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Crónica

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Partido El Pozo Murcia - Córdoba Patrimonio
17 de febrero de 2021 19:45 h

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Con la necesidad de dar un paso adelante, no solo en lo deportivo, sino también en lo clasificatorio. Un duelo que, en circunstancias normales, podría calificarse como un trámite de cara a la verdadera liga, pero que en la situación del Córdoba Patrimonio se antojaba con la necesidad de rascar algo positivo. Y es que ElPozo Murcia llegaba a la cita tras un mes sin competir. También los cordobeses andan en una constante irregularidad, aunque la falta de ritmo era más notable en los locales. Sin embargo, el talento es el talento, y ante los grandes no se puede conceder absolutamente nada. Los cordobeses defendieron sus opciones con lo que pudieron, aunque la falta de acierto y diversos fallos atrás acabaron condenando a una nueva caída.

Ese tramo sin competición lo sufrió el conjunto de Diego Giustozzi en los compases iniciales, donde se palpó un mayor brío de los blanquiverdes, auspiciados por la necesidad, el rodaje y la ambición que supone siempre jugar ante uno de los clubes históricos de la LNFS. Ya se vio hace una semana ante Inter en Vista Alegre, y el mismo guion buscó elaborar Josan de inicio, con sus dos pívots en el quinteto titular. Bien es cierto que la efervescencia no se hizo tan efectiva como ante los madrileños, pero no cabe duda que ese planteamiento está ofreciendo un excelente rendimiento al técnico pontano, que a su vez vivía una situación especial al regresar por primera vez a Murcia como rival en partido oficial. 

Así, el primer acercamiento lo firmó Saura a los pocos segundos de partido, pero éste se encontró con Juanjo. El aviso estaba dado, pero ElPozo no pretendía dejar que sus rivales se crecieran, por lo que la posesión comenzó a estar de su lado con el dominio de la circulación de balón. Eso sí, las oportunidades las firmaban los visitantes. Si en la primera fue el máximo artillero cordobés, minutos después fue Shimizu el que se encontró con el cuerpo del meta tas una excelente jugada de estrategia. Y de la misma surgió otra similar, ahora en saque de esquina, pues fue Caio el que aprovechó una excelente combinación de los suyos para rematar. Pero de nuevo lograba repelar el portero levantino. Por ganas e insistencia, precisamente, no iba a ser.

Dos ocasiones que obligaron además al técnico argentino a pedir tiempo muerto, con la idea de tranquilizar a los suyos y recuperar el control de partido. Y así se produjo, pues los siguiente minutos brillaron por la ausencia de ocasiones. Sin embargo, el ritmo seguía siendo alto. La verticalidad dio paso a una situación de cinco para cinco constante, que en cierto modo benefició a los charcuteros, que hicieron patente su enorme carga de talento en aquellos instantes. Eso sí, cada jugada se resolvía con una enorme seguridad por parte de ambos bandos, lo que dejó a los porteros con muy poco trabajo. Mucha continuidad. Cero riesgos.

Ya avisó Josan que era fundamental que los suyos mantuvieran la concentración durante los 40 minutos del partido. Y estuvieron muy aplicados en dicha tarea, más si cabe que ante el cuadro interista. Pero ante un adversario como ElPozo (como ya ocurrió frente a los de Tino Pérez), cualquier despiste se puede pagar muy caro. Fue en una jugada estática y de combinación desde donde llegó el gol local. Sin velocidad y aprovechando un mínimo resquicio en la retaguardia blanquiverde. Ahí fue por donde se filtró un balón que recogió de espaldas Rafa Santos, y el pívot se revolvió a la perfección en las inmediaciones de la meta cordobesa, consiguiendo librarse de su marca e impactando un golpeo potente imparable para Prieto. 

Otra vez había que remontar, escenario quizá esperado para el Córdoba Patrimonio, pero con el paso de las jornadas se va haciendo cada vez más duro. Pero eso no iba hacer que los califas bajaran los brazos. Es más, el tanto no hizo más que aumentar el brío visitante, que subió una marcha más la intensidad y mejoró en verticalidad. Lo intentó de todas las maneras, buscando incluso la posibilidad del doble penalti, pero el olfato ofensivo seguía entonces sin la chispa necesaria. 

El tiempo de asueto, para colmo, sentó mejor a los murcianos, que salieron en tromba con el propósito de sentenciar el partido lo antes posible. A base de contragolpes se lanzaron hacia la meta de Prieto, que fue entonces cuando tuvo que ponerse realmente el mono de trabajo y salvar a su equipo de que la diferencia aumentase. Y en plena ola de exitación murciana, acabó llegando otro fallo local. Se hablaba de concentración. De ser responsables. Pero un nuevo error forzado acabó en otro duro golpe para los cordobeses. Un mal pase en la salida de Prieto lo interceptó Fernando, que batía al meta con una sutil vaselina. Más temporal en contra. 

El Córdoba Patrimonio, con todo, pensaba morir en la orilla. Y lo cierto es que el tanto no afectó en demasía en lo anímico, y bien produjo un efecto similar al primero. Así, un robo de Caio en la media pista se tradujo en una triangulación perfecta con Koseky, que la ponía para el remate de Shimizu en el segundo palo, aunque ahí apareció providencial Leo Santana evitando el 2-1. Y a continuación, otra vez en jugada en ensayada, ahora entre Pablo del Moral, Saura y Jesulito, y es el gaditano el que chuta a la misma escuadra de la meta de ElPozo, pero una vez más surge una mano salvadora del portero de Cieza. 

Sin duda, el tramo final fue una continua insistencia cordobesa, pues Manu Leal también probó suerte a través de una acción individual en la que se fabricó un excelente regate por banda, lanzando un disparo raso que detuvo Juanjo con los pies. Y es que no había manera de superar al guardameta, de largo el más activo de los de Giustozzi en el segundo tiempo. El juego de cinco otorgó más posesión de balón para el Córdoba, aunque en ninguno de sus ataque pudo encontrar una oportunidad clara de gol. Pero el que sí la encontró, en otro error forzado, fue Matteus, que sentenciaba desde la larga distancia. Más alcohol en la herida, hoy agravada por sí mismo. 

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