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Se hace camino al ganar

Los jugadores del Córdoba celebran el 2-1 ante el Yeclano | ÁLEX GALLEGOS

Cristian López

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Acción y reacción. Los fichajes han llegado para ser diferenciales. Y si no que se lo pregunten a Carlos Valverde, que se apuntó un doblete en la victoria del Córdoba ante el Yeclano Deportivo (2-1). Tres puntos de auténtico mérito que devuelven la esperanza a una plantilla que andaba en un tramo de dudas y solventó la crisis nada menos que ante el segundo clasificado del grupo. Qué bueno que vinisteis, se dirá más de uno en El Arcángel. Un estadio que, ahora sí, vuelve a soñar en grande.

En la megafonía sonaba Mi primer día de Los Aslándticos y, en cierta medida, para algunos de ellos lo era. De un modo u otro, pues dos futbolistas debutaban de inicio en el plantel de Raúl Agné, que volvía a contar con la posibilidad de jugar con dos delanteros. Y no dudó en usar esa carta desde primera hora. Piovaccari, de largo el más ovacionado de la tarde, volvía a pisar el césped de El Arcángel en su tercera etapa en el club, mientras que Iván Robles se estrenaba también con la blanquiverde. Y fueron dos de los más activos. De hecho, el delantero italiano se convirtió en un quebradero de cabeza constante para la defensa del Yeclano. De sus botas salió el primer aviso mediante una acción en la que él mismo se colocó el balón en largo y cerca estuvo de adelantar a los suyos en el primer minuto de juego. El público se desató en aplausos. Parecía que había vuelto la ilusión al feudo ribereño.

Un estado de felicidad que se prolongó una jugada después, pues la confirmación de la alegría no tardó en obtener respuesta. Javi Flores inició una jugada de combinación, en la que el de Fátima cedió a Piovaccari y éste dejó pasar el balón para De las Cuevas, que la puso al hueco para que Carlos Valverde la picara, haciendo imposible la reacción de Serna. Apenas habían transcurrido dos minutos y los de Agné ya mandaban en el electrónico. Mejor inicio imposible.

El resultado destensó los posibles nervios cordobesistas, los cuales se hicieron dueños absolutos de la posesión por aquellos momentos. Y la segunda oportunidad no se haría de rogar. Pasado el 10 de juego, Iván Robles puso un centro al área que cabeceó Willy, aunque el balón se marchó rozando el poste. Pero la efervescencia tiene sus fases y el Yeclano estaba dispuesto a demostrar la razón por la que aterrizaba en El Arcángel como segundo clasificado del Grupo IV. A fuego lento y sin prisas, los de Alejandro Sandroni fueron acumulando ocasiones -la mayoría sin peligro real- con centros por banda derecha. Eso sí, el Cordoba estaba bien plantado y apenas daba concesiones, aunque el aliento cada vez más cercano de los visitantes hacía mella en la solidez de la retaguardia califa, que poco a poco fue enseñando sus costuras. Un fallo en la salida de Fidel Escobar empezó a sembrar ciertas dudas, aunque el propio central panameño se encargó de solventar la situación enviando el balón a córner.

Y otra vez se despertó el murmullo (en positivo) en la grada, como cada vez que el ariete de Gallarate cogía el balón. En este caso fue con una contra liderada por el propio Piovaccari, que se quedó sin fuerzas en el último momento para dar el pase de gol a Willy. El Córdoba seguía generando arriba, puesto que la siguiente clara vino también de las botas blanquiverdes. Fue mediante un balón para Willy a las espaldas de la defensa. El pacense logró ganarle la partida al central y plantarse solo ante Serna, aunque no consiguió culminar debido a una caída en el área en la que reclamó penalti. El árbitro consideró que no había pasado nada.

Y de ese posible segundo gol se pasó al golpe que devolvió el Yeclano Deportivo. Una vez más por banda derecha, Mario la puso en boca de gol y el balón se paseó por el área de Becerra hasta que Alayeto lo remachó en el segundo palo. Un error más por los costados. Y éste sí que dejó fisuras, ya que el nerviosismo campaba ahora a sus anchas en la defensa local, que pasó sus mayores apuros en la recta final del primer tiempo. A raíz del empate, los murcianos se hicieron dueños de la situación y subieron una marcha su intensidad, acercándose cada vez con mayor peligro a la portería local. Sin embargo, el electrónico no volvería a moverse y ambos conjuntos se marcharon camino de vestuarios con todo el trabajo por hacer. El resultado, a priori, no parecía ser del gusto de ninguno.

Estaba claro que el Córdoba no podía dejar pasar más oportunidades de sumar de tres. Y más aún como local. Cada fallo significaba un punto más que suturar en una herida que se hacía tímidamente más grande a cada ocasión perdida. Pero el efecto del descanso supuso un salto de moral en la intensidad local. Había que salir a ser protagonistas de la partida. Y suyas fueron las primeras oportunidades del segundo acto. Primero con un cabezazo de Xavi Molina tras una falta por botada por Javi Flores y acto seguido en una nueva acción de orgullo de Piovaccari. Con más rabia que acierto del italiano, que quería devolver de inmediato el cariño mostrado por la grada.

Y en esas le volvió a ganar la espalda a la defensa, en una contra en la que, tras varios empujones y agarrones en la pelea, echó el balón a saque de esquina. El Yeclano sufría como nunca en esos momentos ante un Córdoba que atosigaba sin descanso. Centros al área, balones al hueco, filigranas de Javi Flores. Cualquier recurso era válido para arremeter contra la retaguardia visitante, que se defendía con uñas y dientes. Como en esos combates de boxeo en los que uno golpea una y otra vez y el otro resiste cada ataque. Un dominio sin claridad de cara al gol, en el que los de Sandroni debían conformarse con generar a raíz de los errores locales, que fueron pocos en aquellos momentos.

Javi Flores pudo poner de nuevo a los suyos por delante, aunque su gol acabó anulado por fuera de juego. Pero el peligro no cesaba. El hambre andaba intacta en un equipo que se lanzó con todo al ataque. La entrada de Imanol dio oxígeno en el centro del campo, mientras que el recambio de Fran Gómez por De las Cuevas ayudó a mantener el alto ritmo en campo contrario. Y de esa claridad salió la jugada más peligrosa del segundo tiempo, en la que una internada en el área de Imanol acabó con el futbolista en el suelo empujado por un rival. Penalti a favor del Córdoba. Valverde quería su particular doblete y fue el encargado de colocar la pelota en el punto de pena máxima. El extremo engañó a Serna y desató la locura de la grada. De ahí hasta el final, el Córdoba siguió manteniendo la posesión y trataba de culminar en cada ocasión que podía, ahora sin dejar nada al descubierto atrás. El botín estaba en juego. Y se hizo con él. En el acierto se hace el camino, como diría algún poeta.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 2: Isaac Becerra, Djetei, Fidel Escobar, Jesús Álvaro, Iván Robles, Xavi Molina (Imanol, 58’), Javi Flores (José Antonio González, 88'), De las Cuevas (Fran Gómez, 82’), Carlos Valverde, Willy y Piovaccari.

YECLANO DEPORTIVO, 1: Serna, Mario, Héctor Camp, Álex Vaquero, Tonete (Carlos Felipe, 78’), Saura (Javi Muñoz, 70’), Fran Martínez (Chino, 45’), Carlos Selfa, Alayeto, Ubay y Luis.

ÁRBITRO: Sergio Escriche (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a los locales Carlos Valverde y Piovaccari; y a los visitantes Saura, Héctor Camp y Álex Vaquero. 

GOLES: 1-0 (2’) Carlos Valderde. 1-1 (38’) Alayeto. 2-1 (87') Carlos Valverde, de penalti. 

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada del campeonato de Liga en el Grupo IV de Segunda B, disputado en El Arcángel ante 8.687 espectadores.

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