Sabemos lo que hay que hacer
El personal salió del estadio más bien mohíno, rumiando una jornada más sin ver un triunfo de los suyos y haciendo cábalas sobre el doliente porvenir que aguarda a un Córdoba en reconstrucción. Mientras la hinchada buscaba cobijo físico y emocional en sus lugares de costumbre, entre los muros de El Arcángel se recogían declaraciones que rezumaban esperanza. Juan Merino persiste en su encomiable tarea de alimentar el ánimo de los suyos. El punto ante el Numancia (1-1) no les permite abandonar los puestos de descenso, pero supone un paso adelante. El equipo sumó y no lo hizo del todo mal. “Estoy contento, el equipo va creciendo”, dijo el técnico linense en la sala de prensa. Cada progreso, por mínimo que sea, es ensalzado por el nuevo entrenador, que se estrenó en casa con un partido extraño.
“Dispusimos de muchas ocasiones para ganar y no tuvimos suerte. Creo que si seguimos así, porque ya me pareció injusto el 2-0 en Oviedo y este empate nos sabe a poco, saldremos de abajo”, expuso en la zona mixta Dani Pinillos, uno de los fichajes veraniegos y una pieza situada en el punto de mira. Ha formado parte de una línea defensiva que sigue siendo la más goleada de toda la división. Hubo incluso un periodo, en la fase final del periodo de Luis Carrión, en el que perdió la titularidad en favor del joven Mena, del filial. Con Merino ha vuelto al once. En la grada ha escuchado una buena ración de pitos, algo a lo que da una importancia relativa. “A mí no me importa, porque estoy contento y con la cabeza arriba. Desde mi punto de vista, estoy trabajando bien. Sé lo que hago todas las mañanas y voy a luchar por este club. Se me pueden reprochar muchas cosas, pero no que no luche”, argumentó. “Con un par de victorias se verá todo de otra manera”, concluyó el lateral riojano.
Con Merino van dos partidos. Un punto logrado sobre seis. Un gol marcado -de penalti, el segundo en el curso de Jona- y tres recibidos. “Con el tiempo veremos a un gran Córdoba”, señaló ante los periodistas el recién llegado técnico, que no ha querido en ninguna de las comparecencias públicas ligar ese proyecto de mejora con fichajes en el mercado invernal. Ahora tiene lo que tiene y, evidentemente, tratará de exprimir el potencial para evitar un desplome. El próximo sábado, en Lorca, el Córdoba se cruzará con un enemigo directo en esa pelea por sacar la cabeza de la zona baja. En la Copa del Rey, los blanquiverdes lograron un 2-4 que les dio el pase a la siguiente ronda. Ahora las circunstancias y las presiones son otras.
“Tarde o temprano entrarán las ocasiones, cambiaremos la dinámica e iremos hacia arriba”, expresó Javi Galán, uno de los futbolistas referenciales del equipo. El pacense está imbuido de ese sentimiento de mejora que se pretende instalar en el grupo, ensalzando los progresos al tiempo que se insiste en que los errores están detectados y en vías de solución. “Me adapto a cualquier sistema, lo que quiero es jugar y ganar. Este sistema también me viene bien porque defensivamente soy fuerte y al final estamos juntos”, expresó.
En la jornada de hoy lunes ha habido descanso para el plantel, que regresará mañana martes a la actividad con una sesión doble de trabajo en la Ciudad Deportiva del Camino Carbonell. Comenzará entonces una nueva cuenta atrás para otro examen al proyecto. Será en Lorca, en el Artés Carrasco, donde aguarda un inesperado compañero de objetivos.
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