‘Noir’, versos disidentes contra la crisis social
Es una calle cualquiera. Personas de todas las edades y extractos sociales caminan por ella. Unos la suben, otras la bajan. Cada cual tiene su punto de destino. Lo único que todos tienen en común es que nadie observa lo que le rodea mientras avanza. Es un lugar de paso, en pleno centro de la ciudad. El poeta presta atención sentado en un incómodo banco de piedra. Y piensa: la gente parece indiferente de la realidad que dibuja su entorno. En parte, y sólo en parte, esa sensación de indolente abstracción es lo que pretende exponer, de manera crítica, José Daniel García en su última obra. En Noir (publicado por Ediciones La Isla de Siltolá), que así se llama el poemario, recuerda la crisis permanente, de un tiempo a éste, de una España a la que no pocos han de volver algún día como el héroe de la Antigua Grecia lo hiciera a su hogar. Quizá entonces, quienes regresen, apenas encuentren vestigios de lo que conocieran.
“Noir es un libro que escribí en un período concreto, el verano de 2015, que estuvo salpicado de olas de calor bastante intensas, y en él juego con la imagen de la idea clásica del regreso, que parte de los orígenes de la tragedia griega”, explica de inicio José Daniel García sobre su nueva obra. “Expongo al artista romántico como héroe, al artista heroico, que tiene especial vigencia en España. Ya no tiene ninguna hazaña que acometer, ni ningún prestigio”, añade. Para ello arranca su camino creativo en la mirada a Una temporada en el infierno, donde Arthur Rimbaud “realiza una reflexión y repasa sus convicciones, pero también sus decepciones”. “Me ayudó a trascender a la biografía y el yo, a tener una visión del poeta como el fluir poético”, explica el escritor para confesar que éste es su “poemario más personal”. De ahí que trate de “poner distancias” con sus experiencias.
Pero Noir, la cuarta obra poética de su autor, es mucho más, “es el poemario de la crisis”. “Habla de quienes hemos sufrido un atropello. Con la crisis como vivíamos es algo que no se sostenía y nos ha vapuleado. También muestra que la madurez implica aceptar las decepciones”, expone José Daniel García, que recuerda que hoy por hoy “la precariedad no es sólo económica, sino humana también”. Esa percepción enlaza con el punto de partida, “con la llegada de ese yo, trascendido pero no personal”. “Esa idea del regreso es el comienzo de la reflexión sobre valores, situaciones y momentos que forman parte de la vida de cada individuo. Muchos han sido demolidos y otros quedan en pie. Es una reflexión sobre el poeta, de cómo el poeta vive la crisis”, apunta el escritor.
El autor de Noir regresa a la poesía siete años después de su última obra (Estibador de sombras, Cangrejo Pistolero Ediciones) y tras una primera novela, Fundido a rojo (Ediciones En Huida, 2016), en la que también revisa la precariedad humana. “Soy muy autoexigente y quiero publicar los libros que echo en falta cuando voy a la librería o a la biblioteca. En un período de crisis mundial y personal, no veo ningún libro que trate de eso”, indica acerca de la motivación de su nuevo poemario. Un título que “se identifica con el cine negro, que es de atmósfera oscura, intrigante, y en el que los personajes que respiran lo hacen con dobleces, no son ni buenos ni malos”. Además, en este libro José Daniel García trata de “reivindicar la labor del poeta frente a la mediocridad”. “Hay una cierta crítica a la mediocridad y a la frivolidad con la que empieza a tratarse la cultura. Las fuerzas progresistas la capitalizan como si fuera suya”, agrega en este sentido.
Con una mirada también a Las flores del mal de Charles Baudelaire, José Daniel García trata, en definitiva, de dar a la poesía un mayor sentido. “El artista debe ser un disidente y debe llevar al lector a participar de la resistencia. El sustrato principal del libro es esa concepción de la poesía como arma de resistencia”, señala el autor de Noir. Así, la obra muestra “esa idea un poco negativa, poco esperanzadora, de la condición humana, y a la vez esa oposición del disidente”. El joven escritor lo enseña en “un libro muy personal, con estética y voz propias”, pero que “a la vez es reflejo de la crisis generacional”. “Sin ser pretencioso, es la primera elegía de nuestro tiempo, porque define la precariedad de nuestro tiempo, la orfandad de una generación sin referentes claros, que van envejeciendo y están condenados a ser jóvenes siempre”, resalta García. Hace referencia a quienes nacen a partir de finales de los setenta y en los ochenta: “No conseguimos suceder a nuestros padres y nos relevan los jóvenes”.
“La poesía tiene que servir para emocionar, eso es lo primero, que se acerque más a la emoción humana que a lo ideológico. La idea es que a través de temas que atañen a la condición del ser humano los lectores puedan sentir empatía. Son temas por los que todos hemos pasado”, comenta por otro lado el autor de Noir. Además, José Daniel García considera esencial dar visibilidad a los problemas de la gente, y atacar a la vez todo aquello que genera esas dificultades personales. La crisis no nace sola, y afecta muchos. “En el apartado literario me llamaba la atención que los poetas escribieran (en los últimos años) libros sin ninguna enjundia, que no expresaran el dolor humano y la realidad”, comenta al respecto.
El poemario está dividido en cinco partes, “cada una presentada con una cita de un autor o una autora que no desvelo hasta el final”. “Lo que me interesa es que esas citas formen parte del discurso”, continúa el poeta. Es también ejemplo del juego que lanza al lector, que debe salpicar el texto con su relato personal. “Los poemas son como puzles a los que faltan piezas. El lector rellena los huecos con su propia experiencia”, destaca José Daniel García de este Noir. De esta forma, busca “una complicidad, que el lector haga el poema suyo y lo enriquezca, así nunca queda cerrado”. “Cada poema es autónomo, pero todas las partes son dependientes, la lectura es lineal, lo que le da una visión en su conjunto”, concluye acerca de la obra.
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