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El día mundial del robo al pobre: más dolor en Anoeta

Velasco Carballo se guarda la tarjeta. Fue protagonista | LOF

Paco Merino

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El estreno de Romero depara una imagen esforzada | El Córdoba jugó con uno menos desde los cinco minutos por roja a  Pantic y acabó con ocho tras un festival de Velasco Carballo

Qué dura se le está haciendo al Córdoba toda esta aventura de Primera División. Con Romero hubo cambios. De nombres, de posiciones, de actitud... No de resultado, que al fin y al cabo es lo que se está buscando con una desesperación brutal. El equipo hizo todo lo que pudo con lo que tiene. Y con lo que le quitan. El arbitraje de Velasco Carballo vino a confirmar lo sencillo que resulta darle puñaladas a un muerto. El madrileño se ensañó con los blanquiverdes, que padecieron la rigurosidad de sus decisiones. Lo suyo entró en el terreno de la mofa. A los cinco minutos echó a Pantic y condicionó todo el desarrollo del pleito. En la segunda parte puso fuera a Íñigo López y, para finalizar su esperpéntica actuación, sacó la roja a Pinillos por protestarle que Carlos Vela había hecho falta -que sí- en la acción que desembocó, ya en el añadido, en el tercer gol donostiarra. Un final exageradamente doloroso para un Córdoba que se dejó el pellejo en San Sebastián. También desparramó sobre el verde de Anoeta quizá sus últimas opciones de agarrarse a la permanencia. Los demás siguen muy lejos.

¿Qué puede pensar un entrenador que debuta en Primera y ve cómo su equipo sufre una expulsión a los cinco minutos? ¿Qué hay de los planes? ¿En qué quedan las charlas delante de la pizarra? A José Antonio Romero le ocurrió exactamente eso. Una entrada no demasiado aparatosa de Pantic sobre Agirretxe deparó un desenlace funesto para el central serbio, que se quedó petrificado cuando vio que Velasco Carballo se dirigía hacia él con la roja en la mano. Entendió el colegiado madrileño que era el último hombre y que se trataba de una ocasión manifiesta de gol. El asunto es que al Córdoba se le quedó un escenario horrible. Con diez jugadores nada más arrancar, frente a un adversario enrachado y un agujero -otro más- en la retaguardia.

Y ocurrió. El equipo retorció la realidad y transformó el previsible drama en una epopeya. El héroe fue, para no variar, Florin Andone. A los once minutos, el rumano sacó un testarazo brutal tras centro de Bebé para batir a Rulli. La rabia en el festejo activó ese mecanismo oxidado que Romero se empeña en hacer volver a funcionar: el orgullo. El propio técnico apretaba los puños y arengaba a los suyos, que con ventaja en el marcador dieron un puñetazo moral a su adversario. Además, aprovecharon para encadenar un fútbol coherente y sin artificios. El mejor que pueden hacer en las circunstancias que atraviesan. En veinte minutos construyeron más ocasiones que en un mes. Un doble cabezazo de Íñigo López estuvo a punto de agrandar la herida de los donostiarras, que no entendían qué estaba sucediendo. Simplemente, un equipo con hambre daba bocados. La explosión de rebeldía espoleó al grupo, que se rearmó sobre la marcha. Romero sacó al césped a Luso para sustituir a Héldon. Antes, con la marcha de Pantic, fue Rene Krhin el que se multiplicó para echar una mano atrás.

La Real tuvo que bregar con una situación problemática. Iba perdiendo ante el colista que, además, estaba con uno menos. Eso significa que había que ganar a toda costa, sin coartada. Así lo entendía la grada de Anoeta, cuyos murmullos mutaban en pitidos de desaprobación. El Córdoba, muy seguro de lo que hacía y obligado a redoblar esfuerzos por su inferioridad numérica, se empleaba con empaque y no perdía los papeles. Todo el equipo se sacrificaba en la presión, los de atrás sacaban la pelota sin contemplaciones y arriba Bebé enseñaba su mejor versión. Los de David Moyes encontraron la igualada con un remate acrobático de Agirretxe, que peinó un servicio de Canales. No se descompuso el Córdoba con el 1-1. Aunque los realistas apretaron con fuerza, los de Romero tuvieron su opción más clara en un zapatazo lejano de Bebé que se estrelló en la cruceta. Agirretxe, toda una tortura para la defensa cordobesista, generaba situaciones de riesgo para Juan Carlos. El poste rechazó un disparo de Rubén Pardo y el Córdoba respiró cuando llegó el intermedio. Había logrado resistir peleando, sin esconderse. Se fue al descanso reforzado, pero sin ganar, con uno menos y un par de tarjetas -Héldon y Zuculini- francamente absurdas.

Una nueva ocasión de Bebé abrió el segundo acto, en el que el Córdoba se afanó por apagar la fogosidad inicial de los locales. No sólo lo hizo, con un derroche físico emocionante, sino que incluso arriesgó. No tiene más remedio. Romero quitó a Zuculini y dio entrada a Fidel. Un cabezazo de Luso y una buena asistencia de Bebé a Florin hicieron tragar saliva a Rulli. La Real no lo veía nada claro. Moyes miró al banquillo y señaló a Carlos Vela, una de las estrellas del conjunto albiazul que llevaba seis semanas fuera. La ovación que recibió al mexicano al salir al campo era el reflejo de la desesperación de la afición donostiarra.

La abnegada resistencia del Córdoba estuvo a punto de tener su premio con una ocasión clara de Bebé, cuyo disparo fue repelido por la pierna de Rulli. En la acción siguiente, la Real asestó una puñalada. Chory Castro se antepuso a la acción con Krhin algo retrasado y firmó el 2-1 que sellaba la remontada donostiarra. Para echar más sal en las llagas, Velasco Carballo mandó a la caseta a Íñigo López, el segundo central del Córdoba, y ya en el añadido sacó la roja a Pinillos, que se puso fuera de sí por una falta de Vela en la acción del 3-1. El Córdoba terminó hundido, con ocho jugadores en el campo. Salvó su honor, pero eso no puntúa en la clasificación. Compite. ¿Quién se consuela con eso?

FICHA TÉCNICA

REAL SOCIEDAD, 3: Rulli, Zaldua, Ansotegui, Íñigo Martínez, Yuri, Pardo, Granero (Carlos Vela, 65'), Xabi Prieto, Canales, Chory Castro (Bergara, 80') y Agirretxe (Finbogasson, 88').

CÓRDOBA, 1: Juan Carlos, Gunino, Pantic, Íñigo López, Pinillos, Zuculini (Fidel, 49'), Krhin, Borja García, Bebé, Héldon (Luso, 34') y Florin Andone (Fede Cartabia, 80').

ÁRBITRO: Carlos Velasco Carballo (Comité Madrileño). Amonestó con cartulina amarilla a los locales Ansotegui y a los visitantes Héldon Ramos, Zuculini, Juan Carlos, Bebé, Fede Cartabia y Krhin. Expulsó con roja directa a Pantic (5') y Pinillos (93') y por doble amarilla a Íñigo López (75').

GOLES: 0-1 (11') Florin Andone.

1-1 (33') Agirretxe. 2-1 (75') Chory Castro.

3-1 (90+) Finbogasson.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 28ª jornada de la Liga BBVA disputado en el Estadio de Anoeta ante unos 21.000 espectadores.

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