Las armas para el sueño lucentino
Los encargados de apuntalar definitivamente el sueño del Ciudad de Lucena tienen nombres y apellidos. El cuadro azulón configuró a principios de temporada una plantilla que se ha ido hilvanando semana tras semana en un grupo sólido y que ha ido edificando un objetivo que no solo alcanza a la propia entidad, sino que toda la ciudad está implicada y pendiente de ayudar en la medida de lo posible a volver a Segunda B. No será fácil el reto, aunque lo cierto es que el conjunto celeste cuenta con armas de sobra para materializarlo. Un equipo que mezcla juventud, ambición, ilusión y veteranía a partes iguales, y que se ha conformado a través de una seña de identidad muy significativa. Esa es la que han marcado los hermanos Carrasco (Dimas y David) desde el banquillo, sin duda los grandes impulsores de la mejor temporada de la historia del club.
No cabe duda que la virtud principal del equipo se enmarca en la faceta defensiva, donde se ha erigido como uno de los mejores del Grupo X de Tercera División. Apenas ha encajado 24 goles en 29 encuentros, lo que da menos de un gol por partido. Y desde ahí deberá construir el conjunto lucentino sus esperanzas, puesto que enfrente tendrá nada menos que al mejor club en ataque. Buena parte de la culpa del excelente rendimiento en defensa la tiene el guardameta Javi Cuenca, titular indiscutible de principio a fin para Carrasco. El meta malagueño se ha convertido en pieza fundamental para el equipo desde su llegada el pasado verano. Junto a él estará el veterano cordobés Fernando Molero, en su caso como voz destacada y de mucho peso dentro del vestuario.
Una retaguardia que tiene otro nombre propio en la zaga. Ese no es otro que el del central Pablo Gallardo, quien, pese a llevar también apenas unos meses en la disciplina, ya es uno de los jugadores con los que más se identifica la afición y porta el brazalete de capitán. Además, por si fuera poco, su figura trascendió aún más en la historia del Ciudad de Lucena, al ser el encargado de anotar el gol que dio el pase para la final. Un centro de la defensa que completa Jesús González, mientras que en los francos se sitúan los experimentados Germán López y Zurdo. Asimismo, Mario Hernández, José Manuel Morales, Ramón García y Santiago Echeverri serán complementos para reforzar la defensa en determinados momentos, al tiempo que Sergi Valls animará a sus compañeros desde la grada, al no poder participar debido a una lesión ocasionada durante la preparación del play off.
La voz de mando en el centro del campo correrá de nuevo a cargo de Mario Ruiz, flanqueado en la medular por compañeros como Toni Pérez o Adri Pavón, a los que se irán sumando desde la segunda unidad Alberto García, Alfonso Vaquero, Diego Yacob, Gerard Puerto, Iván Medina, Migue Calvillo y Txomin Barcina. Finalmente, la magia en el ataque saldrá de las botas de Luismi, una de las grandes sensaciones del equipo en el presente curso, mientras que Joselinho y Erik pondrán a prueba a la defensa verdiblanca con su desborde. Una zona ofensiva que cuenta además con la figura de Javier Henares, el máximo artillero del plantel con 14 goles. Al tiempo, otras piezas reseñables son Borja Encada, Juanma Trujillo o Maero.
Con más o menos protagonismo, todos han sido en su justa medida piezas imprescindibles para la construcción de un sueño, el cual está a solo un paso de confirmarse. Un equipo de gala y que pasará a la historia del club, con jugadores de altísimo nivel. Son los casos de Luismi o Mario Ruiz, los cuales, sin duda, y ya sea con el Lucena o con otro, estarán el próximo año en una categoría superior. Es por ello, y por todos los que están detrás, por lo que el equipo quiere culminar su gesta. Y estas son sus armas.
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