El Bball Córdoba y su plan para conseguir un ascenso

El club prepara su partido en Vista Alegre ante el CB Palos en el 'play off'

Asociar las expresiones “eliminatoria por el ascenso” y “baloncesto cordobés” es un ejercicio que genera extrañeza -principalmente en el caso de la categoría masculina- y, generalmente, frustración. En los últimos tiempos han sido desgraciadamente frecuentes los casos de clubes que se visto obligados a renunciar a la plaza que se ganaron en la pista por no disponer de recursos económicos para afrontar la categoría superior. Otros lo pasaron peor. Fueron “desahuciados” en sus respectivas ligas por no poder hacer frente a la hipoteca que suponen el cánon federativo, los arbitrajes, los viajes y los -siempre mínimos- sueldos o gratificaciones que reciben los jugadores. Así está el panorama. Y, pese a todo, la ilusión no se pierde.

En el escuadrón de supervivientes de la crisis que se traga al deporte está el Bball Córdoba, que se prepara durante estos días para encarar el primer cruce de cuartos de final por el ascenso en la Primera Nacional. El próximo sábado se mide en el Palacio de Deportes Vista Alegre al CB Palos con la idea de dar un paso más hacia un destino que aún está por definir. En principio será la Liga EBA, aunque ni la propia Federación Española tiene claro qué hacer con el mapa de las competiciones nacionales, que ha quedado diezmado por las bajas de equipos que se arruinaron o decidieron que lo mejor era marcharse para vivir de acuerdo a sus posibilidades. Sea donde sea, el Bball Córdoba pelea en una carrera muy peculiar por el ascenso, que en la renovada entidad se entiende no como un cambio de categoría -que también-, sino como un avance global que comprende lo deportivo, lo estructural, lo económico y, por supuesto, lo social.

Sentir un creciente respaldo desde la grada es una de las batallas emprendidas por el club, que va viendo paulatinamente los resultados. Ha habido partidos en los que se han superado los 800 seguidores y el promedio ha sido superior a los 300, según fuentes del club. No es mal balance si se tiene en cuenta el punto de partida y el nivel de la división en la que compite el máximo representante cordobés. Que el equipo haya despachado una liga regular más que aceptable (diez victorias y cuatro derrotas, con buenas actuaciones en casa) ha tenido bastante que ver. Ahora llega el Bball-Palos, otro test importante.

Jesús Lázaro y Rafa Gomariz preparan con tino el tramo final de la temporada, que será relevante más allá del desenlace en el marcador. Ya se sabe que, al fin y al cabo, un club juega en el campeonato que se puede pagar. Ni más ni menos. Para Lázaro, director deportivo, el objetivo está en mantener la progresión y seguir poniendo piezas para el futuro con una base de jugadores locales. En ese plan de afianzamiento de la personalidad del club anda también implicado el entrenador, Gomariz, quien sigue exprimiendo el talento de un grupo heterogéneo, con jugadores de gran trayectoria profesional como José Antonio Ferrer, Alberto García Cuevas o José Manuel Alastuey, junto a promesas en proyección como Arturo López, Tasio Vázquez, Duanis Porto o Luis Rodríguez. Los planes más inmediatos pasan por superar la ronda ante el Palos, cuyo récord en la fase regular es de 12 victorias y 4 derrotas, para esperar en semifinales al ganador del Adaba-Unicaja.