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Paqui Rodríguez, la cantaora y bióloga molecular que lleva sus pasiones a varios países

Paqui Rodríguez, cantaora y bióloga

María Berral

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De pequeña, Paqui Rodríguez ya cogía la falda y los tacones de su madre y se ponía a bailar en la mesa. Esos son los primeros recuerdos que tiene del flamenco, aunque en su familia nadie se lo haya inculcado. Paqui nació en Iznájar, Córdoba, y hasta que comenzó sus estudios de biología molecular ha sido autodidacta. “Cuando llegué a Córdoba ya empecé a ir a ver concursos y a meterme en las peñas de oyente”.

Pero, aunque siempre ha ido de la mano del baile y el cante, en la otra mano ha ido de la biología. Ambas disciplinas han sido siempre sus pasiones y nunca ha dejado de lado ninguna. “En la carrera tenía clases por la mañana y por la tarde prácticas, pero me apuntaba a cosas de fin de semana”, señala. Paqui decidió estudiar la carrera porque siempre había querido tener “libertad económica y como persona”, además de que le gusta seguir formándose. “Siempre estoy estudiando”, apunta. Para ella el estudio es “una forma de vida”. 

Una escuela de baile y distintos destinos

En 2009, pasó de trabajar en Santiago de Compostela a vivir en Málaga y, en un viaje a Iznájar para arreglar “unos asuntos” en el Ayuntamiento, y al final vio su sueño “hecho realidad”: tener una escuela de baile con su nombre. Allí escuchó una conversación donde se quejaban de no tener profesora para las clases de sevillanas. “Yo entré, y dije: perdonad que me entrometa, pero la profesora está aquí”. De esta manera, Paqui recibió la plaza y fue profesora de la escuela, “yendo de Málaga a Iznájar solo para las clases” hasta que nació su hija Manuela.

Pilar ha viajado a EE.UU., Alemania, Suecia y Edimburgo para seguir trabajando en proyectos de biología, pero donde tampoco ha dejado el flamenco. “Por el día la biología y por las noches, que allí es a las 6 de la tarde, el cante”. Su método para encontrar a gente y lugares donde cantar era buscar en Facebook la casa de la cultura de estos países, una manera, explica, “de hacer amigos”. “Yo antes de irme a cualquier país ya tenía mis amigos flamencos allí”.

En 2014, Paqui aterrizó en Suecia, donde llegó a no cobrar para que dejaran a su hija estar con ella en el escenario. En ese momento, fue cuando empezó a buscar escuelas de cante, algo que “no es fácil”. Como siempre se ha estado moviendo para ver actuaciones, un día fue de Antequera hasta Andújar “solo para ver cante” y ese día se encontró a una persona a quien preguntó por un profesor. “Me dijo que no me iba a coger porque no tenía hueco, pero al final sí lo hizo”. Un año después, lo tuvo que dejar porque se fue a Alemania.

Morena 'in crescendo' y un proyecto en el Hospital Clínico de Málaga

Actualmente, Paqui trabaja en el proyecto Cronobiología de la enfermedad inflamatoria intestinal en el Hospital Clínico de Málaga. Pero al mismo tiempo, como en toda su carrera, le acompaña el flamenco.

La Morena, que es el nombre artístico de Paqui Rodríguez, está inmersa en Morena in crescendo, un proyecto musical que está llevando a teatros de Málaga y Granada. En este, cuenta su trayectoria en el arte y lo hace mezclando monólogos, ya que también le gusta escribir, y el cante. Como tiene “vena de poeta” por su abuela, cuenta y canta su trayectoria musical desde pequeña “con parte en prosa, parte en verso y con canciones”. Además, como es científica, va contando sus anécdotas en el cante y en al ciencia en los distintos países en los que ha vivido.

“El arte no es espontáneo”

Paqui narra que es bióloga porque no ha podido ser cantaora “solo y exclusivamente”. “Cuando vi que tenia 20 años y que me gustaba pero no tenía a nadie dije: me busco una carrera que también me apasiona y lo otro lo tendré de hobby”, explica. Aunque insiste en que “cuando uno quiere ser algo tiene que luchar por ese algo como primera opción”.

Para la artista el problema reside en el poco valor que se le da a la cultura, “el problema no es nuestro, es que no se le da la cultura su sitio, no es que haya tener dos trabajos”. La bióloga detalla que en ocasiones le han ofrecido hacer “muchas cosas sin cobrar”, lo que compara con la situación de otras profesiones: “Yo no voy a la peluquería y le digo me cortas el pelo sin cobrar”. Además, resalta que “esto en otros países no es así, pero aquí la cultura tiene cero valor”. 

Igualmente, expone que las tres claves para dedicarte al artes son “lo primero que es tenerlo claro; lo segundo, estar realmente enamorado de eso y lo tercero estudiar”. Para Paqui “el arte no es espontáneo, hay que formarse, estudiar e ir a por todas”. Su trayectoria es un ejemplo. 

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