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El largo camino de Bambock

Bambock, en una acción del duelo con el Oviedo | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Dorsal 20 y botas poco llamativas, su figura surgió al fin en el césped. Era el momento que había aguardado desde no poco tiempo atrás. Su experiencia es extraña, es poco frecuente que tenga lugar una tal que así. De ahí que ya forme parte de la historia del club en su capítulo de curiosidades. La extensa espera terminó de una vez por todas para Franck-Yves Bambock, que este sábado consiguió debutar con el Córdoba. Junto a él lo hizo Luismi Quezada, pero las circunstancias eran muy diferentes. Tanto que hacían especial su caso. El franco camerunés se estrenó con el conjunto blanquiverde casi siete meses después de su fichaje. Ahí es nada. Pero la paciencia tuvo su justa recompensa en este caso, si bien quedó deslucida por el resultado obtenido por el equipo de José Ramón Sandoval ante el Oviedo.

Fue el último párrafo del relato sobre el largo camino de Bambock. Un trayecto que arrancó el futbolista el 1 de febrero. Entonces subía al autobús del Córdoba para ser de la partida en la mini concentración que iba a realizar el equipo en Montecastillo. Era oportuno, así lo entendió la entidad, buscar un lugar apartado para que los jugadores que habían llegado en el mercado invernal se pusieran al día con el entrenador, Jorge Romero en aquella etapa. También para que tuvieran ocasión de conocerse entre sí y con los futbolistas que continuaban desde principio de temporada. El centrocampista estaba presente sin que siquiera el club hubiera anunciado su contratación. De alguna forma fue presagio de lo que habría de tocarle vivir.

Firmó con el conjunto blanquiverde en el último suspiro, al igual que Montelongo. Y al final los dos terminaron sin permiso de la Liga de Fútbol Profesional para jugar con el cuadro califal en lo que restaba de la pasada campaña. El límite salarial, tema estrella de este verano, estaba rebasado y no era posible la inscripción de ambos futbolistas. Comenzó entonces el extraño vagar por el desierto del franco camerunés, y también del uruguayo. Los dos aportaron su granito de arena, eso sí, dentro del vestuario. No faltaron a los entrenamientos, viajaron y estuvieron junto a sus compañeros. Fueron uno más, en definitiva. Ya en la recta final del campeonato liguero, el Córdoba procuró contar con los servicios del mediocentro por la vía de la ficha sub 23 para el filial. Pero la patronal desestimó dicha opción.

Tras el intento fallido, Bambock consintió integrarse en el segundo equipo para sumar minutos. Además de para tratar de ayudar a los de José María García conseguir una difícil permanencia. El camino se hizo más tortuoso si cabe, ya que el jugador estuvo presente en el agrio desenlace del B. Derrota y polémica ante el Mérida en el Ciudad de Lucena, filial a Tercera. Llegó en una situación límite de un primer conjunto aún en peores circunstancias. Al final, el Córdoba logró la épica salvación en Segunda A y el franco camerunés al menos pudo celebrar la gesta. Eso sí, concluido el curso la duda se cernía sobre él y sobre el propio Bruno Montelongo, y la suerte que corrió cada uno, como ya es conocido, fue diferente.

En un primer momento, el Córdoba decidió mantener su apuesta por los dos fichajes en blanco -con la excepción de sus minutos con el filial del africano-. Sin embargo, a Montelongo le abrieron después las puertas de par en par. No ocurrió lo mismo con Franck-Yves Bambock, que sí había de esperar aún a que la Liga le inscribiera para la temporada recién iniciada. El anuncio se produjo el 16 de agosto, sólo dos días antes de que el cuadro califal retomara el pulso competitivo ante el Numancia. Fue cuando el centrocampista pudo respirar aliviado después de medio año. Veía la luz al final de un inesperado túnel. El mediocentro tuvo que tirar de paciencia una última vez en el duelo inaugural de la campaña.

Ante el Numancia, el franco camerunés vivió el fútbol desde el banquillo. Aún no era el instante de saltar al campo. Su oportunidad llegó este sábado y cuando menos podía intuirse. La entrada del centrocampista por Álex Vallejo fue la única novedad de José Ramón Sandoval en el once blanquiverde para recibir al Oviedo. Y sorprendió. Pero nada importaba para Bambock, que con el dorsal 20 y botas poco llamativas pisaba el césped de El Arcángel por ocasión primera en partido oficial. Trabajó a destajo, robó balones y buscó pases de todo tipo, con acierto y sin acierto. Compitió hasta el descanso, tras el cual Jaime Romero le sustituyó en el terreno de juego. La fortuna no le sonrió, como tampoco al resto del equipo, y su gran día se ensombreció con una derrota difícil de digerir -más por las formas que por el propio resultado (2-4)-.

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