CD Mirandés - Córdoba CF

— Alineaciones probables y previa

Una trampa en Vitoria para curar las heridas de 2025

El fútbol, como la vida, no entiende de merecimientos, solo de realidades. Y la realidad del Córdoba CF es que viaja a Vitoria con la obligación de ganar para no convertir las uvas de Nochevieja en un trago amargo. El duelo de este domingo ante el CD Mirandés (16:15) en Mendizorroza -escenario prestado por las obras en Anduva- se presenta como una encrucijada vital: vencer supondría un bálsamo para cerrar 2025 con 26 puntos y la calma de la zona media; tropezar alargaría la racha a siete jornadas sin ganar y dejaría al equipo de Iván Ania peligrosamente cerca del abismo durante el parón navideño. Es una final encubierta ante un rival que, como el propio Córdoba, tiene mucho más fútbol en sus botas que puntos en su casillero.

El cuadro blanquiverde llega a la cita herido en su orgullo y mermado en su infantería. La plaga de lesiones se ha cobrado nuevas víctimas esta semana con las bajas confirmadas de Kevin Medina -también sancionado- y Théo Zidane, que se suman a una enfermería ya poblada por piezas como Vilarrasa, Adilson, Diego Bri, Fomeyem y Rubén Alves. Pese a las ausencias, el vestuario ha lanzado un mensaje de calma total. Como recordó Carracedo, la plantilla está convencida de que el juego sigue siendo bueno y que la falta de victorias es una cuestión de “centímetros”, esos mismos que han llevado al equipo a estrellar 10 balones en los postes esta temporada. Ania deberá recomponer su once y buscar la eficacia perdida en ataque, confiando en que el cambio de escenario a un campo de Primera como Mendizorroza favorezca su propuesta de fútbol asociativo y vertical.

Además de luchar contra sus propios fantasmas, el Córdoba CF deberá superar una crisis que se prolonga ya por varios meses, y que ha tenido un especial protagonismo en los últimos partidos. La caracterítica común en todos ellos ha sido clara: un bloque bajo enfrente y poca capacidad de desborde y ofensiva. Así, se han firmado por primera vez en la temporada dos 'ceros' en ataque que, peser a valer dos puntos, quedan muy lejos de lo que buscaba el equipo y de lo que debería haber sumado. Ahora, con el equipo en cuadro -sobre todo en defensa- y con pocas opciones en la línea de tres cuartos, Iván Ania tendrá que recomponer su equipo para tratar de sumar tres puntos vitales.

Enfrente estará un CD Mirandés que es otra trampa para los califas. Penúltimo en la tabla con 16 puntos y anclado en descenso desde hace dos meses, el conjunto jabato es mucho más peligroso de lo que indica la clasificación. La llegada de Jesús Galván al banquillo ha transformado al equipo: se acabó el bloque bajo temeroso de inicio de curso; ahora es un equipo proactivo, valiente y que presiona alto. Sin embargo, los resultados no acaban de llegar tampoco con esta propuesta. Con apenas 16 puntos en el casillero -4 victorias, 4 empates, 10 derrotas-, el Mirandés es colista junto al Real Zaragoza, y suman solo un triunfo (1-0 ante la Real B) en los últimos seis partidos, desde la llegada de Galván al banquillo.

Aún así, el gran peligro de este renovado Mirandés tiene nombre y apellido: Carlos Fernández. Sumado al hecho de que no tienen bajas, el delantero cedido por la Real Sociedad es un lujo para la zona baja, sumando ya 7 goles y participando en la mitad de la producción ofensiva de su equipo. No es un '9' estático; baja a recibir, oxigena y se asocia a la perfección con la revelación Gonzalo Petit, formando una dupla que exige máxima concentración. El Córdoba deberá tener cuidado con ese veneno arriba y explotar la debilidad defensiva de los locales, que pese a su mejoría, siguen siendo vulnerables a la espalda de sus jóvenes centrales y sufren ansiedad en los metros finales, un espejo donde los blanquiverdes no querrán mirarse.