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A la caza de un dorsal a última hora

Corredores en la salida de la pasada Media Maratón de Córdoba | TONI BLANCO

Paco Merino

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Ha vuelto a suceder. En portales especializados de compra-venta y en foros de atletismo se han intensificado durante esta semana los anuncios ofreciendo dorsales “a buen precio” para intervenir en la Media Maratón de Córdoba, que se disputa el próximo domingo 27 y que hace más de dos meses agotó el cupo de inscritos. Este año son 8.000, mil más que el año anterior y el doble que en 2013, donde cuatro mil runners batieron por entonces un récord que se ha venido rebasando sistemáticamente en cada edición. El sueño de los diez mil sigue latiendo.

“Dorsal en categoría femenina para la Media del 27 de noviembre. 35 euros. Particular”. Anuncios de este tipo proliferan en los portales. Hay quienes quieren comprar porque llegaron tarde y quienes pretenden colocar ahora su dorsal porque al final les ha surgido algún contratiempo. Sea como fuere, el mercadeo está en ebullición. Como si fueran entradas para un clásico de fútbol, los dorsales se exponen en una peculiar subasta en la que algunos están dispuestos a hacer algún dispendio económico. No se trata, ni mucho menos, de operaciones con cifras astronómicas. De hecho, difícilmente se ganará dinero con ellas. La reventa de dorsales muestra, en todo caso, el nivel de pasión que ha alcanzado la fiebre por el atletismo popular en nuestro país. Córdoba no es una excepción. Más bien, un ejemplo fiel de esa irresistible seducción y sus consecuencias.

Muchos corredores están dispuestos a intervenir en una prueba emblemática con un dorsal en el pecho. Aunque no sea el suyo. De hecho, en las pruebas con una alta participación se dan los casos de atletas espontáneos, que aparecen sin haberse inscrito y se colocan en la línea de salida o entran en algún tramo de la prueba. Al no estar controlados por la organización, su marca no quedará registrada ni su nombre aparecerá en la clasificación oficial. Quienes participan con un dorsal ajeno -regalado por otro, cedido por un compañero que no puede finalmente intervenir, comprado…- aparecerán en los listados oficiales con la identificación de la persona que adquirió inicialmente el dorsal antes del cierre del plazo. Un detalle menor, al parecer, para quienes siguen intentando a través de las redes hacerse con un número “a buen precio”.

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