SEGUNDA RFEF
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TERCERA RFEF
El Salerm se deja dos puntos en el alambre y el Lucena sonríe en una jornada de contrastes
El Salerm Puente Genil se quedó con la miel en los labios en un Manuel Polinario que vibró y sufrió a partes iguales. Los de Álvaro Cejudo firmaron un empate (1-1) con regusto amargo ante un rival de la talla del Extremadura, en un partido que los pontaneses llegaron a dominar y que se les escapó en el tramo final. El encuentro, intenso y de alternativas, reflejó las dos caras de los rojinegros: la de un equipo capaz de tutear a cualquiera y la de un conjunto al que le cuesta cerrar los partidos. Al final, un punto que sabe a poco tras haber acariciado la victoria; pero también a mucho tras sufrir en los últimos minutos.
El Salerm Puente Genil arrancó con la intención de imponer su ley, con una presión alta que encerró al Extremadura. Marcos Pérez dio el primer aviso a los siete minutos con un remate que se fue por poco. Sin embargo, los visitantes demostraron su peligro al cuarto de hora, obligando a Benito del Valle a realizar una buena intervención. El partido se movía en un equilibrio tenso, pero fue la insistencia local la que rompió el marcador. Al filo del descanso, un centro envenenado de Polaco desde la derecha fue peinado por un defensor rival hacia su propia portería, premiando así con el 1-0 el empuje de los de Puente Genil.
La segunda mitad no pudo empezar mejor. El cuadro de Álvaro Cejudo rozó el 2-0 en el minuto 47, en una ocasión clarísima de Tomy Montenegro que se negó a entrar. Parecían los mejores minutos de los rojillos, que jugaban con confianza. Sin embargo, perdonar ante un rival de esta entidad suele pagarse caro. El Extremadura adelantó líneas, se sacudió el dominio y obligó a Benito del Valle a erigirse, de nuevo, en el salvador del equipo. El meta rojillo realizó una parada crucial en el minuto 60 que mantenía la ventaja mínima, pero la inercia del partido ya había cambiado por completo.
El desgaste físico del Salerm se hizo evidente y el Extremadura encontró el premio a su paciencia, y, en el 82, Zarfino culminó una buena jugada visitante para batir a Benito y poner el 1-1. Fue un jarro de agua fría para el Polinario, que vio cómo el partido se convertía en un ejercicio de supervivencia. Los últimos minutos fueron un asedio visitante, con Frodo y Maikel rozando la remontada. El pitido final fue un alivio, sellando un empate que deja sensaciones mixtas: la de haber competido y haber sumado un buen punto, pero también la de haber perdido dos puntos de oro tras ponerse por delante en el marcador.
Cara y cruz para los cordobeses en Tercera RFEF
Por su parte, la jornada 11 dejó un balance dispar para los representantes provinciales en Tercera RFEF. La mejor noticia llegó desde el Ciudad de Lucena, que sigue intratable en su feudo y sumó un triunfo de fe ante el Atlético Onubense (2-0). Los de Antonio Jesús Cobos dominaron, pero tuvieron que esperar al tramo final para derribar el muro: Manolo Ortiz en el 87, y Alberto García, en el 95, desataron la euforia. También sumó el CD Pozoblanco, y lo hizo con prestigio, al arañar un punto (0-0) en su visita al Cádiz B, segundo del Grupo X, en un partido donde los vallesanos demostraron su solidez defensiva.
Eso sí, la gran decepción del fin de semana la protagonizó el Córdoba CF B, que sufrió un auténtico vendaval en Chiclana (4-1). El filial blanquiverde tuvo una desconexión inicial fatal y, para cuando quiso darse cuenta, el partido estaba sentenciado. En apenas once minutos, los de Gaspar Gálvez ya perdían por un contundente 4-0, en un inicio de pesadilla. El gol de Ortega antes del descanso solo sirvió para maquillar un resultado que frena en seco la buena racha de los blanquiverdes.
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