En busca de la estabilidad defensiva perdida
Cortar una hemorragia que parecía inexistente. Con el cambio a finales de noviembre de Juan Sabas por Pablo Alfaro en el banquillo del Córdoba, el cuadro blanquiverde buscaba un golpe de timón, un cambio de rumbo o, más bien, hallar su rumbo. Después de seis partidos consecutivos sin encajar gol, la eliminación en Copa del Rey ante la Real Sociedad supuso un punto de inflexión. A partir de ahí, la escuadra cordobesistas ha encajado en todos los partidos que ha jugado. El botón en off que se activó. La seguridad defensiva quedó apagada y eso está apartando al Córdoba de su ineludible objetivo de meterse entre los tres principales al final de la primera fase.
Aun así, con Juan Sabas, el rendimiento en la zaga no era del todo negativo, aunque sí sus sensaciones sobre el césped. Si bien tuvo dos porterías a cero en su corta etapa al frente de la nave blanquiverde -con un 1-0 contra el Lorca y un 0-0 contra UCAM Murcia-, encajó seis goles en los seis partidos que dirigió, hasta que fue cesado tras la debacle en Linarejos (2-0). Pablo Alfaro tomó las riendas de un navío a la deriva y consiguió darle una seguridad en todos los aspectos no antes vista en la temporada. Las cuatro primeras jornadas se saldaron con ningún gol anotado por parte de su rival, sumado todo ello a las dos porterías a cero que cosecharon en Copa del Rey ante Albacete Balompié (1-0) y Getafe (1-0). En global, las diez primeras jornadas sólo produjeron seis tantos en contra. Todo parecía ir bien. Parecía.
Tras el pase a los dieciseisavos de final del torneo del KO ante los getafenses, dentro de esa racha de imbatibilidad, empezó 2021 continuando la línea constante de seguridad atrás, con el empate ante el Betis Deportivo (0-0) y el Lorca Deportiva (0-1). Sin embargo, la llama se fue apagando y la Real Sociedad fue el que empujó la bola de nieve cuesta abajo, haciéndose cada vez más grande. Los donostiarras endosaron al Córdoba un 0-2 para acceder a los octavos de final. Por aquel momento, sólo parecía el fiel reflejo de un enfrentamiento entre un equipo potente de Primera División y un Segunda B. Aun así, significó más en la moral de cualquier pareja de centrales blanquiverde.
Aquel cruce copero abrió la veda para que los rivales anotaran al Córdoba con excesiva facilidad. En El Arcángel, El Yeclano, tras dos errores no forzados, se llevó los tres puntos para su casillero. Dos empates a uno y la derrota por 1-0 ante el Sevilla Atlético fueron el paso siguiente a la derrota ante los murcianos. Fue entonces cuando consiguió el único triunfo de los últimos seis partidos: no fue otro que con el líder destacado del subgrupo, el Linares Deportivo, con más o menos brillantez sobre el terreno de juego (2-1). El choque ante el Real Murcia del pasado domingo (2-2) fue la respuesta a la pregunta de si el Córdoba, a través del triunfo, podría recuperar la senda de aquel Córdoba que estrenó a Pablo Alfaro en el banquillo cordobesista.
Cinco parejas de centrales tras la salida de Juan Sabas
Una cosa estaba clara cuando el técnico madrileño debutó contra el Lorca Deportiva en El Arcángel. Los pimientos son asados y las papas, aliñadas. Eso, más Bernardo y Djetei en el centro de la zaga, era lo más seguro que había. El cordobés y el camerunés, en las seis jornadas de las que dispuso Sabas en el Córdoba, cosecharon dos porterías a cero por seis goles encajados. La entrada de Pablo Alfaro, en un principio, mantuvo a ambos en la terna y con el cartel de insustituibles. Aun así, en Copa del Rey, el técnico maño probó en las dos primeras eliminatorias con Xavi Molina y Djetei, con resultado inmaculado: dos porterías a cero contra dos equipos de superior categoría.
La dupla defensiva del menor de los Cruz y Mohammed Djetei se mantuvo hasta que sufrió una lesión muscular en el choque ante el Betis Deportivo en tierras sevillanas. Justo coincidió con que su sustitución fue en el descanso y Molina entró en su sustitución. Con cualquier combinación, el Córdoba también hizo que se consumara la portería a cero y continuara la racha. El ex del Nàstic y el canterano cordobesista continuaron el camino y se llevaran otro encuentro sin encajar goles en el triunfo ante el Lorca a domicilio. Eso sí, en el partido ante la Real Sociedad, para hacer rotaciones, probó con la pareja de Xavi Molina y Farrando, aunque con desenlace negativo. Sin regla de tres lógica que implique la titularidad y coincidencia de ambos en el campo con la derrota, el equipo de Imanol Alguacil, por medio de Willian José, adquirió su pase a la siguiente ronda (0-2).
A partir de ahí, sólo había mirada para la liga. Aunque estuvo desviada después de la despedida de la Copa, pues, en los siguientes seis partidos, el Córdoba sólo arrancó el triunfo al Linares. En esa media decena de choques, hasta ocho goles encajados. En cualquier caso, el conjunto califa quiere volver a lo que ya una vez demostró que fue. Y no tan lejos en la temporada. De hecho, es prácticamente una obligación que aplique el torniquete y corte la hemorragia para asegurar, al menos, el empate. Un resultado que a todas luces le alejaría del objetivo de estar entre los tres primeros en la siguiente fase. Sólo valdrá ganar en El Ejido y hacer lo propio en casa ante el Betis Deportivo. Será vital echar el candado en la portería.
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