La alegría de estar más vivo
¿A qué vienen las descomunales muestras de felicidad del CBM en la última jornada? La lista de motivos es clara y contundente. El CBM se había metido en la boca del lobo hace quince días. Sufrió una durísima derrota en casa ante el Gijón Jovellanos (25-26), uno de esos adversarios ante el que nunca esperas perder. Los de Escribano vieron comprometida su situación en la tabla de la División de Honor Plata -son recién ascendidos y su objetivo es la permanencia- y se disponían a viajar a la pista del MMT Seguros Zamora, uno de esos adversarios ante el que nunca esperas ganar. ¿Y qué pasó? Pues que el CBM ganó exactamente por el mismo resultado que tuvo en contra siete días antes: 25-26. “Estos episodios son los que hacen grande el deporte”, dicen desde el club granate, que ha pasado de los atisbos de depresión a mostrar síntomas de euforia. Si han entendido la lección, será muy valioso para abordar el desafío de aferrarse a una categoría de lo más exigente.
El triunfo del CBM llegó, además, con un aliño sentimental muy especial. Los cordobeses no ganaban un partido lejos de Córdoba en esta categoría desde la 2009-10 y lograron en Puente Genil, cuando ya estaban descendidos de hecho. En el presente curso no habían sido capaces de volver de un viaje con los puntos en la maleta. Los de Jesús Escribano iban con los pronósticos en contra a Zamora. Ni las sensaciones ni la estadística -los zamoranos perdieron por última vez ante los suyos en mayo de 2016 ante el Bidasoa; en este curso lo han ganado todo como anfitriones- les concedían demasiadas opciones. Más bien ninguna. Sin embargo, en el Pabellón Ángel Nieto se vivió un encuentro cuyo enloquecido guión terminó ofreciendo un desenlace de impacto.
Con sólo diez jugadores del primer equipo y tres juveniles se presentó el CBM. Ya fuera porque el rival subestimó el potencial cordobés, porque el conjunto de Escribano lo hizo fenomenal o por todo eso y algo más, lo cierto es que el partido discurrió por unos cauces emocionantes. Con Morales (6), Dzokic (5), Baena (5) y Jiménez (4) como estandartes en la anotación, el CBM supo estar a la altura de los mejores en un final trepidante. El meta Ramón Fuentes estuvo certero y todo el equipo defendió en las últimas acciones con esa fuerza extra que proporciona la cercanía de una gesta. Al final, los granates hicieron una piña en el centro de la pista. Sus gritos de júbilo resonaban entre los muros del Pabellón Ángel Nieto, en el que más de mil espectadores se quedaron estupefactos.
Tolosa (3 puntos) y Gijón (5) están -o lo parecen mucho- ya desahuciados en la pelea por la permanencia. Por encima hay un grupo que mantendrá la lucha para el final para evitar otra plaza. Entre ellos -BMC, Nava, Bordils, Amenábar- está un CBM que ahora es más feliz que hace unos días. Gasolina emocional para un plantel que se hace más fuerte. ¿Se puede ganar fuera de Vista Alegre? La respuesta ya la tienen todos clara. El efecto ha sido inmediata. El club ha organizado un desplazamiento en autocar a Ciudad Real con motivo del duelo liguero que medirá a BM Alarcos y Cajasur CBM el próximo sábado 11 en el Quijote Arena a partir de las 17:00 horas. La salida se realizaría desde el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre el sábado a las 13:00 y el precio del viaje sería de 8 euros, sin incluir entrada al partido. El desplazamiento se realizaría en el autocar del equipo, con los jugadores, por lo que hay treinta plazas disponibles hasta completarlo. Aquí el tiempo de unión empezó hace mucho.
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