Antonio Fernández dice adiós al Cajasur CBM
Quizá pueda coger por sorpresa pero no deja de ser esperado. No tanto por el nombre sino por las circunstancias. La llegada al fin del chileno Daniel Ayala es considerada ya desde el primer momento un presagio del movimiento que en esta ocasión se produce en forma de salida. Más que nada porque la entidad tuviera un excedente, en cierto modo, de efectivos. Ésta es la razón, o así se presupone, de la despedida de Antonio Fernández del Cajasur Córdoba Balonmano (CBM). El lateral abandona la disciplina granate, tal y como ha anunciado la propia entidad a través de redes sociales. Así, el primer equipo del club con sede deportiva en Fátima queda en adelante con un total de 16 jugadores y no requiere descartes.
“Antonio Fernández causa baja en nuestra primera plantilla”, ha informado de manera escueta el CBM acerca de la salida del almeriense del conjunto dirigido notablemente por Jesús Escribano. “Desde el club le agradecemos al jugador de Carboneras su comportamiento y entrega estas cuatro temporadas, a su vez que le deseamos lo mejor en el futuro”, ha añadido la entidad presidida por Miguel Pardo. De esta forma, el lateral ha puesto punto final, sin más argumentos de ninguna de las partes, a un ciclo de casi un lustro en Fátima. Una etapa ésta en la que colaborara al ascenso granate a División de Honor Plata la campaña 2018-19 y a la permanencia en dicha categoría un curso después -el anterior al actual-.
Tras la cancelación de las competiciones por parte de la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM) meses atrás por la pandemia de Covid-19, el CBM completó de manera rápida su primera plantilla de cara a la presente 2020-21. En ese ejercicio de configuración del equipo, Antonio Fernández fue uno de los últimos en renovar entre los integrantes del conjunto granate que continúan -continuaban ya en su caso- de la anterior temporada. Durante estos tres años camino de cuatro el de Carboneras tuvo sobre todo un destacado papel en defensa, si bien al inicio de la campaña se había hecho cargo de los lanzamientos desde siete metros (penaltis). Pero la definitiva y no menos esperada llegada de Daniel Ayala, firmado en verano pero que no recaló en la ciudad hasta la pasada semana por motivos burocráticos, llevó a acumular hasta 17 efectivos, de forma que se hacía necesario siempre un descarte.
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