La fila del sueño blanquiverde
Fiel a pesar de todo. Así es la afición del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Desde que consiguiera su ascenso en los despachos en 2017 a Segunda División, su alianza con el equipo de fútbol de la ciudad le ha permitido dar un salto gigantesco en cuanto a su masa social, estando incluso de empujar al entonces Córdoba CF Futsal a su casi ascenso en 2018, cuando perdió en la última jornada ante el UMA Antequera. A la segunda sería la vencida y la afición no se dio por satisfecha. Empezó a apoyar aún más a su equipo gracias a la garra, el carácter, la lucha y el tesón que demostraban sobre el parqué los blanquiverdes, que lograron un inesperado pero ansiado ascenso a Primera División en 2019.
En su primer año en la máxima categoría, el Córdoba Futsal se quitó los ruedines del Córdoba CF y empezó a manejar la bicicleta, temeroso al principio pero con decisión en el camino. El conjunto de la afición ya estaba asentada en el pabellón de Vista Alegre, un factor fundamental para la consecución de la permanencia. Ahora, en mitad de la pandemia del coronavirus, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad ha iniciado con gran éxito su venta de abonos de simpatizante, que tienen un precio de 50 euros y corresponderán solo a 800 afortunados, con preferencia a los que ya fueron abonados la pasada temporada y siempre acorde a las directrices de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. La respuesta no se ha hecho esperar y ya este lunes había colas antes del horario de apertura de la sede social.
Para el martes, tampoco será escasa la presencia de aficionados blanquiverdes en la sede de la calle José María Martorell, ya que están agotadas las citas previas para todo el día. Hasta el próximo viernes tendrán preferencia los abonados de la primera campaña en Primera División; a partir de ahí, se abrirá el plazo para el público general, aunque se estima poca o casi nula cantidad de abonos libres. Coronavirus mediante, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad sigue causando sensación.
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