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Cuidado con las apariencias

Los jugadores del Córdoba, en un entrenamiento en El Arcángel | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Todo va bien. Mejor imposible, bien pudiera decirse. Aunque restan detalles por pulir, como ya insistiera Luis Miguel Carrión tras las últimas citas, el Córdoba avanza a buen ritmo hacia el inicio de un nuevo campeonato liguero. De hecho, mantiene una línea firme en su camino de preparación en una pretemporada que está a punto de tocar su final. A lo largo del período estival el conjunto blanquiverde sólo sabe ganar, un hecho que multiplica la confianza y la estima del equipo pero no resulta significativo de cara a lo que está por venir a partir del sábado 19. Ésa es otra de las consignas del técnico: el Cádiz marca el comienzo de lo verdaderamente importante. Con todo, los califales desean seguir adelante con su velocidad de crucero en lo que a resultados se refiere. Porque siempre es mejor vencer que empatar o perder, incluso cuando no terminan de acompañar las sensaciones. Es lo que busca la escuadra cordobesista, continuar con su pleno de triunfos veraniegos en un breve y sin embargo intenso periplo por tierras pacenses. Allí afronta dos encuentros seguidos, el primero de ellos en Almendralejo ante un Extremadura que se presenta como un rival peligroso pese a su menor rango.

A las nueve de la noche rodará el balón en el Francisco de la Hera con motivo de la décima edición del Trofeo de la Cordialidad, en el que el Córdoba es el invitado de excepción para los anfitriones. Se trata de un choque sencillo a primera vista, pero no es del todo cierto que vaya a ser fácil. No al menos con los datos de pretemporada del Extremadura sobre la mesa. Es uno de esos partidos que llaman a engaño, dada la diferencia de categoría entre uno y otro adversario. Por el momento, al equipo de Luis Miguel Carrión todo le salió de su gusto. Tanto es así que en su trayecto victorioso se impuso también a un rival de su división, el Almería (1-0), y a uno de superior nivel, un Betis (1-0) que sucumbió en El Arcángel. Pero cada duelo es diferente y en este caso aguarda un conjunto, el azulgrana, dispuesto a aguar la fiesta de los blanquiverdes. Ya supo, no obstante, meter en problemas al Rayo Vallecano y a los heliopolitanos: en ambos casos arrancó sendos empates, uno a cero y otro a uno. Unos resultados esos que reflejan la competitividad de los extremeños, que a buen seguro van a querer dar a su afición el premio de superar a un contrincante superior.

El Córdoba debe encarar este encuentro, por tanto, con mucho cuidado con lo que dictan las apariencias. Nada es sencillo. Tampoco lo es un choque con un equipo de Segunda B, en cuyo grupo cuarto milita el Extremadura. La concentración debe seguir al máximo para, de repente, no sufrir un tropiezo que venga a emborronar en cierto modo la gran pretemporada que los blanquiverdes realizan hasta ahora. Por otro lado, es probable que Luis Miguel Carrión no quiera cargar de minutos a quienes puedan ser sus titulares en el primer once de Liga. Los blanquiverdes encaran una doble cita este fin de semana y tampoco es cuestión sobreexponer en exceso a los jugadores. Tras la contienda en el Francisco de la Hera, el conjunto califal hará noche en tierras pacenses -en ubicación aún por determinar- y el domingo se medirá a otro Segunda B de aquella provincia: el Mérida. Así las cosas, tocará también no imprimir demasiado esfuerzo en el Trofeo de la Cordialidad.

Curiosamente, el penúltimo duelo de la pretemporada para el Córdoba significará un doble reencuentro. El primero de ellos será ante el guardameta que en un principio iba a ser compañero de Pawel Kieszek la próxima temporada en el conjunto califal. Se trata de Marc Vito, que busca hacerse con un hueco en el once extremeño para una campaña que le vendrá marcada como si fuera una gran prueba de fuego para su más próximo futuro. El otro será ante uno de los futbolistas que consiguió llevar al cuadro blanquiverde a la lucha por el ascenso en el curso 2011-12. Es Airam Cabrera, que firmó este verano con la entidad azulgrana en una apuesta por asentar su posición en Segunda B o pugnar por un salto adelante. Por otro lado, a los de Almendralejo parece no haberles pesado el cambio de entrenador que sufrieron semanas atrás. Ante la sorpresa común, el club decidió destituir a Juan Sabas y colocó en su lugar a Agustín Izquierdo, quien regresó al Francisco de la Hera en junio para hacerse cargo del filial. Un giro de los acontecimientos que supo sobrellevar el equipo pacense en la recta final de su período de preparación para la nueva campaña.

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