En 2007 participó del ascenso a Segunda A en Huesca. Lo hizo como una de las piezas claves de aquel Córdoba. Su ciclo en la entidad se cerró en 2011, cuando el propietario entrante, Carlos González, decidió romper su vinculación. A lo largo de este tiempo, pasó por equipos como el Murcia, el Hércules o el Elche. Con este último celebró dos saltos de categoría, uno a Primera (2012-13) y otro a la de plata (2017-18).

Fernández, con galones merecidos

Dos años antes que Javi Flores, otro canterano cumplió su deseo de regresar. Fue en verano de 2017 cuando José Manuel Fernández alcanzó un objetivo que persiguió en más de una y de dos ventanas de fichaje con anterioridad. El lateral derecho salió de El Arcángel en enero de 2013 para enrolarse en el Real Zaragoza. Saltó directamente a Primera tras mostrar un gran crecimiento desde su debut con el conjunto califal en Segunda A en 2010. Además de en el cuadro maño militó dos temporadas en el Real Oviedo. A su vuelta, el de Levante recibió galones y fue elegido como capitán. Es uno de los pocos que sigue en la plantilla tras el descenso a Segunda B.

Javi Lara, la consecución de un anhelo

Un tanto diferente fue el caso de otro jugador formado en los escalafones inferiores del club. Javi Lara retornó al Córdoba en enero de 2017, lo que supuso la consecución al fin de un anhelo por su parte. Lo cierto es que el montoreño recaló de nuevo en El Arcángel con un reto todavía por lograr. Éste no era otro que su debut con el conjunto blanquiverde en partido oficial. Cabe recordar que el centrocampista no tuvo ocasión de estrenarse con el primer equipo pese a destacar en el filial. Curiosamente, coincidió en el césped con Javi Flores en un choque de la pretemporada de 2005, cuando los dos estaban llamados a progresar en la entidad califal. Lara volvió como estrella de la Liga de la India, donde se proclamó campeón y fue elegido mejor centrocampista. Había tocado techo después de una larguísima trayectoria en clubes españoles como el Alcoyano, Elche, Éibar, Irún, Écija, Villanueva o Lucena, entre otros.

Fede Vico, una perla para Primera

Peculiar fue la realidad que vivió Fede Vico. El atacante gozó de sus primeros minutos con el primer equipo en plena temporada 2010-11, precisamente cuando Fernández luchaba por hacerse un hueco en la plantilla. Tenía 16 años. Después de dos grandes campañas -2011-12 y siguiente-, el Córdoba cerró su traspaso al Anderlecht por más de 1,5 millones de euros. Su aventura en Bélgica no marchó demasiado bien, mientras que el Córdoba selló su histórico retorno a Primera después de 42 años. El club, bajo la propiedad de Carlos González, le recuperó para disfrutar de su perla en la élite. Eso sí, volvió en calidad de cedido. Ocurrió en la 2014-15. Fue el único cordobés en la plantilla que jugó después de 42 años en Primera División.

Pepe Díaz, de secundario a protagonista

Más atrás en el tiempo es necesario acudir para encontrar el anterior precedente de la historia que se escribe en torno a Javi Flores. En verano de 2008 la entidad apostó por uno de los hombres que festejó el ascenso a Segunda A en Cartagena. Entonces, Pepe Díaz fue una figura secundaria, como otros muchos canteranos, A su vuelta el rol era completamente distinto. Se lo había ganado con una más que positiva etapa en el Écija, del que fue referente. De la mano de Lucas Alcaraz se convirtió en uno de los máximos anotadores del conjunto blanquiverde en la categoría de plata en los últimos años: anotó 15 dianas en la 2009-10. Fue así como obtuvo un papel protagonista en el Córdoba.

Rafa Berges, una ilusión incompleta

Pero el primer regreso de un canterano al cuadro califal en el presente siglo tuvo lugar mucho antes. Antes del intento frustrado con Paco Jémez, Rafa Berges quiso cerrar su carrera como futbolista en el club en que se formó. El oro olímpico disputó más de 30 partidos ya con 18 años allá en la temporada 1989-90. Después de un segundo curso con el primer equipo, el lateral izquierdo firmó con el Tenerife. Aquel fue el comienzo de una exitosa trayectoria en la elite, en la que se mantuvo con el Celta hasta verano de 2001. Entonces el Córdoba selló su incorporación, que supuso un segundo ciclo un tanto amargo para él. Los problemas físicos le impidieron participar y ante la siguiente campaña decidió colgar las botas.

Pepín, un ejemplo imborrable

Sin duda, el caso más significativo de retorno al club es el que escribió para siempre José Calzado Pepín. El hermano de Litri alcanzó la máxima categoría en la 1980-81, cuando jugó la primera de sus cuatro temporadas en el Valladolid. En Pucela se forjó un nombre que no sólo se mantiene en el José Zorrilla sino que traspasó fronteras. Diego Armando Maradona llegó a destacar en su día que el cordobés fue el rival que mejor y con más nobleza le había cubierto. Tenía 29 años y estaba en un espléndido momento cuando optó por cambiar el Bernabéu o el Camp Nou por los campos de Rute o Palma del Río. En sólo unos meses pasó de jugar en Primera a hacerlo en Tercera. Tan extremo cambio se produjo por su parte para ayudar al cuadro califal a resurgir. El suyo es un ejemplo imborrable, y probablemente inigualable.

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