En mi casa mando yo (y si fuera también, mejor)
El Córdoba busca un estilo de fútbol cercano al que proyectara Paco Jémez | En la Liga 11-12, los blanquiverdes sólo perdieron un partido en El Arcángel: fue ante el Depor de Oltra
Cuentan que las comparaciones son odiosas. La mayor parte de las veces puede que resulte cierto, pero también lo es que casi siempre resultan inevitables las similitudes. Aún más cuando existe una idea en torno a la cual gira el resto. Traducido en lenguaje deportivo, más en concreto dentro del fútbol, es complicado no establecer semejanzas cuando el pensamiento de dos entrenadores se presenta como pilar básico de sendos proyectos. Ése es el caso del Córdoba de cara a la próxima temporada, en la que no sólo se marca el objetivo del retorno a Primera, sino además fundamentarlo en un estilo de juego claramente definido y con un concepto claro: ser protagonista en cada campo, tanto en El Arcángel como en el resto de los que visite en Segunda A. Ese reto añadido también lo asume José Luis Oltra, cuya contratación puede suponer una vuelta al origen en la etapa de Carlos González al frente de la entidad.
Una de las claves estará en recuperar la fortaleza en El Arcángel, un estadio que se ha convertido en una tómbola desde hace ya demasiado tiempo. Desde el 1 de enero de 2014 sólo se han visto cuatro victorias oficiales. Tres en Segunda División (Recreativo de Huelva, Alcorcón y Real Madrid Castilla) y solamente una en Primera División, ante el Granada, el pasado día de Reyes. La mejor temporada como anfitrión en los últimos tiempos se produjo en la 11-12, en la que Paco Jémez estuvo como responsable en el banquillo. Fue la primera temporada completa del técnico del Zumbacón en un club en su trayectoria profesional. Llevó a los blanquiverdes al play off de ascenso -cayeron frente al Valladolid de Djukic- tras describir una trayectoria imponente al calor de su hogar. En El Arcángel sólo fueron derrotados una vez en todo el curso... y fue precisamente ante el Deportivo de La Coruña de José Luis Oltra, que se impuso por 0-2 en su imparable camino hacia el título y el ascenso a Primera. Si el Córdoba logra con Oltra volver a ser lo que fue en aquel tiempo, el cordobesismo tendrá motivos para la alegría. El conjunto blanquiverde, además, fundamentó su rendimiento en un fútbol valiente y solidario, con una buena variedad de recursos ofensivos. “Se puede llegar al gol por calidad o por pesado”, solía decir Jémez. Si reúnes los dos ingredientes en un equipo, los resultados caen por su peso.
“A mí me gusta que los equipos que entreno tengan protagonismo”, aseguró el técnico valenciano en una entrevista a la televisión oficial del club califal poco después de firmar su contrato y ser anunciado de manera oficial. ¿Cómo se alcanza esa meta? “En el aspecto defensivo, tenemos que ir a buscar al rival y no esperarlo. En el ofensivo, intentar ser el equipo que lleve el peso y el mando del partido”, añadió Oltra. Quizá los conceptos puedan ser distintos a los que utilizara Paco Jémez la campaña 2011-12, pero el planteamiento de partida es idéntico. En ese sentido, uno de los principales argumentos, compartido por ambos preparadores, es la ‘alegría’ en ataque, la búsqueda paciente pero constante del gol. Dicha circunstancia la repitieron todos los conjuntos que dirigió el nuevo entrenador blanquiverde, especialmente a partir de su paso por Tenerife. El cuadro canario, sin ir más lejos, concluyó la temporada de su ascenso a Primera, la 2008-09, como el segundo máximo anotador de Segunda A: anotó 79 goles. Sólo le superó el Hércules, con 82 tantos, que curiosamente no subió e igualó con el Zaragoza, que sumó también los mismos puntos (81).
En la escuadra tinerfeña destacaron Nino y Alfaro, que marcaron casi 50 goles -29 el primero y 20 el segundo-. La intensidad ofensiva tuvo su continuidad después en el Almería -22 goles en los 18 partidos que dirigió el valenciano-, el Deportivo y el Mallorca -35 tantos en 27 jornadas antes de ser destituido-. Sobre todo en la escuadra gallega, que ascendió a Primera la campaña 2011/12 también como el segundo más goleador de la categoría de plata: hizo 76 dianas, siete menos que el Celta. Entonces, Lassad y Riki vieron puerta 14 veces cada uno y Guardado 11. Ahí surge otra idea que comparte Paco Jémez en su estilo de juego: los hombres de segunda línea de ataque también pueden aportar a la hora de materializar ocasiones. El más claro ejemplo en ese sentido es la cifra que alcanzó Borja García en su primer curso como califal, que cerró con 17 goles en Liga -fue el pichichi del Córdoba-. El preparador cordobés se marchó de El Arcángel en la 2007-08, cuando fue destituido, con el equipo como el quinto con mayor acierto de Segunda A.
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