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¿Dónde estabas entonces? Esa tarde de octubre

Kieszek lamenta uno de los goles del Nàstic en la primera vuelta | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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Después de la tercera viene la cuarta. Esta obviedad no lo es tanto en el fútbol, en el que la victoria es tarea complicada. Y sin embargo en realidad lo quiere convertir el Córdoba, que este domingo (18:00) visita al Nàstic de Tarragona. El duelo es, como cualquier otro desde hace tiempo, de vital importancia, pero en esta ocasión de forma especial. El conjunto blanquiverde mira al partido con la intención de marcar un punto de inflexión definitivo -que no el primero- y además entrar de lleno en la pugna por la permanencia con rivales como el grana. Pero también desea el cuadro califal tomarse la revancha deportiva ante un adversario que en la primera vuelta provocara uno de los peores ratos de la historia reciente para la afición. Entonces, cuando tocó medir fuerzas en El Arcángel la escuadra catalana se impuso por un contundente 1-5 que terminó por significar la destitución de Luis Miguel Carrión.

Ocurrió el 15 de octubre del pasado año. El Córdoba recibía al Nàstic con igualdad de puntos, nueve, en la clasificación y la opción de dar un paso adelante en su compleja situación clasificatoria. La tarde fue nefasta para los blanquiverdes, que acabaron con la goleada más dolorosa jamás sufrida en El Arcángel en Segunda A. Cierto es que en otras ocasiones, como confirma Álvaro Vega, compañero de @laligaennumeros, hubo otras igual de rotundas e incluso peores a nivel estadístico. Fueron los 0-4 que recibió ante el Deportivo (1982-83), el Badajoz (1999-2000) y el Racing de Santander (2001-02). Lo cierto, es que el choque entre los dos conjuntos en la primera vuelta supuso el golpe más duro de los últimos años tanto para el club como para la afición.

Una vuelta después, el Córdoba espera dar el zarpazo en Tarragona. Lo va a hacer curiosamente con una renovación profunda en todas sus estructuras. De aquel aciago día de octubre poco queda en la entidad califal. Es otro propietario el que tiene, otro presidente el que lleva las riendas -aunque son la misma persona, Jesús León-, otro director deportivo, otro entrenador…La derrota ante el Nàstic significó el inicio de una etapa aún más difícil con hasta dos cambios en el banquillo. Tras perder el sitio Luis Miguel Carrión llegó Juan Merino, quien apenas tuvo siete semanas para tratar de reconducir una situación que varió poco también con Jorge Romero, que ya conoció el nuevo organigrama blanquiverde. Además, comenzó a elevar la crispación de los seguidores, que después tomarían iniciativas contra el anterior dueño del club, Carlos González, y el máximo mandatario entonces, Alejandro González.

Meses después, con el equipo hundido en la tabla, un difícil proceso de compraventa terminó con el traspaso de poderes a Jesús León, que otorgó a Luis Oliver mando al frente de la dirección deportiva. Alejandro Gómez Comes y Cándido Cardoso salieron poco después, antes de que la entidad confiara en José Ramón Sandoval para apurar sus escasas opciones de permanencia. Incluso la plantilla sufrió una gran reforma. El cambio de actores no modifica lo más mínimo el relato de la historia. Aunque puede hacerlo de una vez por todas si el conjunto blanquiverde logra el triunfo, que sería el cuarto consecutivo, en Tarragona y sigue su camino heroico hacia la salvación.

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