La Copa, de ser un sueño a vivirla con galones

Su historia es todavía corta. Eso sí, no deja de ser realmente interesante y envidiable. Apenas seis años y medio de existencia tiene el que es uno de los equipos que más expectación genera en los últimos tiempos. Y el que en más alta categoría compite en la ciudad -y uno de los tres de la provincia: Real Priego TM y Ángel Ximénez-. La que está en curso es su séptima temporada desde que iniciara su andadura en la 2013-14. Pero la juventud descrita no impide al Córdoba Patrimonio de la Humanidad disfrutar de la mejor liga del mundo. En Primera está por derecho propio y ahora quiere crecer también en Copa del Rey, una competición que en su día fuera un sueño lejano y que en la actualidad afronta como uno de los adversarios de mayor rango.

De ser un sueño a vivirla con galones. El Córdoba Patrimonio de la Humanidad ya no es aquel humilde equipo que aspiraba a alcanzar una de las dos plazas para el torneo -más la del campeón- en su grupo de Segunda B para, sobre todo, medirse a un rival de Primera. En la temporada 2015-16 estuvo muy cerca de lograr su clasificación para la competición, pero finalmente fue otro conjunto de la provincia el que se hizo con el tercer billete. El Ategua de Castro del Río acabó tercero y tuvo ocasión de adentrarse en la magia de la Copa del Rey. Ya una campaña después, la 2016-17, la lucha del cuadro entonces denominado Itea Automatismos era por el ascenso a Segunda. Se le escapó ante un Cerro Reyes muy superior. Al menos había logrado su objetivo primero: fue segundo y aseguró su participación copera.

Luego se produjo el histórico salto de categoría por la renuncia del propio Cerro Reyes y el club presidido por José García Román cumplió dos sueños. Tomó impulso hasta la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) y certificó definitivamente su presencia en Copa. Fue el 20 de septiembre de 2017, dentro de la campaña 2017-18, cuando el equipo ya dirigido por Maca y con el nombre de Itea Córdoba CF debutó en el torneo del KO. Su gran día en este sentido lo vivió en la pista del Naturpellet Cuéllar segoviano. Allí logró un rotundo triunfo por 1-5 y obtuvo el pase para los dieciseisavos de final, una ronda que marcó otro hito para la entidad. El Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre se preparaba para recibir a uno de los tres gigantes del fútbol sala nacional. Llegó ElPozo Murcia, que tuvo que sufrir de lo lindo para alcanzar la victoria (2-3).

El cuadro charcutero se vio contra las cuerdas en un recinto que vibró con la entrega de su equipo, ya de blanquiverde. Aunque el trabajo no tuvo premio, equipo y afición disfrutaron de una jornada memorable. Y pensar que aún habrían de producirse otras mucho más inolvidables… Como club de Segunda intervino con pleno derecho en la temporada 2018-19, en la que dio un paso más al acceder a los octavos de final. Lo hizo después de eliminar a un Primera. En la ronda inicial el ya tan sólo Córdoba CF se deshizo no sin dificultad a la Coineña, adversario al que superó por 2-3. Fue en la eliminatoria de dieciseisavos donde dio la campanada al eliminar a un rival de máxima categoría, el Viña Albali Valdepeñas (4-3).

Aquel 23 de octubre de 2018 fue otro día para el recuerdo en el conjunto blanquiverde. Vista Alegre asistió a la derrota de un equipo de la mejor liga del mundo y esperaba a otro en, nada más y nada menos, que los mencionados octavos de final. El duelo que deparó esa eliminatoria tuvo mayor atractivo si cabe pues además era un encuentro de carácter andaluz. El Jaén Paraíso Interior llegó a Córdoba con la firme intención de no sufrir tanto como ElPozo Murcia ni de verse sorprendido como el cuadro manchego. Lo consiguió al imponerse por 3-6. Eran tiempos todavía en que el club presidido por José García Román soñaba con dejar atrás a un rival de menor rango para medir fuerzas con un Primera. Esa perspectiva cambia esta temporada, en la que la plantilla dirigida por Maca forma parte de uno de los adversarios atractivos para no pocas entidades de España. El Córdoba Patrimonio de la Humanidad luce galones pero toca defenderlos, ya que con ellos no se gana. En Mengíbar debe demostrar que quiere más.