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¿A qué suena una frontera en permanente conflicto?

Concertina que se entrega con la compra de 'Borders'.

Juan Velasco

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Un disco vallado. Una caja con un pedazo de concertina. Un proyecto audiovisual. Borders es una muñeca rusa de contenido político y artístico, gestado a caballo entre Lucena, donde opera el sello Foodandsound, y Berlín, donde reside el productor Álvaro Aragonés, más conocido como Daar.

Aunque el adjetivo “ambicioso” no sea del gusto de ninguno de los implicados en este trabajo, lo cierto es que Borders no es un proyecto inmediato o sencillo, pues su génesis ha sido de más de un año y además trasciende la idea de música publicada para convertirse en una experiencia audiovisual. También lo es su contenido, que reflexiona sobre los conflictos latentes entre países y la misma idea de frontera. La que separa a México de Estados Unidos y su reverso, la que separa a Guatemala de México; la de Siria con Israel; las dos Coreas; los dos Sudán. También de forma simbólica, la que nos separa a nosotros de África.

Todos estos pasos fronterizos tienen en común una situación de conflicto enquistada, duradera. Todos tienen un sonido real, a veces mucho más crudo y percutor que el de la música electrónica. Y también un sonido imaginado. Aragonés comenzó a ponerle banda sonora a esta división geopolítica artificial a partir de el tramo que divide Sudán y Sudán del Sur. Pronto vio que era una pieza de un gran cuadro.

“Realmente me llevé una sorpresa desagradable cuando comencé el periodo de documentación y vi la cantidad de conflictos fronterizos de los que casi no se habla. En ese momento incluí el track Abyei, que habla de la frontera entre Sudán y Sudán del Sur. El resto de conflictos son desgraciadamente ya conocidos y era fácil decantarse por ellos”, señala el productor, que compuso el disco en el invierno de 2018, casi como un impulso y una reacción ante la avalancha de noticias sobre este asunto que suelen pasar desapercibidas.

Tomando como referentes dos discos (Sirens, en el que el chileno Nicolas Jaar habla de la dictadura de Pinochet; y 1979, un disco conceptual de ambient del compositor californiano Deru), el productor español comenzó a trabajar en las canciones de un disco que incluye noticias reales de la televisión Siria, vocales extraídos de Documentales e instrumentos reales grabados en su estudio, con colaboradores como Kako Tewesa.

Un trabajo de producción intenso que no se quedó en el estudio ni en el vinilo, sino que acabó encontrando su lugar como espectáculo audiovisual a partir de la colaboración de la artista visual Trama Barcelo y el clarinetista José Luis Fraga, gestado en una semana de residencias artísticas en Berga, Barcelona. Un espectáculo oscuro y reflexivo que se pudo ver este sábado en Lucena, apenas unas horas después de que se viera en Berlín.

Y con idéntico impacto entre los espectadores, según Aragonés: “Nunca sabemos cuán lejos esta la frontera más próxima, si nos veremos obligados a cruzar alguna a lo largo de nuestra vida. Creo que no somos lo suficientemente conscientes de ello”, reflexiona el productor, que acoge con gusto las sugerencias de los espectadores para que incluya otras fronteras si el proyecto sigue adelante.

Un disco lanzado al mundo desde Lucena

Mientras se van cerrando más actuaciones, los discos de este curioso trabajo se van agotando en las tiendas que lo han distribuido en España, Portugal, Inglaterra y Alemania, según indica Rafael Chicano, el artista y productor detrás del sello Foodandsound, y responsable también del continente de Borders, un vinilo llamado a convertirse en un objeto de coleccionista. La prueba está en que, apenas un mes después de ver la luz, ya está a la venta en el mercado de segunda mano por encima de su precio de salida.

Chicano reconoce que éste es un disco especial, pero también aclara que la filosofía de su sello es cuidar al máximo cada lanzamiento. “Yo diría que ha sido el que más trabajo conceptual y físico ha conllevado. Pero, por su propia naturaleza”, explica el productor -que firma un interesante remix como cierre del trabajo-.

Para Chicano, el objetivo de Foodandsound es inamovible: “Buscamos un equilibrio financiero obviamente necesario, pero no nos desviamos de nuestro propósito, que es planchar vinilos que cuentan una historia, ya sea dentro de un club o en el giradiscos de casa”. En este aspecto, en Borders se han invertido más de dos meses y medio solo para diseñar el lanzamiento, que incluye pegatinas y postales con un diseño original del artista Cisco Espinar.

Discos con conciencia en un mundo a menudo tildado de hueco o excesivamente hedonista, como es el de la música electrónica. ¿Es Borders un trabajo político? Daar traza una frontera entre las dos respuestas: “Sí y no. Es decir, irrefutablemente toco aspectos políticos. Pero lo que buscaba con el proyecto es trasladar al oyente a un viaje -a veces angustioso, a veces gratificante- a través de distintas fronteras. En realidad, siempre busco inspiración en lo que me rodea”, zanja.

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