Armando y el reencuentro imposible con el Barcelona B
El central motrileño, ex del filial azulgrana, cumplirá un partido de sanción junto a Bouzón y dejará a Villa con un problema por resolver atrás
Con lo bien que arrancó la cosa y lo mal que terminó. A Armando le debía doler la cabeza cuando salió por las puertas de Anduva rumiando una derrota rara en un partido aún más extraño por parte suya. El motrileño abrió el marcador con un gol de cabeza. No es lo suyo esto de perforar porterías contrarias. Con el Córdoba sólo lo había hecho una vez. Contribuyó con la tercera diana a la paliza que los blanquiverdes endosaron a la UD Las Palmas (5-1) en la jornada 36 del curso pasado, seguramente en el único día en que Juan Esnáider pudo esbozar una sonrisa durante su turbia etapa en el banquillo de El Arcángel.
Armando marcó al Mirandés y creó un escenario interesante, pero todo se torció de mala manera. Los burgaleses remontaron (3-1) y él acabó expulsado tras ver dos amarillas en siete minutos. Tampoco es lo suyo eso de abandonar el césped por cometer infracciones a ojos del árbitro. Con el Córdoba nunca le había sucedido. Sólo ha visto una roja en su carrera. Fue hace ya tres años, defendiendo los colores del filial del Barcelona. Precisamente el mismo equipo que visita el sábado El Arcángel y al que no podrá enfrentarse el central, que lo verá desde la grada por sanción. Mal rollo para el Córdoba, que tampoco podrá contrar con Iago Bouzón por el mismo motivo: castigo por acumulación de tarjetas.
A sus 28 años, Armando ansía encontrar en el Córdoba, donde tiene contrato firmado hasta junio de 2015, un periodo de estabilidad que se le ha negado desde que despegó de la cantera del equipo de su pueblo natal, el Motril, para irse al Málaga. Pasó también por el Levante y el Cartagena antes de que a los 26 lo fichara, para dar empaque a su juvenil plantilla, todo un FC Barcelona. Puede presumir de haber estado con el que dicen que es el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos, el Barca de Pep Guardiola. El de Sant Pedor, actual responsable del Bayern de Múnich, se lo llevó a una pretemporada. Tras acabar su periodo en el Miniestadi, el defensa granadino emprendió la aventura transoceánica para enrolarse en el Tiburones Rojos de Veracruz. Desde México lo rescató el Córdoba en el último mercado invernal. Y hasta ahora.
Le ha costado a Armando Lozano hacerse un sitio en una retaguardia en la que, sobre el papel, disponía de una etiqueta de titular. Ausente por lesión en las cinco primeras jornadas, estuvo en el banquillo las tres siguientes para debutar en la novena, en el Anxo Carro de Lugo (1-0). Desde entonces, Villa ha contado con él siempre en el once para formar una pareja estable con el canterano Fran Cruz, un chico que se estrenó con el Córdoba precisamente en Miranda, pero en la temporada pasada, porque al recién aterrizado Armando no le había llegado el transfer de la Federación Mexicana. Hoy ambos forman un dúo fiable que se rompe por causa de fuerza mayor ante la visita del inquietante Barcelona B.
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