Córdoba Futsal
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Crónica
Amargo reinicio para el Córdoba Patrimonio
Nuevo año, pero la situación no cambia. La ilusión por la vuelta a la competición en este 2023 se ha visto salpicada duramente para el Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que fue de menos a más en Noia. Sin embargo, lo primero pesó sobre lo segundo, ya que los de Josan González cuajaron un inicio de partido realmente pobre y que les hizo ir ya siempre a rebufo. Hubo atisbos de esperanza e intentos de remontada, pero todos fueron a parar a tierra de nadie. La desesperación por unos fantasmas que vuelven a aparecer atrás. Un desajuste que reparar y una alarma cada vez más palpitante.
La ambición se desvaneció en pocos segundos. Y es que fue eso lo que tardó el Noia en abrir el electrónico, y lo hizo desde el balón parado, ya que Machado impactó un potente disparo lejano de falta directa que, tras rozar levemente en un futbolista cordobés, se coló en la meta blanquiverde. Dura forma de empezar el encuentro, la cual tomó un tono más horroroso si cabe solo un minuto después para los de Josan González, que encajaron el segundo en una contra en la que Alisson remató un pase de gol al segundo palo.
Impacto gélido en el arranque para los cordobeses, que seguían evidenciando sus notables problemas defensivos. Además, la desventaja tan tempranera fue generando una ansiedad cada vez mayor en los visitantes, superados en prácticamente todos los frentes del juego, y casi sin capacidad para generar en ataque. Igualmente, Josan tampoco daba con la tecla desde el banquillo, pues en pocos minutos llegó a probar con tres cuartetos distintos.
Ninguno parecía surtir efecto, ya que los fallos defensivos seguían produciéndose. Uno muy significativo lo cometió Zequi a los cinco minutos, al intentar regatear dentro del área y tras una salida de Fabio. Un riesgo innecesario y del que se aprovechó Bruno Gomes para interceptar el balón y convertir el tercero. Peaje muy caro cuando aún no se había alcanzado ni la mitad del primer acto.
En el frente contrario, casi todo el ataque cordobés se resumía en tímidos disparos lejanos. Con todo, con el paso de los minutos, el Córdoba Patrimonio sí que pudo ir poco a poco templando las envestidas de su adversario, y a base de paciencia fue, a su vez, generando peligro hacia la meta del Noia. Pero el gol se resistía. Hasta el ecuador del encuentro. Ahí fue cuando, al fin, llegó la recompensa, en una acción individual de Jesulito, que se sacó de la chistera un fuerte chut que se introdujo por toda la escuadra de la portería gallega. Volvía la ilusión y aún restaba tiempo por delante para tratar de equilibrar aún más la contienda antes del descanso.
Pero Noia tampoco quería dormirse y volvió a intentar dar un paso al frente. Y de nuevo, aprovechando la debilidad defensiva de los cordobeses, logró hilvanar mucho peligro. Primero se hizo con un penalti a su favor que, para fortuna del Córdoba Patrimonio, consiguió atajar Fabio, quien acto seguido se vistió de nuevo de héroe para los suyos con una gran parada por bajo ante un potente disparo de Jabá. El tiempo se consumía y ni uno ni otro conseguían ver portería otra vez. Ismael o Lucas Bolo lo intentaron para los suyos, aunque cada disparo se encontraba siempre con el cuerpo de Henrique. Así, el 3-1 iluminaba el marcador en el tiempo de asueto.
La salida del descanso suponía una obligación de dar un paso al frente. No había tiempo que perder. Y lo cierto es que las sensaciones cambiaron, y el Córdoba Patrimonio entró mejor ahora al partido que el Noia, eso sí, con menos tensión por la renta a favor. Ahí, los blanquiverdes, en esta ocasión de morado, se apuntaron la primera clara del segundo acto, que llegó en un mano a mano de Osamanmusa con el arquero, aunque el pívot se encontró con el cuerpo de éste en el remate.
Pero la insistencia, al menos, era mucho mayor en los de Josan, con un control casi pleno de la situación. Un ataque más equilibrado ahora y casi sin peligro atrás. Hilvanaba una jugada tras otra y proponía mucho, pero quizá le faltó atrevimiento. Es más, el choque se fue trabando, sin tanta verticalidad ni fluidez, lo que aprovechó el equipo local para entrar también en ritmo. De este modo, los minutos se fueron consumiendo entre oportunidades fallidas de ambos bandos.
A falta de seis minutos, Josan González introdujo el portero-jugador. Ahora sí que sí, había que arriesgar. Y hubo disparos, muchos, por parte de los cordobeses, pero todos se encontraron con el buen hacer de Henrique, un auténtico muro en toda la segunda mitad. Los locales, por su parte, lograron hurgar en la herida a raíz del juego de cinco, ya que Lluc hizo el cuarto en un contragolpe sin portero. Sea como sea, los califas querían morir con orgullo y, al menos, pudieron maquillar el resultado con el tanto de Viana en el último minuto. Insatisfechos y con una dura cuesta de enero por delante.
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