El Arcángel grita que quiere más
“Nada nos puede parar”, decía una canción del grupo gaditano Trashtucada. Y bien podría ser la banda sonora del actual momento del Córdoba. Nada puede con él. Es su momento de forma y bien lo sabe. Disfruta de ello y se siente superior. Tiene hambre y busca su recompensa. Sea del modo que sea. La misma que encontró ante el Sevilla Atlético, en un duelo que se complicó hasta su máxima potencia, con un gol en contra y un jugador (el portero) menos sobre el campo. Pero todo es alma y orgullo en esta plantilla, que luchó hasta el último instante para voltear la situación y llevarse los tres puntos.
La enfermería anda en hora punta durante las últimas semanas en el Córdoba y ello lo notó el equipo de inicio en el duelo ante el filial sevillista, ya que las bajas obligaron a variar una idea mediante la que el equipo blanquiverde ha logrado volver a resurgir en la clasificación. La puesta en escena fue mucho menos ambiciosa en lo que a recorrido ofensivo se refiere, situación propiciada también por la picardía del adversario. Los de Raúl Agné fueron dueños del balón durante los primeros minutos, aunque sus posibilidades se veían atenazadas de medio campo en adelante. No había claridad, no había ritmo y las oportunidades brillaron por su ausencia, al tiempo que el Sevilla Atlético, algo más agazapado atrás, conseguía salir en velocidad a la contra buscando el robo rápido en la línea de medios. En esa pelea se mantuvo el duelo durante la mayor parte del primer tiempo. Poco ritmo, descontrol y las ideas muy poco definidas. Un juego completamente posicional y sin efervescencia de cara al gol. Es más, eran los pupilos de Paco Gallardo los que conseguían salir con más acierto a la hora de combinar, acercándose incluso con relativa facilidad a las inmediaciones del área cordobesa. Eso sí, el balón prácticamente no divisaba los tres palos de una meta u otra.
El tiempo transcurría a la par que aumentaba la desesperación de la grada local, quizá impaciente por ver algo más de sentido -ofensivo, sobre todo- en el esquema de su equipo. Pero no llegaba la respuesta. La primera oportunidad relativamente clara para el Córdoba llegó a los 27 minutos, con una galopaba de Piovaccari aprovechando un error a las espaldas de la defensa. Sin embargo, su disparo se marchó por alto. Pero el que sí contaría con fortuna fue el conjunto visitante, ya que una internada de Lara por banda derecha acabó con gol en propia puerta de los blanquiverdes. El extremo hispalense le ganó la partida a Jesús Álvaro y la cedió con peligro al área pequeña, donde se la encuentra Xavi Molina, quien no logra evitar introducirla dentro de la portería.
Cuesta abajo y sin frenos, pues el tanto a favor levantó aún más la moral del Sevilla Atlético, que salía con mayor velocidad a la contra, forzando multitud de errores del Córdoba en el centro del campo y mostrándose, por momentos, muy superior a su rival en cuanto a mordiente se refiere. De hecho, nada más sacar de centro, una nueva pérdida cordobesista ocasionó que Lara se plantara solo ante Becerra, aunque el meta pudo atajar el balón, cuyo rechace acabó otra vez en los pies de un jugador visitante, pero ahora en posición de fuera de juego. Y las dudas seguían sembrándose en pitos desde diversos sectores de la grada. No obstante, pocas oportunidades más se verían hasta el descenso, ya que apenas corrió el balón, convirtiéndose el duelo en un intercambio de faltas constante. Pero la ventaja la seguían teniendo los chicos de Gallardo. Había que remar contracorriente.
Y no iba a ser precisamente por falta de experimentos, pues Agné hizo debutar al joven Iván Navarro nada más iniciarse el segundo tiempo. Y cerca estuvo el futbolista del filial cordobés de sorprender a Alfonso en la primera que tuvo, aunque no conectó bien un balón colgado a la espalda de la defensa sevillana. Ahora sí que iban a por todas los locales, que salieron a ser dueños únicos de la pelota y claramente lanzados a terreno visitante. Piovaccari rozó el empate en el 52 con un cabezazo que repelió el meta hispalense mediante una excelente estirada. Pero solo había un equipo sobre el campo en esos momentos, situación que trató de remediar el Sevilla Atlético con las armas que podía. Entre ellas, la pérdida de tiempo.
Una prolongada pausa del portero visitante, aquejado de molestias en la rodilla, hizo que el ánimo local se apaciguara un poco. Y de nuevo surgieron los fallos forzados en la salida de balón. Punto y aparte al efecto sorpresa, había que construir de nuevo. Pero el breve letargo dio paso a un absoluto descontrol. El juego se rompió por completo a partir del minuto 60, una vez más con el extremo del filial cordobés como protagonista. El sevillano logró adentrarse por la banda izquierda y puso un balón botado al que no pudo llegar De las Cuevas por muy poco. Todo era corazón en los blanquiverdes en esos momentos, conscientes también de la importancia de no frenar su dinámica de resultados. Pero el ímpetu a veces juega malas pasadas y ese empuje hacía que quedasen muchos espacios abiertos atrás.
En una de esas se plantó el Sevilla Atlético en busca del segundo. Un contragolpe que acabó con Becerra expulsado al derribar a un rival que se plantaba solo ante él. Le tocaba a Llamas, portero del Córdoba B, salir a defender la meta blanquiverde en el tramo final del segundo tiempo. El Córdoba pasaba por su peor momento, aunque dicen que es ahí cuando realmente se crece. Y vaya si ocurre, pues apenas un minuto después llegaría el tanto del empate. Un saque de esquina acabó con un jugador sevillista golpeando de cabeza la pelota e introduciéndola entre sus mallas. La jornada, hasta ese instante, iba de goles en propia puerta. Un tanto que conllevó también la expulsión del técnico visitante por las continuas protestas.
Y el corazón no tiene límites cuando te sientes grande, cuando te sientes vivo. Y de la picardía, esa que tanto daño hizo de primeras a los locales, llegaría el tanto del volteo. Iván Navarro, el día de su debut con el primer equipo, certificó una actuación sobresaliente con el gol de la remontada. Un balón muerto en el área y empujado por todo El Arcángel. Llamas tuvo incluso su ocasión para lucirse también en su estreno. Y el feudo ribereño acabó coreando su nombre. Son los héroes de ahora. Un estadio que grita de rabia que sí se puede. Que quiere más. Que está desatado.
FICHA TÉCNICA
CÓRDOBA CF, 2: Isaac Becerra, Fidel Escobar, Chus Herrero (Iván Navarro, 45’), Jesús Álvaro (Llamas, 75’), Iván Robles, Xavi Molina, Imanol García, De las Cuevas, Javi Flores, Fran Gómez (Moutinho, 60’) y Piovaccari.
SEVILLA ATLÉTICO, 1: Alfonso, Berrocal, Kimbamba, Lara, Juanpe (Diabate, 79’), Mena, Pejiño (Isaac, 76’), Pedro Ortiz, Álex Robles, Javi Vázquez y Carlos Álvarez (Johansson, 66’).
ÁRBITRO: Madrid Martínez (Comité Murciano). Mostraron cartulina amarilla a los locales Piovaccari y Javi Flores; y a los visitantes Álex Robles y Pedro Ortiz. Becerra acabó expulsado por roja directa, así como ambos técnicos.
GOLES: 0-1 (30’) Xavi Molina (p.p). 1-1 (75’) Álex Robles (p.p.). 2-1 (87′) Iván Navarro.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada del campeonato de Liga en el Grupo IV de Segunda B, disputado en El Arcángel ante 9.848 espectadores.
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