Córdoba Futsal
—
Crónica
Otro sueño roto
Nada parece estar de cara esta temporada para el Córdoba Patrimonio de la Humanidad. La ilusión volvía a su punto más álgido en jornada intersemanal. La Copa del Rey se cruzaba, de nuevo, en el camino de los cordobeses. Un sorbo con el que soñar en grande. Pero el desenlace se tornó en pesadilla, ya que, en un igualado partido de principio a fin, los de Josan no pudieron tumbar a un Noia Portus Apostoli que otra vez acertó de pleno sobre los errores de su rival.
El arranque del partido de los cordobeses estuvo al mismo nivel del ambiente gélido que se está viviendo en Córdoba durante estos días. Y pese a todo, unos miles de irreductibles aficionados quisieron acompañar al equipo en un choque trascendental y en el que tardaron en entrar en calor. De hecho, fue su rival el que propuso más de inicio, mostrándose más incisivo en ataque y con más predisposición hacia a la verticalidad, principalmente con sus alas.
El balón rondaba la meta de Fabio durante los primeros minutos, al tiempo que el Córdoba Patrimonio no lograba acercarse a la meta contraria, más allá de alguna individualidad de Lucas Perin. Y sin embargo, la primera oportunidad clara del encuentro la firmaron los blanquiverdes. En concreto, fue Álex Viana el que tuvo una clarísima para inaugurar la contienda, en un contraataque en el que pilló, incluso, fuera de sitio al portero. No obstante, su disparo golpeó de refilón en éste y se salió tras impactar en el larguero y luego botar casi en la línea de gol.
Pero ya estaban crecidos los de Josan, que poco a poco se fueron haciendo dueños del ritmo de juego. Y también de las ocasiones, tanto que el propio Viana fue el encargado de hacer el primero, a través de una buena pared con Osamanmusa tras saque de banda, en la que el brasileño la empaló con toda su fuerza, haciendo imposible la reacción del meta.
Todo parecía bajo el control de los locales, que progresivamente fueron despertando también el empuje del público. Además, Noia comenzaba a verse con problemas de faltas. Querían y querían más los califas, que buscaban insistentemente el segundo. Lo tuvo cerca Zequi, aunque su buen remate al contragolpe se estrelló en el poste. Y ante tal peligro, Marlon Velasco decidió cortar por lo sano. El técnico gallego puso en escena el portero-jugador para retener la posesión durante todo el último minuto del primer acto. Y ahí murieron los primeros 20 minutos de encuentro.
El reinicio fue similar a la puesta en escena anterior, ya que otra vez salió mejor Noia, logrando dar muy pronto con dos disparos al palo y un par de buenas intervenciones de Fabio en esos primeros compases de la reanudación. La pausa había dejado otra vez fríos a los cordobeses, y la recompensa les llegó a los de Velasco, que se hicieron con el empate en un despiste defensivo que generó un pase en boca de gol donde remató Douglas para batir a Fabio. El destino parece no querer ser generoso con estos jugadores, que no querían desfallecer. Y es que, justo a continuación, fue Jesulito el que pudo poner otra vez por delante a los suyos en una excelente jugada individual en la que el balón se quedó entre los pies del portero visitante justo en la línea de gol.
Así, otra vez llegaban los minutos del desconcierto, ya que un nuevo contragolpe propició un remate a bocajarro de Bruno Gomes que detuvo bien el meta cordobés. Sin embargo, nada pudo hacer en el rechace rematado por Marcelo. Iba a tocar, una vez más, remontar un partido que había estado de cara. Restaban poco más de 11 minutos y el Córdoba Patrimonio estaba al borde del precipicio de la eliminación copera. No obstante, el orgullo se cura con carácter, y los cordobeses querían demostrar que tenían mucho aún que sacar a relucir. En este sentido, Miguelín logró poner en pie a todo Vista Alegre al culminar una grandísima jugada de circulación en la que todos participaron. De nuevo la igualdad al luminoso. De nuevo a creer con fuerza.
Apretaban y apretaban los locales. Era su momento. Hubo intentos, muy cercanos, de Viana, Jesulito o Zequi, pero ninguno volvía a encontrar portería. Y la dura realidad golpeaba muy fuerte en contra, pues en ese gran momento de juego, salió otro despiste más. No falló el Noia en un nuevo desajuste defensivo califa, que acabó con gol de Alisson a placer. De la esperanza a la pesadilla en un abrir y cerrar de ojos.
Josan González puso en escena el portero-jugador a falta de tres minutos. La última bala. Y no había duda que se lo iban a dejar todo. Tanto que la llama de la esperanza dio un último aliento con un doble-penalti a favor a falta de escasos tres segundos. No hay duda que es mucha la presión que pasó por todos los jugadores en ese instante. Y más aún sobre Jesulito, encargado de rematar. Pero otra vez el destino cruel. El portero se cruzó en la dirección de balón y ahí murió la vida del Córdoba Patrimonio en la Copa del Rey.
0