El árbitro identifica al agresor: fue el presidente
El mandatario del Calahorra CF, Francisco Montes, señalado por el colegiado de 15 años que denunció ser golpeado en un partido de alevines
Identificado. Francisco Montes, presidente del Calahorra, fue la persona que según Guillermo Ávila, árbitro de 15 años, le propinó un golpe tras ser expulsado durante el partido de alevines entre el Salvador Allende y el Calahorra, disputado el pasado domingo en el campo de la barriada de Fátima. El colegiado consignó en el acta unas iniciales que no se correspondían con las de la persona implicada en los hechos, que utilizó una ficha de otro técnico del club para ejercer sus funciones. Montes, sin embargo, desmiente toda la versión del joven árbitro y asegura que no hubo ningún tipo de agresión. Las dos posturas contradictorias se estudiarán por parte del Comité de Competición de la Federación Cordobesa de Fútbol, que ya abrió investigación nada más conocer los incidentes. En el día de hoy se reúne el comité, que ya ha remitido a los dos clubes implicados el anexo al acta que redactó el árbitro con posterioridad al partido. La justicia deportiva puede conllevar una sanción superior a los 30 partidos, aunque el presidente de la Cordobesa, José Santiago Murillo, ya ha declarado que pondrán en marcha todos los mecanismos posibles para “erradicar a esta lacra” del fútbol.
Pedro Benítez, el delegado del Colegio de Árbitros, que en todo momento está al lado del joven Guillermo en esta desgraciada aventura en su debut en el arbitraje -era el quinto partido que dirigía- lo explicó: “Hemos localizado al agresor. Es el presidente del club, que presentó una ficha de un entrenador del infantil con una foto suya. Hemos estado en la Federación y hemos visto las fotos. El chaval -Guillermo- lo ha identificado rápidamente. Aquí en Córdoba nos conocemos todos y hemos ido a tiro fijo. ¿Es éste? Pues sí. El presidente se llama Francisco Montes. Tiene un historial de expulsiones contínuas, el equipo tiene una fama mala por personas como él... Pero no había llegado a estos extremos”, asegura el delegado arbitral.
Por su parte, Guillermo Ávila trata poco a poco de recuperar su vida normal de estudiante de 4º de la ESO y árbitro. “No tengo rencor. Quiero seguir arbitrando pero también me gustaría que ese hombre no pueda entrar a un campo ni a entrenar a unos niños, porque eso no tiene nombre. Los niños son muy pequeños para ver eso”, dijo anoche el chaval en el programa 'El Partido de las 12', al que acudió con su inseparable 'jefe', Benítez, y su madre, que reconoció que lo pasa mal cada vez que “el niño tiene que ir a un partido”. Su marido, el padre de Guille, también fue árbitro.
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