El Córdoba, ante una nueva y confusa Segunda B
Ni lo uno ni lo otro sino todo en su conjunto. Las competiciones no profesionales sobre el césped afrontan una época de reforma profunda. Es la que va a propiciar la fórmula elegida por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para dar por finalizada la presente temporada y reconfigurar la categoría las venideras. Tal y como se previera, y ya es un hecho, la Segunda B encara un futuro novedoso y un tanto confuso. Y en ese escenario se encuentra precisamente el Córdoba, que queda sin opción de luchar por el ascenso a Segunda A y ha de aprender un sistema de campeonato muy distinto al actual. De entrada, la división de bronce va a contar con un grupo más a partir del próximo curso. El siguiente va a traer consigo la creación de otro torneo...
Cierto es que todavía resta la confirmación definitiva de la reestructuración en pleno de Segunda B pues resulta previsible que varios clubes inicien acciones legales de aquí al regreso a los entrenamientos de los equipos -a partir del 25 y 26 de mayo en teoría-. También amenaza con presentar batalla en este sentido la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ya anunció el miércoles su intención de defender los derechos de todos los jugadores y todas las jugadoras -porque la medida afecta también a las competiciones femeninas-. El hecho es que el plan de remodelación de la categoría de bronce ya se conoce. Aunque no son pocos los detalles que aún tiene que aportar el ente presidido por Luis Rubiales.
En base a la propuesta descrita por la RFEF, “la Segunda B contará con 100 equipos que se dividirán en cinco grupos”. De esta forma, el organismo nacional confirmó en su comunicado del miércoles una circunstancia que venía a ser un secreto a voces: era el incremento de clubes en la división. Pero este asunto no es el único novedoso. “Dado que la duración de la temporada 20-21 será algo inferior a lo habitual, se recomendará el formato de subgrupos con una fase final en la que se reagrupen de nuevo los equipos por posiciones”, explicó la Federación en su texto. Respecto de esta realidad apuntó que “próximamente se darán más detalles.
“Terminada la temporada 20-21, y una vez aplicados los ascensos y descensos de Segunda División A, se creará una nueva categoría con su propia competición en la temporada 21-22 entre Segunda División A y Segunda División B con dos grupos de 20 equipos”, prosiguió la RFEF. Por tanto, el ente federativo optó por aprobar una de las medidas que diversas entidades plantearon: la creación de la Segunda B Pro -éste es el nombre que se prevé o al menos el que fue propuesto con anterioridad-. “Por razones de salud, al terminar las fases de ascensos, con posterioridad a la situación habitual y al disponer de menos jornadas de competición, se competirá en subgrupos con una fórmula que garantizará aproximadamente 30 jornadas de campeonato”, zanjó el organismo nacional en relación a la próxima campaña.
Bien, ¿qué significa lo expuesto? La reformulación de la categoría es confusa en cierto modo pero en principio va a conllevar el siguiente escenario. Este curso se completa con 20 ascensos desde Tercera, esto es los 18 habituales más dos adicionales. Del mismo modo, suben cuatro clubes a Segunda A tras el ya conocido play off exprés y bajan los cuatro últimos de la división de plata. De esta forma quedan 100 equipos que se van a repartir en cinco grupos -del I al IV más el V- pero como la temporada va a ser necesariamente más corta en cuanto a calendario, con comienzo previsto hoy por hoy en octubre, es necesario un sistema de competición que rebaje notablemente la cifra de partidos a disputar. Es en este punto donde aparecen los subgrupos, dos de diez por cada campeonato. Esto significa que, en teoría, son 18 los encuentros de una primera fase de torneo.
Finalizada esa etapa de competición quizá la siguiente proceda con el descenso directo a Segunda B -por la creación de la B Pro- de los cinco últimos de cada uno de los subgrupos y la clasificación para una nueva fase de los cinco primeros. Una opción en este caso es que los diez de cada grupo –del I al V- compitan en uno mismo pero no entre todos sino sólo con los del otro subgrupo -llámense A y B, por ejemplo-, lo que da otros diez encuentros. De ahí van a salir los conjuntos que luchen por ascender a Segunda A y éste es el apartado más complejo de todos. Todos tienen asegurado en este momento, eso sí, su presencia en la nueva categoría intermedia. Sin embargo, lo descrito es sólo una posibilidad. Es la RFEF la que ha de arrojar luz en próximos días.
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