Sobrevivir tras 101 años de vida: la Librería Luque reabre ante el mayor reto de su historia
En 1919, un joven Rogelio Luque decidió abrir en Córdoba una librería que, sin saberlo, le marcó el final de sus días. Su tienda se fue convirtiendo en el centro de divulgación de literatura de la ciudad, de aquella que seguía floreciendo sin parar. En agosto de 1936 fue asesinado, acusado de “tener libros marxistas en su librería”. Este sería el primero de los múltiples vaivenes que han sacudido a esta empresa familiar que reabrió el pasado lunes con el objetivo de sobrevivir a sus 101 años de historia
Tras casi dos meses de cierre, Javier Luque y el resto de trabajadores de la librería afrontan la vuelta con ganas. La pandemia por el coronavirus ha echado por tierra las previsiones de la temporada ya que “las ventas online suponen algo anecdótico en comparación con las que se producen en la tienda física”, cuenta Luque. Ante el cierre, los seguidores de esta librería han seguido apoyándola y han hecho sus pedidos. Unos han llegado a casa y otros al establecimiento que la empresa tiene en la calle Jesús María ya que eran muchos los clientes que ansiaban su apertura.
Antes de ser asesinado, Rogelio Luque vio nacer su negocio en la calle La Plata, trasladándose en poco tiempo a la calle Diego de León. Fue en 1932 cuando él y su mujer, Pilar Sarasola, apostaron por abrir un local en la calle Gondomar que años más tarde se convertiría en el buque insignia de la familia. Tras la muerte de Rogelio, a Pilar le costó varios años recomponerse hasta que decidió ponerse al frente del negocio al que renombró como Librería Viuda de Luque. El éxito fue tal que uno de sus hijos, Antonio Luque, inauguró en 1972 el establecimiento de la calle Cruz Conde. Los malos datos llegaron en los 2000, lo que llevó a la familia a cerrar el establecimiento de Gondomar. El de Cruz Conde continuó durante nueve años más, cuando también echó el cierre.
Sin embargo, este fin de ciclo no supuso el adiós a toda una historia. La estirpe de libreros que había parido esta compañía llevó a que Javier Luque y alguno de sus trabajadores reabrieran a comienzos de 2010 en la calle Jesús María, una tienda que durante la mañana del pasado lunes volvió a ver las colas en su interior. “La gente quería venir ya y el comentario que más se repite es el de: 'Ay, qué ganitas'”, cuenta enorgullecido Javier.
La crisis generada por el coronavirus llevó a la empresa a hacer un ERTE a sus seis trabajadores que, tras la apertura, se han reincorporado a media jornada. Lunes, miércoles y viernes están tres mientras que martes, jueves y sábado están otros tres. El horario seguirá siendo el mismo que el de antes de la pandemia y la tienda estará cerrada los sábados por la tarde. Hasta que el Gobierno no dictamine otras medidas, a esta librería tan sólo se podrá acceder hasta llenar un tercio de su aforo (unas 13 personas) y el uso de las mascarillas y el gel hidroalcólico son obligatorios. Para una mayor seguridad se ha señalizado una especie de circuito de entrada y salida de clientes.
Aunque la librería ha estado cerrada, Javier relata que el trabajo no ha parado ya que a la gestión de los pedidos de la tienda online se unieron las iniciativas que puso en marcha para dar un empuje económico al negocio. Para ello lanzó una cuenta para que cada cliente realice una transferencia periódica mensual a la librería, por importe mínimo de 30 euros, que posteriormente puede gastarse en libros. Esta cuantía económica permite a la empresa disponer de cierta liquidez para afrontar los duros tiempos que se avecinan.
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