El Coto Córdoba CB no puede con el poder ofensivo del Melilla

Se sabía de la dificultad de la pista y del potencial del Melilla Ciudad del Deporte, un recién descendido de Primera FEB y candidato al ascenso. Y eso se notó casi de principio de fin, ya que el Coto Córdoba CB apenas pudo plantar cara durante diversas fases del encuentro. Eso sí, en el momento en el que los locales entraron en éxtasis anotador, las diferencias se hicieron palpables, en un choque más para olvidar de los califas.

El partido arrancó con buena inercia para los cordobeses, que se pusieron con 0-3 de salida, evidenciando una mayor fluidez que su rival. Y más ganas de primeras. Le costó a Melilla entrar en juego, aunque lo hizo de manera notable, desde el perímetro para igualar la contienda. Eso sí, la intensidad ofensiva de los de Nacho Pastor, aprovechando la movilidad de Moreno y Del Pino, además de la potencia interior de Aboubacar, se hacía más notable sobre la pista.

De este modo, las ventajas para los visitantes oscilaban entre los cinco y los siete puntos, aunque los locales reaccionarían para dejar el resultado al término del primer periodo en 18-21. Aunque mínima, la renta seguía favoreciendo al cuadro califa, en un tramo de partido donde se desató el acierto desde más allá del 6,75. Duelo triples, con dos para cada bando, que incendió el potencial anotador. Sin embargo, tras esto, se apagó la mecha de los blanquiverdes, mientras que Melilla se hizo con un 5-0 que ponía el 31-29 y obligaba a Nacho Pastor a parar el choque.

Ni el tiempo muerto sirvió, pues el Coto Córdoba atravesó su peor tramo, coincidiendo con el momento de mayor inspiración local. El parcial se amplió hasta el 12-0, aunque lo cortó Aboubacar con un 2+1. Aun así, fue un simple destello en medio de la tempestad, pues los norteafricanos siguieron despegándose en el luminoso, en unos diez minutos de total locura ofensiva. 35 puntos cayeron a su favor, para dejar la ventaja en +18 camino de vestuarios (53-35).

Salió con otra cara al partido el Coto Córdoba. Y no era para menos. Urgía una reacción rápida, en la que Guille del Pino se vistió de salvavidas con dos triples consecutivos de salida. Eran ahora mucho mejores las sensaciones para los blanquiverdes, con un monopolio casi total del exterior cordobés, aunque los suyos no conseguían detener por completo el acierto local. Pese a todo, cuando se sumó el colectivo al ataque, la situación cambió por completo. Ahora le costaba mucho anotar a Melilla, gracias a la gran defensa califa, lo que se fue notando en el electrónico.

Pasito a pasito, el Coto llegó a reducir la desventaja psicológica de los diez puntos, colocándose en 66-59 a falta de poco más de un minuto para cerrar el tercer periodo. Ahí, la aparición de Egbuta fue igualmente providencial, rompiendo la defensa en cada embestida hacia el aro. No obstante, en el mejor momento de los de Pastor, Melilla tiró de garra con dos triples seguidos para poner encarrilar el último periodo con algo más de oxígeno (74-61).

Melilla, además, aprovechó esa inercia para poner tierra de por medio con un 7-2 que prácticamente desbarataba toda la reacción previa de los cordobeses. Y para más infortunio, Del Águila se retiraba lesionado tras notar un pinchazo en el isquiotibial. De ahí en adelante, con el encuentro ya completamente roto, los intentos del Coto no iban dirigidos más allá que a maquillar el resultado. Con Melilla muy cómodo sobre la cancha, a los califas no les quedaba otra que apretar y tratar de correr, además de tomar muchos riesgos. Pero apenas funcionó el plan y los locales lograron aumentar considerablemente su ventaja hasta el definitivo 104-74.