Pérez-Reverte: “La Historia es la gran lección del presente y la gran ausente”
El creador de Alatriste debate junto a Eslava Galán y Rafael de Cózar sobre la novela histórica
“La historia es la gran lección del presente y a la vez, la gran ausente”. Arturo Pérez-Reverte lo tiene claro. Y por eso, en parte, escribe novela histórica. Como Juan Eslava Galán. Como Rafael de Cózar, más teórico que novelista. Los tres forman una pandilla que se autedenomina Los Tres Mosqueteros. “Somos muy amigos desde hace muchos años y cuando nos juntamos lo que hacemos es charlar”, advertía Pérez-Reverte.
Los Tres Mosqueteros estaban convocados a las segundas jornadas de estudio y encuentros con autores que, organizadas por el Ayuntamiento de Córdoba, acercan a los lectores la oportunidad de asistir a debates y charlas con los escritores. En esta edición, el espectro de los géneros se abre y abarca la literatura histórica, negra, fantástica y de terror, romántica y erótica. Anoche, fue el turno de la histórica, obviamente.
“La Historia verdadera no es solo la de los héroes, príncipes, guerreros, y caballeros. No, lo que hacen los buenos escritores de novela histórica es contar la vida de la calle”, afirmaba Rafael de Cózar. “Hace unos años le pasé a un amigo, catedrático de Historia Medieval, una novela de Alatriste. Y se leyó las cinco. Cuando le volví a ver, le pregunté. Y me dijo: 'Ese es un hijo de puta. Si este viene a la Facultad nos echaban a todos. Cuenta la verdad de las cosas”, recordó divertido De Cózar.
“Uno de los grandes problemas que tenemos los españoles es que ignoramos la Historia y eso nos obliga a repetir graves errores endémicos”, señaló por su parte Pérez-Reverte. “Lo bueno que tiene la novela histórica es que abre puertas de una manera divertida, amena simpática, sugerente y sugestiva”, continuó el escritor y periodista.
Pero el ansia de la gente de saber sobre la Historia, después de que la han eliminado de los planes de estudios, “mantiene viva la necesidad de leer novela histórica”, cree Pérez-Reverte. “En estos tiempos de desmemoria, la novela histórica está siendo la única puerta de acceso a la memoria de la historia de occidente. Hasta la peor novela histórica sirve. Puedes leer hoy algo de Roma, mañana Yo, Claudio. Y al final terminas leyendo a Tácito. Ninguna novela es despreciable”, zanjó Pérez-Reverte.
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