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22 de junio: un buen día para arrancar

El Córdoba, de fiesta en la portería del ascenso en Las Palmas. Ahí están Caballero y Carrión | MADERO CUBERO

Paco Merino

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¿Dónde estabas tú cuando Uli marcó ese gol? Los cordobesistas tienen hoy un buen motivo para ejercitar la nostalgia, que nos pongamos como nos pongamos sigue siendo -para bien o para mal- uno de los principales sostenes emocionales de una hinchada curtida entre desastres y milagros. Quizá hoy la entidad blanquiverde, para festejar esa efeméride, haga algún anuncio oficial que incentive los alicaídos ánimos de su gente después de una frustrante campaña. Mientras eso sucede, siempre se puede uno dedicar a compartir aquellos momentos que marcaron a una generación y acapararon el foco de los medios en todo el mundo. No hubo modo más cordobesista de ascender. Contra pronóstico y lógica, en Las Palmas se vivió la hazaña de un equipo inolvidable... del que ya no queda casi nadie. Sólo uno: Caballero.

cordobesista

A eso se las 19:54 del 22 de junio de 2014 se produjo a 1.500 kilómetros de Córdoba un episodio que en unas milésimas de segundo provocó la mayor alteración de ánimo colectivo que se recuerda en la ciudad. Uli Dávila marcó un gol que llevó al club a Primera División después de 42 años de ausencia. En el estadio de Gran Canaria apenas había 50 cordobeses desplazados, entre medios de comunicación y seguidores que removieron cielo y tierra para conseguir vuelo y entradas. En la ciudad se desató la locura y se abrió un espacio de 48 horas de intensidad brutal, con recibimientos, desfiles y fiestas variadas. Decenas de miles de personas tomaron las calles para festejar el mayor éxito deportivo de la ciudad en décadas. Tres años después, de aquella formación apenas queda el recuerdo. Los héroes del 22J se fueron diseminando por el mundo, pero de la memoria del cordobesismo jamás se borrará aquella tarde-noche de borrachera y éxtasis.

¿Recuerdan aquella acción? Saca el meta Juan Carlos. El balón le llega a Pelayo, que envía al corazón del área para que Raúl Bravo conecte un forzado remate que repele en primera instancia Barbosa. El rechace del argentino cae en los pies de Uli Dávila y… El milagro. Los protagonistas de aquella jugada que llevó al delirio a los narradores radiofónicos cordobeses y hundió en la más profunda depresión a los canarios andan ahora en otros destinos. ¿Qué fue de ellos?

El portero Juan Carlos siguió de blanquiverde en Primera, pero tras el descenso fichó por el Rayo Vallecano, con el que bajó a Segunda. Esta misma campaña lo fichó el Elche, con el que descendió a Segunda B. Por su parte, Pelayo regresó al Elche, que lo había cedido a El Arcángel, pero su trayectoria se desvió. Lo prestaron el Lugo, retornó y ha vivido el descenso hace unas semanas a Segunda B. Acaba de enrolarse en el Cluj, un histórico de la liga de Rumanía.

¿Y Raúl Bravo? A los 36 años, el defensa de Gandía sigue ganándose el jornal en la Liga griega -este año en el Aris Thesaloniki y antes en el PAE Veria-, donde siempre tuvo un buen cartel. ¿Y Uli Dávila? El icono del cordobesismo para la eternidad trata de reencontrarse en su país con el Santos Laguna después de una última e infructuosa cesión por parte del Chelsea -del que ya se desvinculó- en el Vitoria de Setúbal portugués. Al técnico, Chapi Ferrer, tampoco le fue demasiado bien. Apenas duró dos meses en Primera con el Córdoba. No ganó ni un partido. Su último equipo fue el Mallorca, que le destituyó.

Tres años después...

En la plantilla del Córdoba solamente queda un futbolista de aquella plantilla: Carlos Caballero. De los demás, ni rastro. El equipo pasó por la élite de manera fugaz. Hizo una primera vuelta mala, pero mantuvo esperanzas. En la segunda las aniquiló con unos números pésimos: sumó solo dos empates en toda la segunda vuelta y perdió todos los encuentros que disputó en El Arcángel. Descendió matemáticamente -su adiós virtual se produjo mucho antes- después de que el Barça le goleara por 0-8.

En Segunda lleva dos cursos. En el primero, con José Luis Oltra, disputó el play off de ascenso y se quedó en semifinales, eliminado en la prórroga en Montilivi por el Girona. Los catalanes no subieron -lo hizo Osasuna-, pero sí lo hicieron hace unas semanas. Los navarros consumaron su retorno a la división de plata. ¿Y qué hizo el Córdoba? Al final quedó en el puesto décimo, con 55 puntos, salvando la categoría en la penúltima jornada gracias a su victoria en Vallecas (1-2), la única lejos de casa en toda la segunda vuelta. Cambió de presidente, de director técnico y de entrenador. Ahora, con Alejandro González en el palco, Álex Gómez en la dirección deportiva y Carrión en el banquillo, anda enfrascado en la confección de un nuevo proyecto. De ascenso, según se desprende de las “exigencias internas” de la propiedad. El cordobesismo lo mira de otro modo. Tras la decepción, espera acontecimientos con la típica predisposición a ilusionarse. Se preparan fichajes para rearmar el proyecto. ¿Llegará alguno hoy?

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