Francisco, con el balón como protagonista
“Joven, ambicioso y preparado”. Este es el perfil deseado desde el primer instante. La descripción la realizó el director general deportivo del Córdoba, Luis Oliver, el 19 de junio. Entonces, el nombre de Francisco era el que más sonaba. Lo era en realidad desde tres días después de finalizar la pasada campaña, con Sandoval en la mesa de negociación aún. Pero hubo que esperar en ambos casos, pues no se ha convertido en entrenador blanquiverde hasta este jueves, cuando el club ha anunciado el acuerdo por una temporada con el almeriense. El preparador recala en El Arcángel para abanderar, desde el banquillo, un proyecto fuerte y dirigido a luchar por el ascenso. Lo hace con un estilo propio, en el que la pelota tiene especial sentido y pasa por ser la gran protagonista del juego.
Francisco Javier Rodríguez Vílchez (Almería, 1978) cumple con todos los requisitos establecidos por el Córdoba. Su juventud es una realidad irrefutable pues hace apenas once días -el 17 de junio- cumplió los 40 años. La preparación se le supone dado su recorrido en los banquillos en una trayectoria que, hoy por hoy, es poco extensa: en su tercer curso como técnico ya debutó en Primera. La ambición es rasgo de su carácter aún a la espera de un resultado que termine por confirmarlo. “Hoy comienza una nueva andadura en el Córdoba con un entrenador que se amolda al proyecto y a las pretensiones fijadas desde el club. Desde aquí, toda la confianza a Francisco, desde hoy cordobesista”, expresó precisamente el presidente blanquiverde, Jesús León, en referencia a la contratación del técnico, a través de su cuenta personal de Twitter.
Las palabras del mandatario vinieron a culminar un proceso iniciado casi con anterioridad al final de la campaña 2017-18. No en vano, el nuevo entrenador del Córdoba mantiene una excelente relación con el rector califal. Lo cierto es que el club cierra el círculo en torno a un hombre que inició su camino en los banquillos en la temporada 2011-12 al frente del Almería B. Entonces, consiguió una meritoria permanencia en el Grupo IV de Segunda B del filial del cuadro del Poniente andaluz. Un equipo éste al que dirigió también el siguiente curso. En la 2012-13 logró llevar a la segunda escuadra rojiblanca a la pugna por el play off a Segunda A: acabó quinto e igualado a puntos con el cuarto clasificado, el Lucena de Falete. A Francisco le sirvieron aquellos dos notables campeonatos como pasaporte para Primera.
En la temporada 2013-14, mientras el Córdoba caminaba sin saberlo hacia la elite tras 42 años, fue el director de orquesta del Almería. Cerró la campaña con la permanencia entre los más grandes. Sin embargo, una temporada después no pudo completar el campeonato en la máxima categoría del fútbol español al ser destituido en la jornada 14. Su ciclo en Primera, y en el estadio Juegos del Mediterráneo, finalizaba. El curso 2014-15 lo arrancó fuera de los banquillos y casi a mitad de Liga fue el elegido por el UCAM Murcia para seguir en Segunda A. Francisco estuvo a punto de alcanzar el reto marcado, pero el cuadro de La Condomina terminó en Segunda B. El anterior ejercicio tomó las riendas del Lugo, con el objetivo discretamente diseñado de luchar por estar en el play off. Al final no pudo ser, y los gallegos concluyeron decimosegundos.
Si bien tenía otro año más de contrato, el técnico despidió el Ángel Carro sólo tres días después de acabar el campeonato liguero de Segunda A. El nuevo entrenador del Córdoba, con la tarea de comandar una nave que aspira al ascenso, tiene un estilo ya concreto y definido de juego. El mismo se desarrolla con un esquema de 4-2-3-1 como base, con laterales con vocación ofensiva, por ejemplo. La pasada campaña lo llevó a efecto normalmente con el cordobés Fede Vico como media punta. Además, siempre muestra pretensión de fútbol asociativo, de modo que procura el balón sea el principal protagonista sobre el verde. Con estas cartas está dispuesto a jugar la partida en El Arcángel un Francisco que en su etapa como futbolista vistiera la elástica de cuadros como el extinto Polideportivo Almería, el Valencia B y el propio Almería al que después entrenó. Debutó en Primera de la mano del Albacete y colgó las botas en Segunda B con el Ontinyent. Actuaba en ataque, concepto que toma ahora como preparador en un “proyecto ambicioso” según Jesús León, presidente del club que apuesta por él.
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