El Córdoba cede con orgullo en un día de homenajes
El conjunto de Ferrer da la cara en el Memorial Antonio Puerta ante un anfitrión que quiebra su resistencia en los últimos minutos
Si el fútbol es memoria y respeto, en el Sánchez Pizjuán hubo puro fútbol. Más allá de un partido de verano, de un ensayo para citas futuras de mayor enjundia, el partido entre el Sevilla y el Córdoba resultó un homenaje a la esencia que sostiene esta bendita pasión. Se honró el recuerdo de Antonio Puerta, una leyenda del sevillismo, con unos prolegómenos de alto voltaje emotivo. López Silva y Abel Gómez portaron ramos de flores que depositaron en el lugar en el que falleció el internacional andaluz hace siete años. Contemplaba la escena Aitor, el hijo que nunca pudo recibir el abrazo de su padre, al que ahora está conociendo a través de los demás. Al Córdoba se le recibió como a un señor. Los jugadores del Sevilla realizaron un pasillo de honor a los blanquiverdes, felicitándoles así por su ascenso a Primera. El Córdoba volvió a pisar el césped del Pizjuán con galones de equipo de élite más de cuatro décadas después. Seguro a que a alguno de los veteranos seguidores cordobesistas que acudieron a la cita se le escapó alguna lágrima. El pitido inicial rompió el aire romántico del escenario, aunque no lo disipó por completo. Los cánticos de la grada en el minuto 16 -dorsal de Puerta-, acompañados de imágenes en los videomarcadores, recordaron la figura de un hombre inolvidable. Por entonces, el pleito aún seguía sin goles, con un respetuoso equilibrio. Los temores de la hinchada sevillista no estaban precisamente en el Córdoba sino en el Real Madrid, al que su equipo se enfrenta el próximo martes en Cardiff con la Supercopa de Europa en juego. Pero eso es otra historia.
El Córdoba alineó un once con sólo cinco integrantes de curso pasado en Segunda y algunas probaturas. López Silva actuó como enganche por el centro, con Fidel y Fede Cartabia en las bandas y Havenaar como avanzado. Íñigo López y Pantic formaron el dúo de centrales, con Pinillos y Gunino de laterales, mientras que en doble pivote fue para Luso y el camerunés Ekeng, que siguió añadiendo razones para pensar en él como uno de los baluartes del nuevo Córdoba. En el Sevilla, Emery colocó un equipo experimental, con algunos canteranos y peso ofensivo para el veterano Reyes y el recién llegado Iago Aspas. Las incorporaciones más vistosas del verano, Denis Suárez y Krychowiak, se quedaron en el banquillo en el primer partido que los sevillistas jugaban ante su público en la presente pretemporada.
No hubo demasiado picante en las áreas. El Córdoba se pertrechó bien, no rifó ni una sola pelota y actuó sin complejos ante un Sevilla con sus piezas en fase de ensamblaje. Como todos en estas fechas. Un disparo alto de Havenaar fue el primer testimonio en ataque de los cordobesistas. El japonés intentó algo parecido a una vaselina, pero no tuvo el efecto deseado. Se había cumplido el minuto 20. Al filo de la media hora, Fede envió un balón a López Silva y éste trató de meterla entre el poste y Beto, pero el meta luso logró desviar a córner. La respuesta sevillista llegó en un latigazo de Cotán desde fuera del área que salió pegado al palo de Juan Carlos, que resolvió bien en los balones que el Sevilla colgó al área. Los hispalenses apretaron algo más en los minutos previos al descanso, espoleados por su público, pero se llegó al intermedio con empate sin goles. En el Córdoba se echó de menos algo de empaque en el mediocampo. Lo mejor fue otra vez Fede Cartabia, un futbolista que se puede permitir el descaro del que hace gala por su surtido catálogo de recursos técnicos. Fue quien más inquietó a la defensa sevillista. A Havenaar le llegaron pocos balones rematables, aunque al japonés no se le puede negar que se vaciara en el campo.
Otro partido comenzó para el Sevilla en la reanudación, pues colocó de golpe a nueve futbolistas, entre ellos el guardameta Barbosa, ex de la Unión Deportiva Las Palmas. Sí, efectivamente. El hombre que encajó el gol de Uli Dávila que sirvió al Córdoba como pasaporte hacia el cielo. En el Córdoba, Ferrer sólo realizó un retoque: retiró a Patrick Ekeng y dio su sitio a Aritz López Garai. Y el Sevilla arrancó apretando. Un tiro de Carlos Fernández lo atrapó bien Juan Carlos. Los blanquiverdes seguían a lo suyo. Tocando, sin perder la compostura y a la espera de su oportunidad.
El que la tuvo clarísima fue el sevillista Aleix Vidal, que se coló por dentro y estrelló la pelota en el cuerpo de Juan Carlos. Con los cambios del Córdoba, que fueron masivos después, el duelo se fue abriendo. Los de Emery parecían más incisivos, pero el Córdoba resistía. Además, el cansancio y la falta de acoplamiento provocaban grietas y desaplicaciones. Cualquier desenlace era posible.
El gol llegó a falta de nueve para el final. Denis Suárez encañonó desde el borde del área y colocó el balón junto al palo de Saizar, que no llegó. Sin tiempo para reaccionar, el Córdoba recibió el segundo. Carlos Bacca se acomodó la pelota y sin que nadie le molestara soltó un zapatazo que batió de nuevo al meta vasco. Ahí terminó todo. El Pizjuán vivió en ambiente de fiesta los instantes finales ante un Córdoba que puso orgullo en la pelea y que empezó a entender lo que cuesta competir frente a adversarios de este rango. Si miras para otro lado, recibes la puñalada.
FICHA TÉCNICA
SEVILLA FC, 2: Beto, Fazio, Carriço, Reyes, Iago Aspas, Alberto Moreno, Vitolo, Coke (Diogo, 14'), Luismi, Cotán y Juan Muñoz. En la segunda parte salieron: Barbosa, Carlos Fernández, Fernando Navarro, Aleix Vidal, Iborra, Krychowiak, Bacca, Dennis Suárez, Nico Pareja y Jairo.
CÓRDOBA CF, 0: Juan Carlos (Saizar, 67'), Gunino, Íñigo López (Iago Bouzón 67'), Pantic (Deivid, 67'), Pinillos (Campabadal, 67'), Luso (Ryder Matos, 57'), Ekeng (López Garai, 46'), López Silva (Adri Cuevas, 57'), Fidel (Abel, 75'), Fede Cartabia (Fausto Rossi, 57') y Havenaar (Florin, 67').
ÁRBITRO: David Fernández Borbalán (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Denis Suárez.
GOLES: 1-0 (81') Dennis Suárez- 2-0 (83') Bacca.
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la séptima edición del Memorial Antonio Puerta, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla ante unos 20.000 espectadores, con presencia de seguidores cordobesistas. Realizó el saque de honor del partido Aitor, el hijo de Antonio Puerta.
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